martes, 31 de diciembre de 2019

"Cowboy de medianoche".

Este 2019 se han cumplido 50 años desde que se estrenó una película que cuestionaba el clásico "sueño americano", y hablaba de homosexualidad y prostitución masculina sin tapujos, pero sobre todo hablaba de perdedores. La dirigió el inglés John Schlesinger, la rodó en las calles de Nueva York, lo que era poco habitual entonces, y no tuvo problemas con la censura, salvo para los reaccionarios habituales de todas las épocas. Tengo la sensación de que 50 años después esos reaccionarios han reaparecido en todos los estratos de la sociedad. Me refiero a la ola de conservadurismo que recorre el mundo, como podría decir el bueno de Marx, aquel burgués que apenas salió de la biblioteca de su barrio de Londres mientras escribía unos libros que casi nadie ha leído, y que está alumbrando un mundo de ganadores y perdedores, donde solo cuenta el éxito. La quise ver anoche antes de que se acabara 2019. Como suelo contar a mis alumnos, aquel fue el momento del mayo del 68, la primavera de Praga, la matanza de los estudiantes de México, los disturbios de Stonewall -que originaron el actual movimiento de liberación LGTB- o el festival de Woodstock. Aquellos jóvenes protestaban contra la Guerra de Vietnam, Dennis Hooper estaba a punto de estrenar su "Easy Rider", las mujeres querían llevar minifalda y bikini, y por supuesto en España la película no se estrenaría hasta unos años después. De la película me continúa gustando su libertad creativa, y Dustin Hoffman, por supuesto, que se había hecho famosísimo con "El graduado" solo dos años antes, una historia que tiene muchas cosas en común con esta. John Voight es Joe Buck, un apuesto y aniñado vaquero dispuesto a "comerse el mundo" con sus aires narcisistas y de conquistador, y Dustin Hoffman es Rico Rizzo, un tipo que está muy enfermo y sobrevive en los cuartuchos y en las cloacas de la ciudad a la que Joe va a parar en busca del éxito. Los dos constituirán una pareja que será las dos caras de la moneda de los desheredados del "american way of life".

Y volví a encontrarme sus colores saturados, la atrevida utilización de la cámara y la mítica banda sonora de una de las películas más tristes, lúcidas y sintomáticas del Hollywood de finales de los 60, retrato de una sociedad en cambio. Un fresco humanista que sigue dejando huella y mostrando una cicatriz generacional. En aquella época yo estaba abriendo los ojos y aún no era consciente de dónde me venía la luz. Años después, cuando volví a escuchar esta canción, recordé la dirección de esa luz:

https://www.youtube.com/watch?v=IQlmgmR4a4g

Feliz, libre y progresista Nochevieja, aunque pueda parecer un oxímoron.


lunes, 30 de diciembre de 2019

"Parásitos", de Bong Joon-ho.

No quiero que se me acabe 2019 sin hablar de una de las mejores películas que he visto este año en el cine, del surcoreano Bong Joon-ho. Le sucede lo mismo que a "Joker" o a la japonesa de 2018 "Un asunto de familia", de Hirokazu Koreeda, que son un cine excelente, pero que trascienden el arte para retratar el mundo que vivimos, la marginalidad económica y social de un capitalismo salvaje que parece no tener límites. Ahora ya no se habla de "proletariado", sino de "precariado".

Pero en este nuevo mundo no hay buenos ni malos o al menos todos somos responsables.

"Parásitos" son dos horas y pico que se pasan volando y donde se habla de las diferencias de clase, la necesidad de que no nos quedemos sin WIFI ni redes sociales, los fenómenos sociológicos que mueven a la gente, el terror y el misterio cotidianos a lo Hitchcock, con una evidente mala uva, pero que está contado de una forma encantadora. Lo primero que debería comentar es que la dirección y la puesta en escena son primorosas y muy elegantes, algo esencial en una película de personajes. Están tan bien escritos que nos los creemos desde que aparecen en la pantalla y se apoderan de ella. La he visto dos veces y estuve riéndome la mayor parte del tiempo, aunque sabía que lo que me estaban contando no era gracioso. Al poco de empezar la película me vino a la cabeza el libro fundacional de nuestro actual sistema capitalista, "Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones" (1776) de Adam Smith que, como es bien sabido, fue profesor de literatura y retórica, economista, filósofo y un viajero empedernido, algo que le permitió entender e intentar explicar el mundo, precisamente. Creo que es imprescindible recordarlo para contextualizar la película, teniendo en cuenta que Corea del Sur es una democracia realmente desarrollada y dominada por el capitalismo más salvaje. La idea de la "mano invisible" de la que nos habló Smith y siempre recuerdo a mis alumnos en clase es que los ricos necesitan a los pobres para que les hagan todos los trabajos que no saben hacer y los pobres a los ricos para comerse las migajas que les sobran a los otros.

Sin embargo, ¿qué es lo que ocurre cuando los pobres se pelean con los pobres para demostrar que tienen más clase, mejor gusto y son más felices?

domingo, 29 de diciembre de 2019

"La literatura actualmente se escribe en Internet y las redes sociales".

Esto es lo que comentó ayer por aquí un antiguo alumno. Me puse a pensar en ello y me pregunté qué es lo que leen los jóvenes y cómo lo hacen. Ellos son los que mueven el mundo en cada época.

