jueves, 29 de febrero de 2024

"Eso de nacer un 29 de febrero".

Esta foto me la ha enviado una amiga. Evidentemente, yo no soy el hombre perfecto, aunque es verdad que me gusta leer y también el café y la filosofía. También es verdad que soy un adolescente, pues mido el tiempo de una forma distinta a como lo hacen la mayoría de los mortales. O quizá sea el tiempo el que me mide a mí de manera distinta. Y ahora me tomo el primer café del día antes de vestirme, pintarme y esas cosas, y repasar qué tengo que contar hoy a mis alumnos. Es verdad que improviso mucho delante de mis alumnos ya que en mis clases el primero que se tiene que divertir soy yo. Por cierto, ayer también lo hice en la entrevista que me grabaron en la cadena Ser sobre mi último libro y van a emitir en tres semanas (ya lo comentaré). 
 
Y escucho una canción romántica mientras amanece:
 
Y es que, como dijo aquel, nadie es perfecto.
 

 

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miércoles, 28 de febrero de 2024

"100 años después Neruda en nuestra tertulia".


 
 
Pablo Neruda tomaba cafés y comía en Casa Manolo cuando estuvo viviendo en España, en la Casa de las Flores de Argüelles, cerca de mi casa. Y ayer volvieron a resonar sus versos en el mismo lugar. La culpa la tuvieron cinco escritores que vinieron desde Tenerife hasta nuestra tertulia para presentarnos su libro "Relatos íntimos desde el escenario", 2023, que ha editado el Centro de la Cultura Popular Canaria.
 
El teatro posee, indudablemente, algo especial para que sea una de las actividades artísticas que cuenta con actores dispuestos a dejar la piel sobre el escenario y unos espectadores deseosos de verlos, ya sea en una época de crisis o cuando esta sociedad dispone de un elevado nivel de vida. ¿Será porque siempre sitúa al ser humano frente a su propio espejo? Esto es lo que yo he encontrado en este libro de relatos "íntimos" que se presentó ayer en nuestra tertulia, escrito por seis escritores venidos desde Tenerife, uno cubano, dos argentinos y tres tinerfeños. Ellos son seis personajes en busca de Pirandello mirándose en el espejo del texto, a través de la cuarta pared, ya que los personajes se convierten en escritores. De alguna forma tratan de entender el mundo mientras se van entendiendo a sí mismos. Todos están a punto de salir al escenario y piensan qué van a decir al público. Para eso utilizan seudónimos, se esconden en nombres o cuerpos ficticios, y dejan el camino libre a su misma imaginación para ser y para no ser cada uno de ellos. ¿Mitología? El nacimiento de la mitología y de las religiones tuvo bastante que ver con la búsqueda de respuestas a las seculares preguntas del ser humano sobre por qué estaba en este mundo, qué lo había creado y para qué. En los orígenes, el hombre se extendió lentamente por África, pero después de miles de años no lograba inventar nada que fuera importante. De pronto aprendió a defenderse y a utilizar la capacidad de hablar; esa fue su primera victoria sobre el tiempo. Ya podía relatar su vida a sus descendientes, pues se había inventado un pasado. Descubrió el fuego, sustituyó la caza por la agricultura, aprendió a escribir. La mitología le ofreció la explicación coherente del mundo; a la vez que contaba un relato con cierta coherencia, evocaba lo que siempre se repetía. Tanto en las llanuras de la India como entre los indios americanos, en Grecia y Oriente Próximo, el hombre intentaba explicar por qué existían costumbres y creencias que se escapaban a su imaginación. Algo así es lo que dije para iniciar la tertulia.
 
Y llegamos a Casa Manolo, a la tertulia literaria que es de todos los que aman la literatura, la música, el arte y el propio teatro, hombres y mujeres que se miran todos los martes en el espejo de la belleza, como ocurrió ayer mismo con la brillante presentación de Almudena Mestre y las convincentes, cariñosas e inteligentes intervenciones de los protagonistas del libro, José Ramón Sampayo Rodríguez, Mary Hernández Carnero, María Olarte Lecuona, Argentina Oliva Gil (que no pudo viajar hasta Madrid por asuntos personales), Graciela Rivero Sotelo (que no es mi prima) y Maximiliano Crespo Naon, que en cierto momento no recitó, sino que nos "dijo" el poema 20 de Neruda, del que grabé unos instantes. Yo estaba un poco lejos y la voz queda entre susurros. Por eso reproduzco uno de los poemas más bellos de la historia de la literatura, y comparto el pequeño video que resume una tarde maravillosa. Después de todo qué es la vida, sino un conjunto de tardes y noches maravillosas:
 
"Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
 
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
 
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
 Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
 
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
 
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
 
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
 
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
 
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
 
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
 
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
 
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
 
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
 
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
 
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
 
Aunque éste sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo".
 
