jueves, 9 de abril de 2020

"El canto de los pájaros".

Te imagino escribiendo tu novela encerrada en tu cuarto, peleándote con la verosimilitud y la coherencia de tus personajes, e intentando ponerte en su lugar para darles vida como si tú hubieras vivido sus propias vidas. Es algo así como continuar jugando con las muñecas que te acompañaron tanto de pequeña. En realidad escribir es lo más parecido a jugar que se me ocurre. La propia vida es un juego que no hay que tomarse demasiado en serio. De lo contrario se nos olvida que no existen reglas adecuadas para vivir. Luego tal vez sea tarde. En estos tiempos tan extraños a todo el mundo le da por decir que éramos felices y no lo sabíamos, que hay que quererse más y por supuesto besarse y abrazarse, y ser solidarios. Todas esas cosas tan serias que adquieren un significado concreto solo porque son nombradas. Hubo una vez en que las cosas no tenían nombre. ¿Te imaginas cuanta libertad? ¿Lo vas a escribir en tu novela? A lo mejor incluso nos besábamos y no lo sabíamos, y nos acariciábamos antes de que nos dijeran que estaba mal o bien.

Escucha el canto de los pájaros. Ellos no saben que lo son ni que están cantando.

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