Una cosa de la que me he enterado este primer trimestre en la Universidad es que tengo una ex alumna reciente que es modelo e "influencer". Es la chica tan sonriente que me pone la mano en el hombro en una fotografía de hace dos o tres años, cuando mis alumnos se acercaron a verme a la Feria del Libro del Retiro, donde firmaba libros en la caseta de Bartleby editores. Se llama María García de Jaime y desde el principio nos cogimos cariño, ya que es una persona encantadora. Tiene 300.000 seguidores en Instagram y cada fotografía que pone diariamente recibe una media de 30.000 likes y a veces supera los 100.000. El Romanticismo literario se lo inventó, en buena medida, el alemán Goethe con su "Werther". Los jóvenes de finales del XVIII y primeros del XIX querían ser como él, amar, vestir y morir como le ocurrió a él. Algo similar sucedió en Japón con Watanabe, el protagonista que creó Murakami en su "Tokio Blues" doscientos años después, uno de los motivos que me llevó a escribir mi tesis doctoral sobre el escritor japonés, dejando de lado a otros buenos escritores. Me pareció que era interesante estudiar un fenómeno literario que afectó a tantos jóvenes japoneses. Entre medias pienso en Rimbaud, "La montaña mágica" de Mann, el "Dédalus" de Joyce, Kerouac siempre en el camino y los cantantes y grupos de rock de finales del siglo XX.

Y ahora estamos ya en el siglo XXI. 

Observo la fotografía y veo las sonrisas y la belleza de mis alumnos. Eso es literatura y yo tengo que contarlo. Después de todo soy un privilegiado por vivir cada día entre ellos y por haber aprendido a escribir.

sábado, 28 de diciembre de 2019

"Hoy quiero hablar de Abel Jara Moreno, el joven de las fotografías".

Lo conocí en marzo de este año en un acto en Vallecas "Contra la violencia de género" organizado por el escritor y tertuliano Juan José Moragrega (en la tercera fotografía). Y me tocó cerrar el acto a mí. Como hago en tantas ocasiones, me bajé del escenario, me situé junto al público y, tras nombrar a los poetas que habían intervenido en la lectura mientras los observaba de frente, hablé de la evolución de los Derechos Humanos desde el siglo XVIII. Se me acercó un muchacho en silla de ruedas. Me dijo que me leía siempre y que él también estaba escribiendo una novela; incluso había terminado un libro de poemas, aunque tras ponerse a estudiar literatura le parecía que ya había superado su estructura. Añadió que le apetecía venir a mi tertulia del "Café Gijón", con la ayuda de su madre (viven en Vallecas). Al día siguiente me escribió lo siguiente: "Fue una alegría conocerte ayer, sinceramente. Tenía muchas ganas de verte en persona y me gustó mucho lo que dijiste y lo que transmitiste, sobre todo ese gesto de acoger tanto a los ponentes como al público a la misma altura aportando equidad real. También retuve lo que me dijiste: lo importante es estar abierto a aprender y a evolucionar. Nada nuevo, pero tan relevante para tenerlo presente en este mundo donde por todos lados es fácil estancarse." Ayer recibió la noticia de que uno de sus poemas era finalista en un concurso internacional de poesía. Y escribió: "Me hallaba inquieto, eran las tantas de la madrugada y parecía recorrerme una sensación de electricidad incontrolable por cada tendón de mi cuerpo. Me sentía tenso. Fue en ese momento cuando me vi frente a dos opciones: retroalimentar la inquietud con más inquietud por focalizarme en ella, o hallar un recurso interno desde el que evadirme. Y escribí la poesía de forma nada planificada". 

De vez en cuando Abel escribe sentidos y profundos comentarios en mis redes sociales, sobre todo en Instagram. 

Como he dicho otras veces me importan un pito el éxito, la fama, el poder o el dinero, pero quizá sea escritor para contar estas cosas.



viernes, 27 de diciembre de 2019

"Mi tesis sobre Murakami se ha seguido descargando este 2019".

Mientras me tomo el primer café de la mañana, leo los últimos correos que he recibido, y uno llama mi atención. Viene de una universidad de Filadelfia, en concreto de la Thomas Jefferson University. Lo escribe una doctoranda norteamericana de origen esloveno que está haciendo una tesis doctoral sobre literatura comparada, con referentes no miméticos y me pide algunos datos sobre Murakami. Me comenta también que ayer descargó la tesis que leí en la Universidad Complutense sobre el novelista japonés, "La semántica ficcional de los mundos posibles en la novela de Haruki Murakami". Es decir que todavía hay personas que estudian en este mundo, me digo, así que no pierdo la esperanza en el género humano. Todo no va a ser beber, comer y ver la televisión. Según datos de la Complutense, la tesis se ha descargado 479 veces este año (a día de hoy y mientras apuro el café) y más de 9000 veces desde que la leí en mayo de 2012. La distribución por países ha sido la siguiente: 2656 veces en España, 1236 en México, 733 en Argentina, 613 en Estados Unidos, 309 en Alemania o 262 en Francia. Anecdóticamente, se ha descargado una vez en las islas Malvinas, Mauritania y Trinidad y Tobago.

Los datos globales son los siguientes:

https://eprints.ucm.es/cgi/stats/report/eprint/14752…

En 2019:
https://eprints.ucm.es/cgi/stats/report/eprint/14752

Y por países:
https://eprints.ucm.es/…/stats/report/eprint/14752/requests…

(Como en su día no tenía a Murakami a mano, me hice esa fotografía con el embajador de Japón en España, cuando le entregué el ensayo que publiqué sobre la tesis).



"El escritor".