(Neruda, "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", 1924).
 
 




 
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martes, 27 de febrero de 2024

"La felicidad junto a mi cura de 89 años recién cumplidos".

Suelo decir a mis alumnos (ayer ya casi de noche, por ejemplo), que la felicidad en opinión de Aristóteles es hacer el bien. Al ser humano le corresponde ser justo, al igual que a un perro ladrar o a la planta echar raíces. El bien supremo o fin final que perseguimos es aquel que no se busca para alcanzar otra cosa, sino que es apetecible por sí mismo y jamás por otra cosa. Los bienes se distribuyen en tres clases: los exteriores, los del alma y los del cuerpo; los del alma son los bienes de máxima propiedad. Ya que la felicidad consiste en las acciones y operaciones del alma, siempre he sabido que el "hombre feliz" es el que vive bien y obra bien. A grandes rasgos la felicidad es una especie de "vida dichosa", e igualmente de conducta recta. Aristóteles considera que el bien es una operación, la más propia del hombre y no una posesión de un bien externo o una operación de las facultades superiores. En tal sentido está descartando el que la felicidad sea la posesión de la riqueza. El bien humano resulta ser una actividad del alma según su perfección. La felicidad es lo mejor, lo más bello y deleitoso. Esto es la virtud, que nos hace capaces de practicar las bellas acciones. Estamos ante el concepto griego de lo "bello-bueno" aplicado a las acciones rectas. La felicidad pertenece así a las cosas venerables y perfectas por ser un principio, pues por causa de ella hacemos todo lo demás. La virtud humana no es la del cuerpo, sino la del alma, así la felicidad será una actividad del alma.
 
La música que me viene a la cabeza antes de irme a clase es de la última película de Víctor Erice. Ya he dicho varias veces que este director es un milagro en España, y que su personaje busca a su hija (la única persona que le ha querido) para que le mire por última vez antes morir:
 
Javier me miró con amor cuando me vio llegar el domingo pasado a su misa. Así también miraba Aristóteles a su hijo Nicómaco cuando le contó su "Ética".
 



 

"La vida es sueño".

Esta tarde nos visitarán en Casa Manolo cinco escritores que vendrán directamente desde Tenerife a la tertulia, para presentar su libro "Relatos íntimos desde el escenario", para el que he escrito un prólogo. Almudena Mestre y yo hablaremos del libro y pediremos que, por supuesto, lo hagan todos los autores.
 
Cuando leí estos relatos, fruto de un taller de escritura dirigido por el escritor José Ramón Sampayo en Tegueste, un bonito pueblo del norte de Tenerife, cerca de la Laguna y Anaga, uno de mis paraísos en este mundo, no tuve más remedio que escribir en el "prólogo" algunas cosas como estas: "Desde sus orígenes, el teatro español estuvo vinculado a la religión y el carnaval. En cada fiesta patronal de los pueblos y ciudades se representaban autos de Navidad y de tipo sacramental, así como obras relacionadas con el carnaval. En el momento en que se rompieron esas vinculaciones, el teatro adquirió su sentido actual. Y ese ha sido el espejo en el que se han mirado José Ramón Sampayo Rodríguez, Mary Hernández Carnero, María Olarte Lecuona, Argentina Oliva Gil, Maximiliano Crespo Naon y Graciela Rivera Sotelo a la hora de elaborar sus textos que el lector (el espectador) tiene en sus manos, una manera de representar el espíritu del teatro que aúna en uno solo al actor y al escritor (...)"
 