Me gusta que me dediquen poemas, supongo que como a todo el mundo, y novelas y canciones, y que me envíen un ramo de flores en noviembre y en todos los meses del año. (No me hubiera importado que Cecilia me hubiera dedicado su "ramito de violetas"). También me gusta servir de inspiración, en este caso como novelista. El poema que he recogido al final del post me lo envió el día de Nochebuena la poeta tinerfeña Candelaria Villavicencio, mientras se imaginaba cómo podía estar yo escribiendo una novela. Ya he comentado alguna vez que Lali -que es como la llamamos sus amigos- es una de las mejores poetas que he conocido, y eso que aún no ha publicado ningún libro. Es su manera de mirar el mundo, esa intuición poética de los auténticos creadores, su introspección casi perpetua, esa fuerza irresistible de meterse en una biblioteca y no salir de allí hasta habérselo leído todo. En esa fotografía estoy con ella hace un tiempo tomando un cortado en la plaza de la Orotava, en el Norte de Tenerife. Y, por cierto, observo que en la mesa hay dos novelas, una mía, "Entrevías mon amour", y otra de Don DeLillo, "Submundo", una de las novelas mayores del pasado siglo XX. Leer a DeLillo es lo más cerca que he estado de Thomas Pynchon, es decir, de la mejor literatura del siglo XX.

Y ahora el poema de Candelaria:

"El escritor".

"Me dirás
-A tantas cosas inútiles-
Alguien que se asoma y te mira
Luego se mutila los ojos
-Anda a ciegas desde entonces-

Tocan tu pulso
Nada ocurre
La noche se suelta de las manos
Y se va al fondo
-Me encanta la oscuridad cuando amanece-

Me dan entonces el tacto de las palomas
Las voces grises de las nubes
Y todo se vuelve como antes

-Toma una palabra con su lengua-
Luego la escupe
Todo en llamas en su garganta
Yo decido lo que ha de pasar

Alguien te pone un nombre que no es el tuyo y se aleja
-Quizás sus ojos dejen de mirarte-".


(Como soy un caprichoso, romántico y sentimental, me tomo el primer café del día escuchando esta canción en mi parque preferido y mi estanque preferido, el del Palacio de Cristal: 

https://www.youtube.com/watch?v=8AtSHZTwehY)

miércoles, 25 de diciembre de 2019

"Navidad".

Esta fotografía tiene 22 años. Anoche nació otro niño hace más de 2000 años, pero en realidad son el mismo.

Feliz día de Navidad.

martes, 24 de diciembre de 2019

"En el fondo la vida".

En el fondo la vida no es más que te laven el pelo, mientras te cuentan un cuento y viajas en una avioneta a lo largo de la historia de la humanidad.

Esta puede ser la escena:


Este puede ser el cuento (el prólogo de mis "Cuentos de los otros"):

"Todos los libros deberían empezar recorriendo el desierto de Túnez donde se rodó “El paciente inglés”.
Pero con las manos.
Tu cuerpo y tu mente serán las dunas y los oasis. Una forma de llamar a la sed y al agua, como ese manantial de la doncella donde Ingmar Bergman imaginó que nace la vida y se comen las fresas salvajes.
Entonces me preguntarás: “¿Qué te gusta más?”, como en la película. Yo seré tu conde László Almásy y tú mi Katharine Clifton.
https://www.youtube.com/watch?v=PeDNWyTmrgY
Y luego me lavarás el pelo antes de que descorchemos una botella de Moet Chandon mientras me besas".


Y este el viaje:

https://www.youtube.com/watch?v=g_0t0bPAClE


lunes, 23 de diciembre de 2019

"Thick as a brick".

Me alerta Google de una bella reseña escrita por Teresa Docio en Amazon, a finales del mes de julio, sobre mi novela "Las mentiras inexactas". Como no tengo tiempo para prestar demasiada atención a estas cosas, no dejo de sorprenderme, casi de maravillarme por el hecho de que alguien que no te conoce dedique varias horas y días de su vida para leer tu novela, y luego tenga el detalle de escribir su opinión en la página de Amazon. Me tomo el primer café de la mañana, busco si Teresa Docio se encuentra en Facebook y gracias a eso me entero de que es escritora, tiene un club de lectura y es amiga de grandes escritores. Su reseña es esta, donde observo que debe de estar leyendo también la novela de una amiga y nueva tertuliana, Matilde Tricarico:

https://www.amazon.es/gp/customer-reviews/R35V0TUUIL0K31…

"Un comienzo sencillo que poco a poco coge profundidad y volumen. Una novela de personajes incluido el propio autor. Meta literatura. Amor. Paso del tiempo. Misteriosa reminiscencia de novelas de aventuras juveniles clásicas. Lenguaje rico. Lleno de referencias culturales: música, escritores, sitio donde se desarrolla la trama. Referencias actuales al mundo digital. Homenaje a escritores que admira y de los que ha aprendido. Cortázar, Borges, Murakami... Un gran trabajo de estructura narrativa". 

La última frase me parece esencial; es algo que pido a todos los libros que leo, y por eso siempre me lo exijo a mí mismo a la hora de escribir. Escribir un buen libro es como hacer un buen puente, "duro como un ladrillo". Debe tener la suficiente solidez para que no se caiga con el paso del tiempo, algo que suele ocurrir a menudo dentro de esta posmodernidad líquida, al estilo Bauman y aplicada a los materiales de construcción. La primera fotografía que he puesto es del Hotel Reina Victoria, en la Plaza Santa Ana de Madrid, ya que la novela termina en uno de los balcones de la penúltima planta. La segunda es del lugar de la plaza donde siempre he imaginado que estaría la librería a la que van a leer, emborracharse y enamorarse los bohemios que he conocido a lo largo de mi vida. La tercera fotografía es la portada de un disco mítico de rock sinfónico, "Thick as a brick", duro como un ladrillo, que Sergio Barrios, el joven dueño de la librería, tiene cogida con chinchetas en la puerta. Es un disco que le encantaba a mi hermano y que se escuchaba mucho en casa. Como yo solo procuro escribir de las cosas que me llaman la atención, sin ninguna prisa, y soy un romántico y un sentimental, vuelvo a escucharlo ahora:

https://www.youtube.com/watch?v=ldXdnZtTWp8




domingo, 22 de diciembre de 2019

"Hoy es el día de la Lotería de Navidad".

Llevo varias semanas viendo esa cola en la calle del Carmen, tal vez incluso meses. Nunca presto demasiada atención, tan solo miro mientras paso de largo. Cuando era pequeño me explicaron en el colegio que esta lotería fue una medida del gobierno para pagar la Guerra de la Independencia, similar a la emisión de la Deuda Púbica en la actualidad con el objetivo de financiar el Déficit Público. Curiosamente, se convirtió en una costumbre en España, que en general no existe en otros países. Mientras volvía a pasar de largo el otro día y hacía esa fotografía pensé que esta tradición no me parece ni mal ni bien. Nunca he podido evitar una sonrisa cómplice al ver en el telediario unas horas después los rostros felices de las personas a las que les habían tocado los premios, y así hasta el año siguiente. No he jugado a esta lotería en mi vida, ni a ningún otro juego parecido. Me aburren los juegos de azar y hasta los vencedores de cualquier cosa (incluidos los que ganan premios y hacen listas de libros, películas y mejores jugadores de fútbol). Cuando era adolescente me gustaba mucho jugar al ajedrez, hasta que me di cuenta de el juego no consistía en ganar o perder contra nadie, sino en hacerlo con tu propio cerebro.

Feliz día de la Lotería.

sábado, 21 de diciembre de 2019

"Ciudades en las que un día naufragamos", de Amparo Serrano de Haro.

"Las horas".

En esa foto estoy empezando a leer la última novela de Amparo Serrano de Haro, "Ciudades en las que un día naufragamos", publicada por Talentura Libros.

Amparo va a venir a finales de enero a la tertulia del "Café Gijón" y así nos conoceremos (es amiga virtual desde hace tiempo en Facebook). Su editor, Mariano Vega Álvarez, ha tenido la delicadeza de enviarme esta novela a la Universidad. Por otra parte me apetece leer cosas sobre Nueva York, París y Fiesole, una pequeña ciudad cercana a Florencia, las ciudades del título. Amparo es doctora en Historia del Arte y profesora de la UNED. Estudió en la Universidad Complutense y tras obtener la Beca Fulbright también lo hizo en Columbia University (Nueva York) y en el Institute of Fine Arts (New York University), cosas que ya me seducen de entrada. Sus principales líneas de investigación relacionan el arte con la historia y la crítica, los códigos de la imagen y los estudios culturales, como las cuestiones relativas al género. Ha publicado ensayos, novelas y cuentos. Me gusta mucho sentarme en los bancos de madera de la calle. Ayer volví a hacerlo durante un rato cuando dejó de llover y, rodeado de las hojas caídas de los árboles y protegido por mi enorme bufanda, me puse a leer la novela de esta profesora de historia del arte. También me puse los auriculares para escuchar la música de una bella y triste película, que pensé que podría irle bien a la novela. Leo la historia del fotógrafo Michael Doods, a través de tres mujeres, y escucho la música de Philip Glass para la película de Stephen Daldry, también con tres mujeres y un hombre:

https://www.youtube.com/watch?v=bwC7_Lj9jKE

Desde que era un crío sabía que leer un buen libro era algo así como iniciar un camino en busca de un tesoro, un viaje hacia el final del arcoiris.

viernes, 20 de diciembre de 2019

"Unidos por la literatura a través de mi foulard".

Tomándome ayer por la tarde una manzanilla con Clara Obligado, una de las escritoras e intelectuales españolas (es argentina, pero lleva en España casi toda la vida), más relevantes e influyentes del mundo literario de este país. Llevábamos varios meses dando vueltas para quedar y tomarnos un café, y no nos poníamos de acuerdo. Al final elegimos el mejor sitio, la cafetería del Hotel Reina Victoria, en la Plaza Santa Ana. Ahí situé la librería de mi novela "Las mentiras inexactas, donde se reúnen todos los amigos bohemios que he conocido a lo largo de mi vida (como el pintor Antonio Zaballos, que ha hecho las portadas de mis novelas), así como las viudas de Borges, Alberti, Saramago y Sampedro. La novela termina en un balcón de la penúltima planta del hotel, donde sale la chica desnuda, cubierta solamente por una sábana, para mirar la plaza de noche, y el chico la observa mientras escribe en su cabeza la que podría ser una futura novela. Ahí mismo he dormido yo varias veces. Ya sé que parece que mi vida siempre ha sido pura literatura, pero es que es verdad.
Porque quedar con Clara Obligado es continuar hablando de literatura. Por la mañana había formado parte del jurado del Premio de Narrativa de El Ojo Crítico de RNE, que fue a parar a manos de Irene Vallejo con "El infinito en un junco". A su vez, la había entrevistado Susana Santaolalla para hablar de su último libro, "La biblioteca de agua", del que hice una crítica en mi blog hace un tiempo. Además el Taller Literario que dirige Clara es el decano de los talleres de este país. Dicho eso, lo importante fue la conversación que mantuvimos durante casi dos horas. Clara se quejó "cariñosamente" de que yo no paré de hablar (lo que siempre me dicen mis alumnos, y también en casa), pero ella también lo hizo, de los premios literarios, de la literatura de calidad, del amor cortés y romántico, y de Borges, su querido Borges. Esta vez no perdí el foulard, como me pasó hace poco con el paraguas mientras charlaba en otro hotel con Florencia del Campo, otra estupenda novelista argentina.