Mientras recordaba estas palabras, me ha venido a la cabeza una de esas obras de teatro que los españoles llevamos en el corazón. En mi último libro cito aquellos "Estudio 1" de TVE como uno de mis referentes intelectuales de mi niñez, con actores como Julio Núñez que sabían vocalizar y con una inmensa presencia escénica y una voz absolutamente hipnótica. Ayer por la noche volví a ver la obra maestra de Calderón, realizada de tal forma que me recordó el cine de Orson Welles, como su "Macbeth":
 
Tú bien sabes lo que es amor.
 

 

domingo, 25 de febrero de 2024

"Sucedió una noche".

Esta semana me van a entrevistar en el programa de cine de la Ser "Sucedió una noche" para hablar de mi último libro y mi pasión por el cine. Es de los programas más interesantes de la radio española, y me hace ilusión hablar en él. Además este año se cumplen los 90 años del estreno de la película de Frank Capra protagonizada por Clark Gable y Claudette Colbert que da título al espacio, y lo van a celebrar. Uno de los relatos de mi libro habla de esta película. Ya comentaré cuándo lo emiten.

Por otra parte, hace unos días la poeta y crítica de arte Efi Cubero escribió su opinión sobre ese hombre que se parece a Al Pacino y dice cosas como estas: "(...) este extraño escritor llamado Justo Sotelo, absolutamente inclasificable desde muchos puntos de vista, al que siguen cada día centenares de lectores que esperan, ávidos, la excelencia de los textos que derrocha en las redes y que decanta en libros, en una afortunada confluencia de pensamiento y acción, de actividad creadora y reflexiva, de amor por la vida, de humanismo y verdad (...)"

Como es una opinión que valoro, la he subido a mi blog. Espero que os guste a mis amigos:

https://sotelojusto.blogspot.com/2024/02/secuencias-proposito-de-un-hombre-que_21.html

Siempre he pensado que vivir en persona "Sucedió una noche" al menos una vez en la vida es bueno para la salud. Yo también he visto esa isla del Pacífico, y he alcanzado las estrellas con la mano, a su lado:

https://www.youtube.com/watch?v=yV0HGUonWtM

 


 

sábado, 24 de febrero de 2024

¡Buenos días, princesa!

"Me olvidaba decirte que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie, sobre todo a ti (...) Haría el amor contigo toda la vida (...) He soñado toda la noche contigo, íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. Solo pienso en ti, princesa, pienso siempre en ti!"
 
¿La vida es un estado de ánimo? Siempre he pensado que lo es. Viajando en bicicleta al ritmo de la tierna barcarola de los "Cuentos de Hoffmann", tomando un helado de chocolate en cualquier banco de la calle, abriendo una librería enfrente de donde vive ella y así poder escribir aquella novela mirándola a los ojos, haciendo reír a un niño mientras lo llevas en carretilla desde el primer día de su vida.
 
Y escuchando esta música:
 

viernes, 23 de febrero de 2024

"El chico ciego".

Ayer desayuné en un Café mientras repasaba varias ecuaciones de matemáticas que iba a contar por la tarde a mis alumnos. Al poco entraron una madre y su hijo ciego de unos 12 o 13 años; me fijé en el muchacho por el bastón blanco que llevaba, una vara alargada y ligera. Se sentaron enfrente de mí y el chico agachó la cabeza y cerró los ojos. En ese momento me embargó una enorme sensación de tristeza. La madre le preguntó qué quería tomar y él permaneció callado unos instantes; por fin dijo que no deseaba nada. La madre insistió y entonces dijo, encogiéndose de hombros, que lo que ella quisiera. Sus ojos permanecían cerrados y casi había apoyado la cabeza sobre la mesa. Yo tenía que hacer unas llamadas, y pagué el café y el tortel y salí a la calle a pasear. A la edad de ese chico, me dije, yo veía un mundo maravilloso aunque perdí bastantes dioptrías porque, según el médico, había leído y estudiado demasiado desde pequeño. Es un mundo lleno de colores, de ríos y mares, un mundo lleno de montañas y volcanes, lleno de árboles en flor y muchachas de Proust. Lleno de ojos que han reído y llorado conmigo y por mí. Y me pregunté si tengo derecho a ser feliz mientras otras personas desconocen la mirada de amor de los ojos de su madre.
 
De pronto me vino una melodía a la cabeza: 
 

jueves, 22 de febrero de 2024

"Todos dicen te quiero".