Como seguía lloviendo sobre Madrid, Clara me acompañó con su paraguas hasta la Puerta del Sol.

En fin, literatura.

jueves, 19 de diciembre de 2019

"La elegancia".

Hace un par de días puse el examen final de este cuatrimestre y fui con el mismo traje y la misma pajarita de esa foto, en la que estoy con Antonio y Paco, dos de mis mejores amigos, también profesores.

Unos cuantos alumnos me preguntaron si lo consideraba un día importante para ir tan elegante. Mientras observaba cómo escribían y les respondía a las preguntas que me hacían, pensé en Platón. Seguramente, la historia del conocimento no sea más que una nota a pie de página de la obra de Platón. Para el creador de la Academia, la educación es algo así como la luz del conocimiento, el proceso que nos conciencia de que existe una realidad más plena. Estamos empezando la cuarta revolución industrial, la conocida como de la Inteligencia Artificial. Dentro de unos años casi todo lo harán las máquinas. Sin embargo hay dos cosas que nunca serán capaces de hacer, improvisar decisiones sobre la marcha y tener un pensamiento crítico. En ese sentido la educación sería la desalineación, la ciencia la liberación y la filosofía el alumbramiento.

Nunca he conocido a nadie elegante por fuera que antes no lo fuera por dentro.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

En la muerte de Patxi Andión, "Samaritana", una de sus bellas canciones.

Coincidí varias veces con él en los últimos años, sobre todo en algún recital poético de su hijo. También en la presentación de un libro de Antonio Mata, en la Librería Lé, en 2016. En casa se escuchaban sus canciones cuando yo era pequeño, como esta:


En fin, la vida.

"En el Planetario de Madrid".

"La vida no es otra cosa que una escena de película entre dos enamorados mientras Elvis Presley canta As long as I have you".

Despidiendo la tertulia de 2019 mirando la luna en el Planetario de Madrid, y con Baudelaire. 

Llovía con fuerza sobre Madrid y la ciudad era un atasco continuo, lo que le da cierto atractivo porque todo está lleno de luces, es decir, de vida. Y nos fuimos a la presentación del libro "Poemas a la luna", editado por Pepo Paz y su Bartleby, con una selección de poemas y traducción de Julio Mas (que tuvo la gentileza de acercarse a saludarme cuando me vio) y las ilustraciones de Miguel Vallés. Este tipo de actos te permite dar un par de besos a un montón de excelentes poetas que hacía tiempo que no veías, como Rosana Acquaroni, Ana Belén Martín Vázquez, Cecilia Quílez o Marta López Vilar, así como despedirte de los tertulianos Matilde, Aurora, Almudena, Andrés, Carmen, Carmen, Catalina y una joven poeta que conocí allí y se va a pasar el año que viene por el "Café Gijón". Luego están las sabias y entrañables palabras de José Manuel Grandela, el ingeniero español que ha participado en todas las misiones de los Apolo a la Luna, desde el centro espacial de Robledo de Chavela. He pasado muchas veces por allí, camino de la sierra de Gredos o tras pasear un rato por uno de mis pueblos favoritos, El Escorial, y nunca había sido consciente de la importancia de aquel lugar, el primero que recibía todas las comunicaciones antes de enviarlas a Houston. Grandela nos contó interesantes anécdotas sobre el primer viaje a la Luna o la visión de la Tierra desde fuera.

Y la literatura, cuando las actrices Alicia Sánchez Araujo y Eva Rufo recitaron poemas de Byron, Tennyson, Brontë, Verlaine, Wilde, Yeats, Storni, Lorca y Baudelaire. Y claro, siempre que aparece el nombre de este último, y "Las flores del mal", la literatura se convierte en algo superior, ese algo que hace que aquello sea una obra de arte. La primera edición del libro de Baudelaire es de 1857, aunque la versión definitiva es de 1868. Ahí se pone de manifiesto el enorme perfeccionismo del poeta, con la búsqueda de la belleza ideal, la afirmación del yo y la libertad, la huida de la realidad mezquina, la rebeldía, el malditismo y el gusto por todo lo morboso. Las incontables correcciones de Baudelaire dieron constantes quebraderos de cabeza a su editor, que veía cómo una y otra vez el poeta se dirigía a él con nuevos cambios, añadidos y cortes. ¿De verdad alguien piensa que las grandes obras de la historia de la literatura - "Las flores del mal" es la colección de poemas más célebre de Francia- nacen de la simple inspiración y un instante de arrebato creativo? La trascendencia de este libro es tal que inaugura la estética de las "correspondencias" que da pie al movimiento del Simbolismo y consigue llegar de forma influyente hasta finales del siglo XX pasando por el movimiento Surrealista. 

Este es el poema del libro:

"Tristezas de la Luna".

Esta noche, la luna sueña más perezosa;
igual que una bella mujer hundida entre cojines,
que acaricia con mano distraída y suave
antes de dormirse, el contorno de sus senos,

Sobre el dorso de seda de nubes ondulantes,
moribunda, se entrega a largos desmayos,
y pasea su mirada por visiones blancas
que ascienden al azul como floraciones.