El hecho de poder ver las películas de los Hermanos Marx es una de las cosas divertidas e inteligentes que me han ocurrido en mi vida, y supongo que algo parecido le sucedió a Woody Allen, como dije el otro día anunciando la última tertulia, ya que su película es un homenaje a los Marx. ¿Cómo no sentir la alegría de la vida mientras ves "Plumas de caballo", "Sopa de ganso, "Una noche en la ópera" o "El conflicto de los Marx"?

Y ponerte a cantar:
 
Esa sensación es la que siento cuando voy a clase, algo que suelo hacer cantando o silbando, como Groucho en el video que acabo de poner, y aunque esté cansado de tanto hablar a mis alumnos. Ayer les dije que incluso pienso más rápido que hablo, por lo que a veces se me traba la lengua, pero no el pensamiento. En nuestro mundo el que no canta y no baila es porque no quiere.
 
¿Cómo no ser un romántico empedernido?
 

 


miércoles, 21 de febrero de 2024

"Secuencias". Por Efi Cubero.


 
"Siempre fui un soñador", afirma el actor Al Pacino en una entrevista. "Los corazones que me seguían...", dice Shakespeare en "Antonio y Cleopatra". 
 
Ambos términos retratan una realidad incuestionable, la de este extraño escritor llamado Justo Sotelo, absolutamente inclasificable desde muchos puntos de vista, al que siguen cada día centenares de lectores que esperan, ávidos, la excelencia de los textos que derrocha en las redes y que decanta en libros, en una afortunada confluencia de pensamiento y acción, de actividad creadora y reflexiva, de amor por la vida, de humanismo y verdad. La tonalidad de Justo Sotelo, ese deambular por la vida y por las artes donde de repente una llama, la de un cuadro, una película, una secuencia, un verso, una mirada, un silencio, un paisaje arde en el instante que es prolongado y prologado en su interior cuando de pronto le nace el texto, que rescata el instante, y lo eterniza.
 
Él mismo, en este libro extraordinario, es una conjunción que se despliega en correlaciones que van de la sencillez a la profundidad, de lo intenso a lo demorado, de la brillantez a la opacidad. De lo leve a lo trascendente. Un ventisquero y una tarde soleada. Una galerna y un calmado mar. 
 
Melismático, Sotelo. En el que las sílabas enlazan correspondencias infinitas, como una interminable melodía que, en la definición de Bernstein, es "una serie de notas que avanzan en el tiempo, una detrás de otra". Y en cambio para el artista y poeta Paul Klee es "sacar un sonido de paseo". Todo aquello que puede significar un motivo, un tema, una voz interior. La misma melodía que escuchó siendo niño. La que le permite plantar árboles eternos "sin esperar a que den su sombra".
 
"Un hombre que se parecía a Al Pacino. Cuentos del primer café", en edición de El Fil D'Ariadna, es un libro que recomiendo encarecidamente. Cada ensayo breve donde se enlazan tiempos y saberes, son piezas de un poliedro de excelencia y calidad incuestionables, donde cada faceta brilla por sí misma.
 
Un libro inagotable, para seguir leyéndolo, que siempre depara una sorpresa más. Un matiz diferente. Unos trazos distintos, otra forma de ver, de ser. 
 
Otra mirada. 
 
 

 
 

"Resurrección".

Me tomo el primer café de la mañana mientras escucho el mítico final de la Segunda Sinfonía de Mahler, una obra que a algunos siempre nos ha emocionado y nos ha removido por dentro, sobre todo en la interpretación de Bernstein:
 
Al terminar la tertulia de ayer con la poeta Pilar Elvira a propósito de su libro "En voz alta", que fue finalista del XXXVIII premio Fernando Rielo de poesía mística, Javier Del Prado y yo nos fuimos a dar una vuelta por el barrio. Hacía buena noche y yo necesitaba despejarme de tantas clases. Hablamos de algunas personas interesantes que habíamos conocido en la tertulia, y también lo hicimos de la poesía mística y religiosa. Y ahora pienso en todo lo que tiene su principio, aquello de lo que no se puede separar, de lo que es determinado desde el interior por oposición a una jerárquica superior. Pienso en el ser y en el hacer, en la alteridad del principio. No me refiero a la permanencia que designa el carácter de lo que permanece igual a sí mismo, aunque a través de la duración, es decir, asignando a los objetos un espacio y un tiempo, sino en diferenciar un ser sí mismo fuera del tiempo y del espacio del ser sí mismo en el tiempo y el espacio.
 