Cuando, sobre este mundo, en su languidez ociosa,
ella deja caer una lágrima furtiva,
un poeta piadoso, enemigo del sueño,

recoge esta lágrima pálida en el cuenco de su mano,
como un fragmento de ópalo de reflejos irisados,
y la guarda en su pecho, lejos de la miradas del sol.


"Tristesses de la Lune".

Ce soir, la lune rêve avec plus de paresse;
Ainsi qu'une beauté, sur de nombreux coussins,
Qui d'une main distraite et légère caresse
Avant de s'endormir le contour de ses seins,

Sur le dos satiné des molles avalanches,
Mourante, elle se livre aux longues pâmoisons,
Et promène ses yeux sur les visions blanches
Qui montent dans l'azur comme des floraisons.

Quand parfois sur ce globe, en sa langueur oisive,
Elle laisse filer une larme furtive,
Un poète pieux, ennemi du sommeil,

Dans le creux de sa main prend cette larme pâle,
Aux reflets irisés comme un fragment d'opale,
Et la met dans son coeur loin des yeux du soleil.


Por cierto, nadie quiso bailar conmigo, allí, delante de todo el mundo, ni siquiera el editor, al que invité a hacerlo, así que vámonos con James Dean y Natalie Wood al Planetario de Nicholas Ray en los Ángeles: 

https://www.youtube.com/watch?v=TIMmdsU9n5o

Después de todo la vida no es otra cosa que una escena de película entre dos enamorados mientras canta Elvis Presley:

https://www.youtube.com/watch?v=t3x3fRTj9Js).




"¿Nos vamos a bailar al Planetario de Madrid para la última tertulia de este año?"

La despedida de la tertulia en este 2019 que se nos termina no se hará en el "Café Gijón", sino que los tertulianos nos iremos a un lugar muy especial de Madrid, el Planetario. Ahí se presentará el último libro que ha publicado mi amigo y editor Pepo Paz, para celebrar el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna con el Apolo XI. Las actrices Alicia Sánchez Araujo y Eva Rufo leerán poemas que Wordsworth, Byron, Storni, Lorca y otros grandes escritores dedicaron a la luna, y también estará un ingeniero controlador de naves espaciales de la NASA y participante en las misiones Apolo a la Luna. Suele decirse que los escritores y artistas estamos siempre en las nubes; en mi caso procuro tener los pies en el suelo, algo que tampoco me resulta tan difícil. Aun así continúo escuchando la música de una de las escenas más bellas del cine contemporáneo, como homenaje a "Rebelde sin causa", de Nicholas Ray.

La escena de ese baile transcurre en el Planetario de los Ángeles, un lugar tan romántico y sentimental como yo:

https://www.youtube.com/watch?v=m5zdEQHuxOY

"Siempre con los jóvenes".

Con Maria Madalena de Almeida Fernandez Fortunato, Catarina Cordeiro Patricio y José Eduardo Dionisio Pereira.

Son tres alumnos de Portugal que están de Erasmus en Madrid. Al terminar las clases el otro día salieron detrás de mí, me cogieron en las escaleras del Campus del Cunef (Universidad Complutense), envuelto en mi kilométrica bufanda ya que hacía mucho frío, y me dijeron que les hacía ilusión tener un recuerdo con su profesor español. 

Y me han enviado esa fotografía.

La palabra "cultura" deriva del verbo latino "colere", que significa cultivar. Y una forma del verbo es "cultum", que en latín quiere decir agricultura. Junto a ello el adjetivo latino "cultus" se refiere a la propiedad de un campo para estar cultivado. Por ello cultura significa agricultura, culto y cultivado. Con el tiempo se comparó el espíritu de una persona ruda con un campo que no estaba cultivado y su educación con el cultivo del campo. Esta metáfora dio pie a hablar del cultivo del alma o de las aptitudes propias del ser humano. En este sentido hablar de un ser cultivado nos lleva a pensar en alguien que ha sido instruido o educado, en una persona culta.

No se me ocurre nada más hermoso y profundo que dedicar mi tiempo para trabajar con los jóvenes. Con ellos no existen fronteras, ni diferencias de idioma o carácter. Con ellos hay equilibrio mental y buen gusto.

Esto es cultura.


"Otra opinión sobre mis libros por parte de uno de los mayores lectores que conozco en las redes sociales".

El otro día escribí que a todo escritor le gusta que los lectores se acuesten con él cada noche, aunque tampoco pasa nada porque se echen la siesta. He tardado una semana en encontrar esta bella fotografía del santanderino Santos Doval Vega. Junto a ella escribió en su muro que iba a leer mi novela después de dormir la siesta. Para el caso es lo mismo, así como envolverse en esa manta.

A continuación Santos escribió lo siguiente: "Hace tiempo que sentía que no te había leído suficientemente, así que busqué varias de tus novelas y lo estoy remediando. Ya he leído las dos primeras, y me han gustado mucho. Me gusta la forma de crear los personajes, vivos, reales; sus reflexiones; el bagaje cultural del que les has dotado, que no resulta pedante sino natural; la forma de avanzar en la historia, ágil a pesar de los circunloquios de algunos personajes. Y las primeras personas, eficaces, que no se miran el ombligo aunque se lo miren, que hacen que la historia avance. Me gusta tu estilo, estoy cómodo con él. Ahora lamento no haberme acercado más a tu obra. Por suerte, lo voy a solucionar".

Me gustaría decirle a Santos que escribí "La paz de febrero" para lamentar la injustificada e ilegal invasión de Irak por parte del cuarteto de las Azores. El chico y la chica viven en el ático abuhardillado del centro de Madrid del que ya he hablado para referirme a mi propia vida bohemia. Como he dicho siempre yo no escribo "autoficción", sino que procuro amueblar mis novelas y cuentos con las cosas que conozco. Mi metodología literaria es similar a la metodología científica que utilizo básicamente para construir mis libros y ensayos científicos, tanto el método deductivo como el inductivo, y sobre todo el que más me gusta, la síntesis crítica de Kant. Es lo que he hecho con los veinte libros que he publicado, entre científicos, novelas, cuentos y ensayos. También tengo una anécdota curiosa con relación a esta novela. Entre los personajes principales están dos melómanos homosexuales, buenos amigos míos en la vida real, y por eso nunca han faltado ejemplares del libro en Berkana, la librería gay más conocida de Madrid, que está en la calle Hortaleza.

Esto de ser escritor es un puro romance con la vida, la literatura, la ciencia, la cultura y la inteligencia.

domingo, 15 de diciembre de 2019

"La mente, Hache, yo hago el amor con las mentes".

Es una frase mítica que dice el actor que interpreta Eusebio Poncela a Juan Diego Botto, un joven de 19 años que se llama Martin (Hache) en la película del mismo nombre dirigida por Adolfo Aristarain el año 1997. Aristarain es uno de los grandes directores argentinos de los últimos tiempos, y siempre recuerdo de él otra película clásica, "Un lugar en el mundo".

Afuera el mar rugía y se estaba bien dentro de casa viendo cine o teatro o leyendo.

"Martin (Hache)" es una de las películas más literarias que he visto nunca (ya varias veces), una obra de teatro dentro de la vida, que en ocasiones no es más que una obra de teatro que nos están filmando con una cámara de video casero. Esta película es un verdadero puñetazo en el estómago, un aluvión de ideas y sentimientos donde los cuatro personajes (unos geniales Luppi, Poncela, Roth y Botto) se pasan el tiempo hablando de las cosas que merecen la pena. Y es que para contar la verdad de la vida, la relación entre padres e hijos, la pareja y la amistad, Aristarain solo necesitó una mesa o varias mesas, una familia heterodoxa y un guión perfecto con frases como estas. "Me puede gustar un hombre tanto como una mujer. El placer no está en follar, es igual que con las drogas. A mí no me atrae un buen culo, un par de tetas o una polla así de gorda; bueno, no es que no me atraigan, claro que me atraen: me encantan, pero no me seducen. Me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo que hay una mente que los mueve que vale la pena conocer, poseer, dominar, admirar… La mente, Hache, yo hago el amor con las mentes. ¡Hay que follarse a las mentes!"

Un prestigioso director de cine (Federico Luppi), su íntimo amigo (Eusebio Poncela) que es actor, su amante (Cecilia Roth), que es montadora, y su hijo (Juan Diego Botto), que lleva el mismo nombre del padre y que no sabe dónde está su lugar en el mundo. Hay una escena en un teatro del centro de Madrid donde el actor se rebela contra la obra y los espectadores, y se sale del escenario. Esto es "Martin (Hache)":

https://www.youtube.com/watch?v=vFOq_nXawyc

La última película de Almodóvar, "Dolor y gloria", quiere ser esta película, pero a su lado se queda en un juego de niños.

sábado, 14 de diciembre de 2019

"Personajes de una novela".

Había dejado de llover. La noche se retrasaba con las luces demiúrgicas de la Navidad.

Dice Almudena Mestre:

- Caminábamos hacia la Puerta del Sol tras salir de la presentación de una novela en la librería "La Fragua de las Letras", cuando Aurora da Cruz nos recordó que la persona que alimentaba y daba vida a las tertulias era Justo Sotelo. Sin él no serían las mismas, ni tendrían el mismo sabor ni el mismo contenido cultural ni serían igual de activas y divertidas. A la mitad del camino nos detuvimos en las Cuevas de Sésamo y vimos en el escaparate la novela más preciosa que he leído en los últimos tiempos, "Las mentiras inexactas" de Justo Sotelo. Y pensé que la vida nos da sorpresas gratuitas y maravillosas a diario.

Dice Aurora Da Cruz:

- Se escribe por placer, para reencontrarse con uno mismo; y se lee por necesidad, para sentirse uno menos solo y más acompañado.
Me tomo el primer café de la mañana. Todos somos posibles personajes de una novela. Tan solo hay que saber escribirla. En los párrafos anteriores el estilo que he reproducido es el directo y el indirecto, mezclados. También me gustan mucho el estilo indirecto libre y el flujo de conciencia, aunque, personalmente, más que escribir novelas lo que siempre me ha gustado es vivirlas, y además con una música de fondo apropiada, tan literaria como yo, como la que tocaba al piano Manolo cada vez que me veía bajar por las escaleras de las Cuevas de Sésamo (la otra era "El tiempo pasará"). Hubo una época en la que Montmartre estaba en Madrid, alrededor de la Plaza Santa Ana, y por eso viví allí rodeado de amor, en mi buhardilla de París en Madrid:

https://www.youtube.com/watch?v=AsKlTtrqj7g

viernes, 13 de diciembre de 2019

"La vida literaria de Madrid está llena de románticos".