 

martes, 20 de febrero de 2024

"Hoy he visto en Madrid un cielo rosa".

Esta tarde, en Casa Manolo, a las 18.30, la poeta Pilar Elvira Vallejo nos hablará de su libro "En voz alta". Pilar es una tertuliana que viene siempre que puede. Lo presentará la también poeta Concha Galán, una de las tertulianas más antiguas. Este es un poema del libro:
 
"¿Sabes?"
 
¡Hoy he visto en Madrid un cielo rosa!
Me esperaba al salir de un edificio
de luz blanca inexpresiva.
 
Una bella exposición al aire libre
elevaba las miradas cabizbajas
de transeúntes distraídos.
 
¡Sorprendente cielo rosa!
 
Solo el filtro de Tu Luz
puede crear tal cromatismo
en un lienzo inexistente.
 
¡Me ha llenado la memoria de colores!
 
Antes de bajar al Metro
lo he añadido a mi vieja colección
de cielos rasos
en el álbum intangible de mis versos.
 
En el último vistazo
una luz me ha recordado
que Tu Amor me llama al cielo
rescatando mi mirada,
una vez más,
de la mundanal rutina (pp. 105 y 106).
 
La foto la saqué el otro día, al atardecer, en la Gran Vía. Anoche me quedé dormido en Madrid, aunque podría haberlo hecho en París cantando "Todos dicen I love you". El cielo de Madrid es rosa, pero el de París sabe a los labios de ella, a esa saliva que te permite volar gracias al amor:
 

lunes, 19 de febrero de 2024

"Beti gazte".

Me dijo ayer por la mañana la amiga vasca Begoña Isasi, en el post que dediqué a Galdós y su personaje Salvador Monsalud, el héroe de la segunda serie de los Episodios Nacionales (antes de irme a clase aprovecho para agradecer a todos los amigos los cariñosos e inteligentes comentarios que escribisteis). Y por supuesto que me gusta la expresión de Begoña, su forma de llamarme. Quizá por eso ayer me fui de paseo al campo, a vivir un bello día de primavera, y me saqué esa foto al lado de uno de los ríos de mi vida. En el coche se escuchó entera la ópera "El holandés errante" de Wagner, una obra espléndida que también siento cercana a mi forma de ser, con su apasionada obertura:
 
A esta percepción ayudaron los paseos que me di en su momento por Girona y por la Costa Brava, uno de mis paraísos particulares de este mundo, en concreto por Portbou, Cadaqués, Figueres y Tossa de Mar. En esta última se rodó "Pandora y el holandés errante", dirigida por Albert Lewin e interpretada por James Mason, como el holandés, y Ava Gardner, como Pandora. Lewin es el director de una película de la que hablé hace poco, "El retrato de Dorian Gray", que también tiene que ver con la expresión de Begoña. 
 
Quizá ambas películas le vayan bien a mi personalidad:
 
"¿Qué abandonarías tú?", le pregunta él.
 
"Moriría por ti, sin dudarlo un momento", le responde ella.
 

 

domingo, 18 de febrero de 2024

"Salvador Monsalud en la Plaza Mayor".

Siempre que paseo por las calles que van a dar a la Plaza Mayor me acuerdo de Galdós, como ayer por la tarde en que me saqué la foto. Por allí transcurren algunas de sus novelas contemporáneas y sus Episodios Nacionales que tanto me gustaron de adolescente. El protagonista de la primera serie es Gabriel Araceli, y de este tomé el nombre para mi novela "Poeta en Madrid". El de la segunda serie es Salvador Monsalud, e igualmente me impactó en aquella época, cuando se estaba formando mi mente sobre el mundo que me había precedido, y no me refiero tan solo a las décadas anteriores de la Guerra Civil y el franquismo. Salvador es un personaje que a lo largo de las diez novelas evoluciona desde su inicial afrancesamiento al liberalismo progresista. Su antítesis ideológica es Carlos Garrote, su medio hermano, tradicionalista y absolutista. Ese enfrentamiento le servirá a Galdós para reflejar la rivalidad entre carlistas liberales y reaccionarios, reflejo histórico de la "escisión de las dos Españas" del siglo XIX, que ya había esbozado en "La Fontana de Oro", y que remataría en 1876 con "Doña Perfecta", obra contemporánea del primer episodio de esta segunda serie "El equipaje del rey José". Octavio Paz, en su discurso de agradecimiento por el Cervantes en 1982, se identificaba con Monsalud en estos términos: "Al llegar a la segunda serie me cautivó inmediatamente la figura de Salvador Monsalud. Fue mi héroe, mi prototipo. Mi identificación con el joven liberal me llevó a enfrentarme con su medio hermano y adversario, el terrible Carlos Garrote, guerrillero carlista. Dualismo a un tiempo real y simbólico: el hijo legítimo y el bastardo, el perro guardián del orden y el vagabundo, el hombre del terruño y el cosmopolita, el conservador y el revolucionario. Pero Carlos Garrote, como poco a poco advierte el lector, no solo es el adversario que encarna la otra España, la de ¡Religión y fueros!, sino que es el doble de Salvador Monsalud... Cada uno es el otro y el mismo. Descubrí entonces que a todos nos habita un adversario y que combatirlo es combatir con nosotros mismos".
 
La música que siempre me viene a la cabeza cuando pienso en los Episodios Nacionales es la de Beethoven, en particular el Concierto Emperador. Seguro que Galdós también la escuchaba un domingo por la mañana, como hoy: 
 
Sí, al pisar los soportales de la fotografía recordé a todos los que habían pisado aquellas baldosas antes que yo, ya fuera en el mundo real o en el de la ficción, pues al final son el mismo mundo, el que habita en mi mente.
 

 

sábado, 17 de febrero de 2024

"Play it again, Sam".

Ávila, Orson Welles y Villacís. Y mis amigos profesores después de tantos años y tantas comidas, Patricio, Antonio, Luis, José Manuel. Un viernes por la tarde cuando acaba mi semana como profesor de aula en aula, de rostro en rostro de mis alumnos. Cada ser humano tiene un mundo detrás, como la tuvo el inmenso Welles y lo tiene la misteriosa ciudad de Ávila, cargada de murallas, de conventos y de iglesias, de calles y plazas que tanto he pisado, de místicos como Santa Teresa y San Juan, cargada de poesía. Y por eso tenía que ir a la presentación del último libro de Villacís en el coche de Patricio, hablando de la vida y de la amistad. Y Pepe tenía que leernos sus poemas, al igual que su presentadora Concha Galán, y hablarnos de Welles y "Ciudadano Kane", una de las películas más geniales de la historia del cine que he visto tantas veces, como la ha visto Pepe, cuando el cine es como la vida, antes de que llegara a casa y me pusiera a ver, una vez más, "Play it again, Sam", que aquí se llamó "Sueños de seductor":
 
Siempre he sabido que se trata de dejarse seducir por la vida.
 




 

viernes, 16 de febrero de 2024

"La memoria de un hombre está en sus besos".

Ayer me apetecía coger el Metro para ir a mi facultad -está cerca de la estación de Vicente Aleixandre- y, antes de salir, me paré como otras veces en el vestíbulo para leer el cartel con su poema "Quien hace vive".

"La memoria de un hombre está en sus besos.
Pero nunca es verdad memoria extinta.
Contar la vida por los besos dados
no es alegre. Pero más triste es darlos sin memoria.
Por lo que un hombre hizo cuenta el tiempo.
Hacer es vivir más, o haber vivido,
o ir a vivir. Quien muere vive, y dura".

Ya en la calle, y mientras daba vueltas a este significativo poema, me acordé de "Tiempo" y "Espacio" de Juan Ramón:

“Cuando besamos a nuestra mujer en la boca besamos en ella la boca de dios, todo el universo visible e invisible, y el amor es el único camino de la eternidad y de dios. Es realidad yo creo que no hay otra eternidad que el amor, y si sentimos la muerte como un defecto es porque nos quedamos sin acción de amor, porque nuestra boca ya no puede ponerse en contacto voluntario y dinámico con la boca del mundo”.

En su momento quise reflexionar sobre todo esto en un artículo que publiqué en la revista Tarántula. Lo dejo por aquí por si os apetece leerlo a mis amigos:

https://revistatarantula.com/la-sustancia-de-los-dioses-el-tiempo-de-juan-ramon/

Sí, la memoria de un hombre también está en sus textos.