Soledad es una argentina de Córdoba que abrió hace tres años una librería en la calle Cervantes, "La Forja de las Letras", al lado de la casa donde vivió el autor del Quijote y a unos metros de donde lo hizo Lope de Vega, el gran seductor de la literatura española. Está enfrente del Hostal Jaén, donde se citan un hombre y una mujer en una de mis novelas para hacer el amor. En esta librería también sirven cafés y vinos. Andrés es un escritor que cree en el poder curativo de la literatura y por eso, entre otras, ha escrito "El balcón del Palace", para hablar de aquellos jóvenes idealistas que lucharon contra la dictadura franquista a finales de los sesenta. Compromiso, amor, política, economía, libros, intimismo, búsqueda de la democracia, todo esto aparece en el libro de Andrés Pinar Godoy que me pidió que le presentara un jueves de lluvia sobre Madrid. Y romántico es que entre el público esté una dama con perrito, como en el cuento de Chéjov, que aparezca una de las libreras de la Antonio Machado, aunque no salga en la foto, la librería del Círculo de Bellas Artes (otro de mis lugares románticos por excelencia de Madrid, del que hablo en casi todas mis novelas), y que me acompañen algunos de mis tertulianos del "Café Gijón", Almudena, Aurora, Santiago, Carmen y Pepo, que además es mi editor. Aquello fue más una tertulia que la presentación de un libro.

A todo escritor le apetece que sus lectores se acuesten con él cada noche, dije en cierto momento y todos se miraron y asintieron en seguida. A Pepo le hizo gracia y lo repitió. Obviamente, no fue más que un eufemismo por mi parte para sintetizar el lado romántico y poético de la literatura, además de que me lo han dicho más de una vez las personas que me leen. Aun así, lo que no fue un eufemismo, lo que resulta irrepetible en estos tiempos es el placer de hablar de literatura entre todos más de dos horas mientras llueve sobre las calles y los tejados de Madrid. Cervantes y Lope de Vega estarían de acuerdo. Y mis amantes del hostal. 

Esto es lo que yo entiendo por llevar una vida literaria.




jueves, 12 de diciembre de 2019

"Y los jóvenes comunistas".

Y los jóvenes comunistas que corrieron delante de los grises por Moncloa y la calle Princesa se reconvirtieron rápidamente en socialistas cuando el PSOE ganó las elecciones de 1982.

De 1968 y años posteriores y de las personas comprometidas que lucharon contra el franquismo desde la Universidad, vamos a hablar esta tarde a las 19 h., a propósito de la novela "El balcón del Palace", del escritor nacido en Ciudad Real Andrés Pinar Godoy (es el señor que está mirando el móvil en una de las últimas tertulias del "Café Gijón", donde también se ve a Beatriz Santacruz, Florencia del Campo, Pilar S. Tarduchy y Juan Bautista, nuestro camarero favorito, bajo el retratro de José Manuel Caballero Bonald, autor de "Ágata ojo de gato", una de las novelas más hermosas y diferentes de la literatura española de la segunda mitad del siglo pasado). Será en la librería "La Forja de las Letras" que está en la calle Cervantes 10. No voy a desvelar si la novela termina o no con la frase del principio; sin embargo, llevo unos días pensando en ello. Sea como fuere es parte de la historia reciente de España. Y es la historia de mi barrio, el de Argüelles y Moncloa, cuando los estudiantes corrían por allí perseguidos por la policía, impulsados por unos ideales. 

Reconozco que me gusta analizar la historia (analizar, en realidad, cualquier cosa que llame mi atención y me resulte interesante) y también me gusta ser parte de la propia historia.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

"Gerardo Diego en la tertulia del Café Gijón".

Ayer martes no tuvimos tertulia en el "Café Gijón", y hoy quiero referirme a otra tertulia que tampoco pudo celebrarse hace un par de meses.

Había invitado a la hija y al sobrino político de Gerardo Diego, Elena Diego y Fernando Jiménez-Ontiveros, pero un día antes Fernando fue ingresado en el hospital. Hace unos días me escribió para decirme que ya se encontraba mejor y quería darme las gracias por la invitación. Espero que algún día los dos puedan venir a la tertulia. Además de catedrática de literatura francesa, Elena es vicepresidenta de la Fundación que lleva el nombre de su padre, y me hubiera gustado decirles, tanto a ella como a Fernando, que Gerardo es uno de esos nombres que se me quedaron grabados durante las clases de literatura del colegio y, en concreto, el poema dedicado al ciprés de Silos. Desde que tenemos uso de razón, las personas nos formamos con detalles que pueden parecer insignificantes, pero que son esenciales para lograr el equilibrio y la armonía interiores, y yo he tenido la suerte de que me dieran clase algunos de los mejores profesores de este país, como el padre Jesús Plaza, del colegio del Pilar, que, como he dicho más de una vez, convertí en personaje de mi segunda novela, "Vivir es ver pasar".

Y ahora "El ciprés de Silos", de Gerardo Diego, el soneto perfecto, escrito un 4 de julio de 1924, cuando el poeta tenía 27 años. Viajaba desde Santander, su tierra natal, a Madrid y se detuvo en el Monasterio de Santo Domingo de Silos para pasar la noche en su hospedería. Por la mañana lo escribió en el libro de firmas. Otro maravilloso poeta, el poeta del amor por antonomasia, el poeta de "la voz a ti debida", un Pedro Salinas influido por Juan Ramón Jiménez y Garcilaso, le convenció para publicarlo dentro del libro "Versos humanos", con el que ganaría el Premio Nacional de Literatura el año 1925 (compartido con otro poeta maravilloso, Rafael Alberti, y su "Marinero en tierra"):

"Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos".