lunes, 30 de noviembre de 2020

"Silvia Ramos será nuestra invitada mañana en la tertulia on line del Café Gijón, como siempre a las 18.30".

 

Silvia Ramos es psicóloga-psicoanalista, poeta y narradora. Nacida en Huelva y afincada en Madrid desde hace más de una década, siempre ha tenido vocación de periodista, aunque su curiosidad por el ser humano le llevó a estudiar psicología (se licenció en la Universidad Ramón Llull de Barcelona) e hizo un máster en teoría psicoanalítica en la Complutense. Ha trabajado como psicóloga de empresa y ejercido la psicología clínica en diversos centros sanitarios.

En octubre de 2018 presentó su libro "Poemas de la Medianoche" en el Café Comercial de Madrid, con la editorial Los Libros del Mississippi. Ha participado como poeta invitada en radio, festivales y recitales en Madrid, Barcelona y Huelva, y como psicóloga y poeta invitada en la presentación de libros de varios autores. Participó como autora en la Feria del libro de Madrid de 2019 (es la fotografía que he puesto). Actualmente se encuentra escribiendo su segundo libro de poemas.
 
Este es uno de sus poemas del libro citado con la voz de Martín París y la música de Satie:
 
 
Este otro poema está publicado en la revista "La libélula vaga".
 
"Algunos no volverán a ser los mismos".
(Poemas del confinamiento)
 
"Algunos no volverán a ser los mismos,
otros quizá sí.
Padres, madres, hermanos, hijos…
 
Yo no volveré a ser el mismo.
Tanto tiempo bajo el filo de la espada,
bajo el péndulo de Poe,
apretando el estómago contra mi ombligo,
oyendo si respiro
en el silencio de una habitación,
preguntándole al viento:
 
¿Será ella?, ¿será él?, ¿seré yo?
 
Mientras, son otros los que se van yendo
transformados en arena negra.
Y una plegaria suena a lo lejos...
 
El suelo sin pisadas,
las paredes sin cuerpos,
solo un cielo de neón blanco
y a veces el sol,
que anhelante
desea
atravesar mi pecho".
 

 
 
 
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domingo, 29 de noviembre de 2020

"Justo Sotelo, entre Ricardo Darín, el príncipe azul y Don Juan".

Como es domingo hoy me he levantado con ganas de hacer el tonto, algo que suele ser bastante habitual en mí, jeje, y me he puesto a pensar en algunas frases que me habéis dicho mis amigos (en realidad, mis amigas) durante la última semana. 
 
Antes de ayer Pepa López Fuster comentó que Ricardo Darín es un bohemio como yo, y también que "cuando lo veo me acuerdo de ti. El otro dia me preguntaron con qué actor y escritor me gustaría pasar una tarde y os nombré a los dos". Ayer María Mercedes Muñoz comentó que a veces me ve como protagonista de las historias que cuento por aquí, lo que le hizo recordar a un psiquiatra que le dijo una vez que una mujer incluso con 80 años puede seguir creyendo en el príncipe azul. Unos días antes, la profesora de teatro y música Hebe Rosell Masel, me calificó como el Don Juan de la erudición y las artes, un seductor hiper lúcido, arrollador, atrayente y distante. Ayer Ángeles Melero volvió a repetirlo.
 
También ayer Eulalia Oviaño comentó que "cada día te espera un montón de gente para ver qué dices".
 
Y lo único que se me ocurre decir esta mañana de domingo es que de todo lo anterior me quedo con la palabra "distante", que me ha resultado curiosa, divertida y novedosa. En realidad mi distancia es más peliculera o novelera que otra cosa. Una manera muy cinematográfica de poner distancia entre las personas es a través de las despedidas, siempre tan románticas y arrebatadoras, sobre todo si las haces en las estaciones de trenes y los aeropuertos. Junto a la despedida de "Casablanca" en el aeropuerto bajo la niebla y la de "Lo que el viento se llevó", con aquello de que francamente me importa un bledo lo que te pase, querida, me gustan mucho la escena del tren de "El secreto de sus ojos", con Darín, precisamente:
 
 
Y la escena final de "Antes del amanecer", con música de Bach: 
 
Después de todo, y como dice la chica en esta película de Linklater, "si existiera algún dios no estaría dentro de nosotros, sino en ese espacio intermedio entre los dos". Si hay magia en este mundo, es en el intento de comprender a alguien con el que compartes algo. 
 
La respuesta quizá esté en el intento de lograrlo, aunque para eso tengas que decirle adiós.
 



 
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sábado, 28 de noviembre de 2020

"Poesía africana contemporánea en portugués, el lago de los cisnes y una taza de café de Colombia".

A veces actúo como evaluador en "La Colmena", una revista de la Universidad Autónoma del Estado de México que publica trimestralmente ensayos y artículos de investigación elaborados desde el ámbito de las humanidades, textos literarios en prosa y verso, reseñas bibliográficas y arte visual. 
 
Anoche me enviaron el último número, correspondiente a octubre / diciembre. Me dormí leyendo algunos artículos y ahora he seguido con su lectura, mientras amanece lenta y suavemente, con ese amanecer morado del otoño del vino joven. Me preparo el primer café de la mañana y me llama la atención un artículo sobre poesía africana contemporánea en portugués, con obras de Tavales, Lima, Tcheka, White y Fortes. La verdad es que este mundo es inmenso y está lleno de personas que escriben muy bien, sean conocidas o no, les den el Nobel o no y monten campañas de promoción con agentes y editoriales que llegan a todos los lugares del planeta y cuyo mérito no es la calidad sino el dinero. 
 
El otro día discutía con una amiga sobre el valor artístico de la cabeza de Nefertiti, hace más de 30 siglos, la esposa del faraón Akenatón, y el primer poema que encuentro en este artículo es sobre esa cabeza, precisamente:
 
 
El resto de artículos se pueden leer en este link:
 
La verdad es que me gusta este mundo, donde a la vez que bebo café de Colombia, leo poemas en portugués y escucho música de Chaikovski, y todo ello sin moverme de Madrid:
 
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viernes, 27 de noviembre de 2020

"Una de las cimas de la música occidental".

Esta semana pasada he escuchado en el coche, a ratos, durante varias horas, una de las óperas más hermosas de Richard Strauss, "El caballero de la rosa", una reflexión sobre el paso del tiempo en las personas y el propio arte. Aunque vivo cerca de la Universidad, a veces voy en el coche solo para poner a todo volumen la música que me hace pensar y plantearme retos artísticos, algo que siempre me ocurre cuando estudio las obras de arte más importantes de la historia. En esos momentos siempre soy consciente de lo insignificante que soy, y eso es un aliciente para seguir reflexionando sobre el papel del escritor y el artista en general en estos tiempos y lo que aún se puede aportar a la evolución artística y literaria.
 
Strauss parte de la idea que plasmó Mozart en "Las bodas de Fígaro" y nos lleva del siglo XX al siglo XVIII, pero desde la sensibilidad de su época (estrenó la ópera en 1910). Por otra parte, la madura protagonista se enamora de un joven y este de una muchacha de su edad. Al final la poderosa Mariscala reconoce que lo que le da miedo es envejecer y dejar de sentir deseo, y que lo sientan por ella. El libreto es del magnífico escritor austriaco Hugo von Hofmannsthal, con el que Strauss colaboró en varias óperas. Ha ocurrido algo similar con el trabajo conjunto entre Mozart y Lorenzo da Ponte, de forma que "El caballero de la rosa" no solo es un guiño al clasicismo mozartiano por devoción y conciencia patrimonial, sino que está atravesada por la esencia del vals vienés, como en el segundo acto. Es un híbrido fabuloso de la palabra hecha música y de la música hecha palabra con la textura cromática de una orquesta que no suena, sino late y conmueve. 
 
El terceto final (que fue interpretado en el funeral del propio Strauss) casi arranca las lágrimas a los espectadores. Por eso cuando la belleza me saluda cada mañana detengo el coche, observo la salida del sol y me pongo a hablar con ella:
 
Si a alguien le apetecen tres horas de una música fascinante, aquí está la ópera completa en una gran versión de 2008 y que el canal EuroArts tuvo la delicadeza de subir a Youtube durante el confinamiento del mes de abril. Los subtítulos en español se pueden poner abajo a la derecha. Lo demás es la magia del arte, la literatura y de la música:
 
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jueves, 26 de noviembre de 2020

"La pasión, entre la pintura, el fútbol y el cine".

Antes de presentar antes de ayer a la artista Johana Roldán en la última tertulia, mencioné brevemente al pintor Antonio Zaballos, que estuvo en su última exposición en Guadalajara. Antonio no solo ha sido mi amigo en los últimos 30 años, sino que admiro su pintura y sobre todo su pasión por el arte, a la que dedicó su vida (en la primera fotografía estoy con él y Peter Redwhite hace un tiempo durante una tertulia en el café Este o Este).

Ayer nos dejó Maradona, un futbolista que ya forma parte de la mitología de esta cosa que llamamos ser humano, la misma que estudié en unas clases maravillosas en la Universidad Complutense que analizaron durante un cuatrimestre el origen y la esencia de la Mitología, y que partían de la creación del propio ser humano.

Como se dice en esa joya del cine llamada "El secreto de sus ojos", tal vez la mejor película argentina de la historia, "el tipo puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios, pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín, no puede cambiar de pasión".

Esto lo he escrito para los que viven la vida con pasión, aunque, pensándolo bien, me parece que no se puede ni se debe vivir de otra forma:

https://www.youtube.com/watch?v=-4Ra2C0J318

 




 

 

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miércoles, 25 de noviembre de 2020

"Johana Roldán, una artista de su tiempo".


 
Es lo que volvió a demostrar ayer por la tarde en la tertulia on line del Café Gijón, un espacio cultural donde cada cual dice lo que le da la gana. Me apeteció llevar la tertulia hacia los llamados "estudios culturales", tan importantes en la moderna literatura comparada, que incluyen el feminismo y el papel del género a la hora de crear. Johana nos fue mostrando algunos de los cuadros de su exposición (básicamente en acrílico) y yo la fui interrumpiendo a cada paso. Es lo que tiene ser buenos amigos. Entre los rostros nuevos, quiero mencionar a mi alumna de este año Claudia Casco (en la segunda foto), la filóloga Soniya Amrit (en la tercera) y la profesora de griego María José Martín Velasco (en la cuarta). Mi idea era llegar al romántico y bonito "enfrentamiento" entre la pintura y la escritura, como una forma de abordar el hecho creativo y anteponer estilos y pensamiento. La formación de Johana es tan sólida que no se dejó amilanar por mi intervención y la de Javier del Prado (con relación a la importancia del conocimiento previo para evaluar un cuadro o cualquier obra artística) y sacó a relucir el pensamiento de Heidegger y Gadamer. Yo comenté la idea de Adorno sobre una de las cimas del arte, los últimos cuartetos de Beethoven, que han trascendido su época y siguen siendo modernos dos siglos después de escritos porque "desensibilizan" el material creativo. Ya no hay nada decorativo u ornamental, ni esa apariencia bella del clasicismo, así como lo puramente emocional y sentimental que pudieron definir su época, pero que no significan nada en otros momentos (es lo que tiene dar pábulo al sentimentalismo más primario) para constituirse, únicamente, en arte puro, arte total. 
 
Este es un video con la voz de Johana hablando de su obra, y que resume algunas de sus palabras de ayer:
 
Para terminar pregunté a Johana sobre las nuevas ideas que bullen en su privilegiada cabeza y nos dijo que quizá prepare una futura exposición de arte contemporáneo para el Palacio del Infantado de Guadalajara, y que la escultura está llamando a su puerta.
 
Es lo que tiene hablar con una artista de los pies a la cabeza.
 





 
 

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martes, 24 de noviembre de 2020

Esta tarde el arte se apoderará de la tertulia on line del Café Gijón, a las 18.30, con la pintora madrileña Johana Roldán.

A principios de este mes inauguró su última exposición en una sala de Guadalajara, y hablaremos de ella. Johana ha estudiado pintura desde pequeña, además de Arqueología en la Universidad de Alcalá y ha expuesto en salas españolas y extranjeras. Ahora también es profesora de pintura y le pedí que realizara la portada de mi último libro de cuentos. Su pintura me parece tan femenina como feminista, algo de lo que quiero que nos hable esta tarde. Johana sabe mucho de teoría del arte y sabe expresarlo, algo que no suele ser habitual en los artistas (siempre tengo que releer a Adorno y Kandinsky para enterarme), así que seguro que la conversación será interesante.

Este es el texto que escribió para el cartel de su exposición, que ha titulado "MusArañas":
 
"Se nos ha dicho que ya no somos musas, sino creadoras. Así ha sido en realidad a lo largo del tiempo, aunque no fuera tan manifiesto. Sea como fuere, desde que pude pronunciar "dame un lápiz" siempre tuve muy claro cuál era mi posición en esta doble posibilidad de la mujer en la historia del arte: la de que teje la red creadora. 
 
Así las musas llegan para decirte palabras de amor al oído, susurrarte hechizos a los pinceles, la tinta de un bolígrafo apresurado, el teclado de un ordenador desgastado; entonces, llenan los ojos de imágenes que son sorpresa, caricia del mundo, deseo de atrapar las esencias. Así, sin darte cuenta, resulta que bailas tanto con las musas que te conviertes en una de ellas, pero con la sabiduría de una araña vieja, la que tejía ideas para que Platón hablara de la belleza y otros la inventaran de nuevo cada vez que la vieran. 
 
Las musas y las arañas, estas musArañas, nos rondan en el proceso creativo porque sin una la otra es invisible y, en este conflicto y contraste nos dan la percepción de lo bello y lo detestable sin que, al final, uno sea mejor que otro y ambos se amen en las líneas y colores, hasta en el vacío en blanco del fondo del lienzo, donde el silencio, es el poema que realza lo que miras". 
 



 
 
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lunes, 23 de noviembre de 2020

"Ser el actor de nuestras propias vidas".

Ayer hablé del espejo con el que me afeito cada mañana, y aludí a un comentario de un alumno en mi clase del viernes. A esa misma hora me escribía desde París el actor y profesor de interpretación Antonio Labati, que participó en la película "Broken Poet" y al que tuvimos en la última tertulia dedicada a esa película. Lo curioso es que sus palabras también se refieren al papel del espejo en la vida. 
 
Reproduzco, con su permiso, sus palabras:
 
"Buenos dias, Justo, quiero agradecerte la tertulia del martes. Tu organización es perfecta y la trayectoria de la tertulia, entre temas previstos e intervenciones más calientes, fue muy interesante, al dejar que dominara la espontaneidad. "Broken Poet" es la historia de un artista y del sentido de su vida, y también de la libertad que quiere mantener contra el "show business". El hablar de la película nos permitió abrir la puerta a otras cuestiones, como lo que aporta el artista a la sociedad. Dirijo talleres de "acting" para profesionales, pero también para lograr la "confianza en uno mismo gracias a la interpretación", y estoy cada vez más sorprendido de ver que mucha gente (no profesionales) se apunta. Existe una especie de deseo en llegar a ese espejo que nos permite conocernos a nosotros mismos para vivir mejor, y el arte es un buen vehículo para lograrlo. ¡Muchas gracias! Así empieza mi dia, con algunas ideas que quería compartir contigo para agradecerte otra vez la tertulia".
 
Mientras me tomo el primer café de este lunes de otoño, busco en Youtube un pequeño video sobre el cuadro que he compartido, "Niña frente al espejo" (1954), del pintor neoyorquino Norman Rockwell (1894-1978). La primera vez que lo vi me pareció interesante, no solo como una clase de pintura, sino para observar cómo un artista intenta meterse en el cerebro de una niña que quizá ya quiera convertirse en mujer, aunque no siempre la vida sea lo que parece o imaginamos, ni siquiera por parte de un artista:
 
 

 
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domingo, 22 de noviembre de 2020

"En 2021 espero volver a ese parque, rodeado de libros y alumnos".

Mis clases son un ejercicio de gimnasia, tanto física como mental. Siempre las planteo como un debate permanente y por eso me agotan físicamente, pero contribuyen a ampliar mi mente. Los seres humanos solo utilizamos un 10 por ciento del cerebro en su conjunto y genios como Einstein y Hawking, por ejemplo, han llegado a usar alrededor del 15 por ciento. Yo me esfuerzo en subir unas décimas cada año en la medida de lo posible, jeje. El viernes me dijo un alumno en medio de una clase que le gustaba más mi forma de ser que la propia asignatura. Me da igual explicar economía o literatura, las dos asignaturas que he explicado en la Universidad. Una de las cosas más divertidas de esta vida es comunicar ideas que puedan servir a los demás, intercambiar conocimientos, seguir aprendiendo con los alumnos, observar qué piensan, en qué creen y cómo se comportan los jóvenes.

Quizá por eso me pongo a cantar cada mañana cuando me afeito. El espejo es uno de mis principales aliados y también se ríe de lo lindo. Cuando era adolescente cantaba frente al espejo del comedor una canción que siempre me cantó mi padre desde bebé, a la vez que la bailaba conmigo en brazos, como he podido comprobar en alguna foto que hay por casa. Hablando de fotografías, esta me la sacaron con mis alumnos el año pasado en la Feria del Libro del Retiro, un lugar al que espero volver el año que viene. Y esta es la canción que a veces canto frente al espejo. El viernes comenté a mis alumnos que me gusta esa Universidad, donde estuve dando un Máster de Economía de la Cultura durante varios años.

Es domingo y voy a afeitarme antes de prepararme el segundo café.

A ver qué me dice el espejo:

https://www.youtube.com/watch?v=Vpq8jkkqeCA

 


 

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sábado, 21 de noviembre de 2020

"Eso de ser agradable".


No había vuelto a ver esta película desde que se estrenó en 2014, y entonces lo hice por la insistencia de una amiga y miembro de mi tertulia literaria, Pilar Azorín-Albiñana, a quien le había encantado. Y anoche volví a verla en un canal de Movistar. No voy a juzgar la película como si fuera una obra maestra de Tarkovski, Bergman, Hitchcook, Ford o Erice, porque no lo es, pero creo que cumple otra función. Desde el principio Dani Rovira y Clara Lago te ponen una sonrisa en los labios y no se te va hasta que aparecen los títulos de crédito. El director, un estupendo Martínez-Lázaro, tiene buen gusto en las localizaciones y logra que recuerdes las veces que has estado en Sevilla, tanto en el barrio de Santa Cruz (uno de los sitios más bonitos que conoces), como en Triana, al otro lado del Guadalquivir. En seguida te vas al País Vasco y eso te permite también recordar los paseos que has dado por Vitoria, Bilbao y San Sebastián. Y allí aparecen Carmen Machi y Karra Elejalde, y la sonrisa de tu rostro ya se convierte en permanente. 
 
Recuerdo cuando Joaquín Leguina presentó en el Círculo de Bellas Artes mi novela "Entrevías mon amour" (ya había presentado antes "La paz de febrero") y dijo que yo era un escritor piadoso, en vez de despiadado, aunque la novela es muy dura, porque siempre me pongo del lado de los débiles, de los perdedores y de la reconciliación. Tampoco es que necesitara que Leguina me lo dijera, porque tengo bastante claro lo que escribo y porqué lo hago. En ese sentido "Ocho apellidos vascos" es una película piadosa, reconciliadora, sencilla y hasta humilde, que quiere que la gente que la vea sea feliz durante hora y media. Nada menos. Y eso lo sabían de sobra los guionistas, el director y los actores de la película.
 
Lo siento por los que siempre buscan la pelea, el enfrentamiento y la crítica negativa, que seguramente serán incapaces de reírse con esta película ni de tararear uno de los finales más bonitos del cine español.
Después de todo "Sevilla tiene un color especial":
 
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viernes, 20 de noviembre de 2020

"No puede ser".

Algunos de los momentos más divertidos de mi vida son aquellos en los que llevaba de la mano a mi hijo de pequeño al colegio todas las mañanas. A pesar de que tenía su cuidadora (nuestra querida Juani), siempre me apeteció llevarle yo caminando a las 8.30 antes de irme a la Universidad, ya que Paqui tenía más problemas con el horario. Le contaba cuentos como el del árbol que se quedaba solo y sin hojas cuando llegaba el otoño, allí, en medio del patio del colegio, corríamos por toda la calle, hacíamos el tonto (una de las cosas que siempre se me han dado como hongos) y hasta cantábamos, como la romanza de Leandro de "La tabernera del puerto", de Pablo Sorozábal, que, por cierto, se estrenó un 1936 y que recuerdo porque hoy estamos a 20 de noviembre. Es una historia que sucede en un puerto de mar, en Cantabria. Leandro está enamorado de Mariola, pero en cierto momento se entera de que ella quiere a Juan de Eguía, un aventurero del mar que ha ido dejando amores por cada puerto de mar. Al final Leandro sabrá que es su padre. Yo le cambiaba la letra y la hacía más picante y escatológica, y mi hijo, que se llama como yo y como su abuelo, se reía a carcajadas, aunque no entendiera demasiado. Por esa época conocí a los nonos, una encantadora pareja de homosexuales que veneraban a Alfredo Kraus, al que seguían a todos los teatros de ópera del mundo y a los que convertí en personajes de mi novela "La paz de febrero". Hace tiempo que no los veo, pero siempre recordaré las tardes bebiendo champán con ellos (también les gustaba el Möet Chandon) y hablando de literatura, ópera y una romanza de zarzuela que les entusiasmaba, sobre todo con la voz de Kraus, como en la versión de 1958 de la fotografía.

El otro dia escuché en Radio Clásica la voz de Kraus cantando, precisamente, esa romanza de Sorozábal y volví a reírme y a coger a mi hijo de la mano y a contarle cuentos mientras corríamos hacia la puerta del colegio.
 
Porque yo siempre he creído que todo puede ser:
 
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jueves, 19 de noviembre de 2020

"Los 40.000 invisibles".

Hace años colaboré con Cáritas en un informe sobre la pobreza en España a partir de un proyecto de investigación que dirigía en mi Universidad, y aprendí y entendí muchas cosas, como me ocurre cada vez que decido estudiar algo. Habitualmente, procuro olvidarme del ruido que hay alrededor, en los medios de comunicación tradicionales y en los menos tradicionales, en los estamentos económicos, políticos y culturales por donde me muevo, y por parte de los que lo saben todo de todo y se pasan el día dando lecciones. Si no lo consigo es por limitaciones de mi propia mente. Tengo un cerebro para pensar, para aprender, para ser. 
 
Lo que no tengo son soluciones a corto plazo.
 
Ayer hablé a mis alumnos del último informe presentado por Cáritas a finales del mes pasado: "Las personas en situación de sin hogar acompañadas por Cáritas. Contexto en 2019 y durante el estado de alarma y la COVID-19". Cáritas estima que unas 40.000 personas viven en la calle en España, una cifra superior a la oficial de las 33.000 identificadas en 2015. Y no se refieren a emigrantes ni personas irregulares y sin papeles.
 
Mientras escribo este texto, escucho una canción del médico y músico Pedro Sosa (Isla Cristina, Huelva, 1975), "El sueño de la esperanza". Y me voy a clase intentando abrir las ventanas lo más posible, sobre todo en mi mente:
 
 
"Habrá que abrir las ventanas
para asomarse a la playa
y hacer una red de lazos,
y un puente brazo con brazo
para que vengan y vayan.
 
Habrá que abrir las cancelas
para acercarse a la playa,
a ver si así se nos callan
los gritos por los oídos
de tanto niño perdido...
 
A ver si Europa se entera
que no hay quien ponga barreras
al sueño de la esperanza,
que el alma se aferra a un sueño
y el sueño mueve las barcas.
 
Para vivir de rodillas,
mejor morir en el agua.
Ahogarse en la pena hiere
y deja llagas que sangran.
 Mejor ahogarse en las olas,
las olas no dejan marcas.
 
Habrá que abrir las ventanas
para asomarse a la playa
y hacer una red de lazos,
y un puente brazo con brazo
para que vengan y vayan.
 
Habrá que abrir las cancelas
para correr a la playa,
a ver si así se nos hiela
la sangre por la garganta
de tanto dolor que espanta...
 
A ver si Europa se entera
que no hay quien ponga barreras
al sueño de la esperanza,
que el alma se aferra a un sueño
y el sueño mueve las barcas.
 
Para vivir de rodillas,
mejor morir en el agua.
Ahogarse en la pena hiere
y deja llagas que sangran.
Mejor ahogarse en las olas,
las olas no dejan marcas".
 

 
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miércoles, 18 de noviembre de 2020

"Hoy más que nunca necestamos del arte y de los artistas".

"Me gustó mucho la tertulia y tu estilo, Justo Sotelo, de presentar a las personas y dejarlas libremente luego para que hablen de lo que quieran. Muy interesantes los comentarios, las canciones que interpretó Elliott con su guitarra, y los temas que se tocaron. Ahora voy a buscar la película". 
 
Mercedes Juliá se refiere a la banda sonora de esta película, que reproduzco completa: 
 
https://www.youtube.com/playlist?list=OLAK5uy_ndwIN0x7MM7A9GJJg7tsEA1CiVBfUdz24
 
 
Mientras me tomo el primer café de la mañana, y antes de irme a la Universidad, leo las anteriores palabras de Mercedes, catedrática de literatura en la Villanova University en Delaware, Pensilvania, que nos acompañó en la tertulia. Es el último comentario al post de ayer donde anunciaba la tertulia on line del Café Gijón para hablar de los responsables de la película "Broken Poet", Elliott Murphy, Danny Faux y Antonio Labarti. 
 
Elliott Murphy (en la primera fotografía mientras nos interpretaba en directo una de las dos canciones que nos regaló) es un músico y escritor que vive en París desde hace 25 años. Nacido en Long Island, Nueva York, en 1949, dentro de una familia de artistas, comenzó su carrera como cantautor en Europa en 1971 participando con una pequeña obra en la banda sonora de "Roma" (Fellini, 1972). Desde entonces, su carrera cuenta con 35 discos, donde han colaborado artistas de la talla de Billy Joel, Mick Taylor, Phil Collins o Bruce Springsteen. En "Broken Poet" es un cantautor de la vida real que ha vivido en París durante 30 años como el personaje que interpreta. Murphy escribió la historia "The Lion Sleeps Tonight" en la que se basa la película a principios de los 80, mucho antes de mudarse a París. Danny Faux escribió el guión a partir de esa historia (cuyo título alude a una clásica canción africana), junto al propio Murphy y el director de la película Emilio J. Ruiz. Danny (en la segunda fotografía) es un tipo que conoce a todo el mundo en los mundillos de la música y el cine, y nos habló del guión y el casting de la película que hizo él. Y luego nos presentó a la persona que llevó la producción en París, que también es actor y profesor de Arte en París, Antonio Labati (en la tercera fotografía). Ambos vinieron de la mano de la escritora y psicóloga Silvia Ramos. 
 
Entre todos ellos nos hicieron vivir una película, de esas que me gustan tanto, como si volvierámos a ir al café de Rick en "Casablanca". Hablamos de la libertad del artista, de su necesidad de soledad, de vivir a su aire, siguiendo solo los dictados del arte y de su obra. Al final la propia obra puede terminar con su vida "física", pero siempre quedará esa creación, que es realmente lo importante. En cierto momento, Danny Faux aludió a Janis Joplin (1943-1970), la cantante estadounidense de rock and roll y blues que con su voz y su espíritu rebelde pasó a la historia como un icono femenino del movimiento jipi de los 60, y a una de sus míticas frases: "En el escenario le hago el amor a 25000 personas diferentes, luego me voy sola a casa". 
Ahora más que nunca necesitamos del arte y de los artistas, aunque luego tengan que dormir solos. 
 
Por eso.
 





 

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martes, 17 de noviembre de 2020

"Esta tarde hablaremos de cine en la tertulia on line del Café Gijón, a las 18.30, a propósito de la película Broken Poet".


Hace unos meses me tomé un café con la psicóloga y poeta Silvia Ramos y me preguntó por la tertulia que habíamos tenido con el cantante de rock y escritor Elliott Murphy, a propósito de su biografía traducida al español por el escritor y tertuliano Peter Redwhite.

Me dijo que ella conocía a uno de los guionistas de la película "Broken Poet" (2019), que estaba interpretada por Elliot Murphy. Entonces le dije que teníamos que organizar una tertulia con el director de la película, Emilio J. Ruiz, los guionistas y el propio Murphy. Y esto es lo que vamos a hacer esta tarde. Ruiz no podrá estar, pero sí Danny Faux, uno de los guionistas que además conoce a todos en el mundillo del cine, el director de producción en París Antonio Labati, que también actúa en la película, y Elliot Murphy desde París.

"Broken Poet" es una reflexión sobre el sentido del éxito, el estrellato del rock e incluso la libertad misma que, como cantaba Janis Joplin, no es más que otra palabra para quien no tiene nada que perder. La película cuenta la historia de una estrella de rock a la que dan por muerta en los años 70 y que reaparece en París en la actualidad. El cantante se llama Jack Lion y se supone que se suicidó, hasta que un antiguo "roadie" viaja en el metro de París 40 años más tarde y se encuentra con un artista callejero que suena igual que él. Kathy Madison, directora de una antigua y prestigiosa revista musical contrata a Sam, una periodista musical, seguidora de Lion, para que viaje a París, y confirme la noticia. Antes de viajar, Sam, tiene una cita con el músico que tal vez más conociera a Jack Lion y con quien había tocado en varios conciertos, Bruce Springsteen.
 
Este es un tráiler de la película:
 
Y esta es la canción del metro:
 
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lunes, 16 de noviembre de 2020

"Sonría a la cámara".

Ayer llovía con amor sobre Madrid y era agradable pasear por las viejas calles del centro. Las cosas me ocurren siempre amorosamente, como si me buscaran para justificar el lado bueno de la vida. Al pasar junto a la puerta de la primera fotografía, me quité unos instantes la mascarilla mojada por la lluvia cariñosa, y sonreí. ¿He dicho alguna vez que no me gustan los paraguas? Una de las cosas que echo en falta en estos tiempos es observar la sonrisa de la gente, de mis alumnos, de los niños en los columpios y los viejos en los parques, aunque siempre les delate la sonrisa de los ojos. Me gustan las sonrisas y si no las encuentro las busco y las provoco. Un poco más allá un barrendero retiraba unas "hojas muertas" junto a la fachada de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (segunda fotografía), mientras tarareaba una canción francesa que sirvió de emblema de la "resistencia" durante el confinamiento de marzo y abril en Francia, y verbalizaron algunos soñadores a los que les gusta escribir. Esa forma de contarnos la vida sonriendo, incluso por Wasap, busca que la vida no se nos olvide incluso en tiempos extraños de pandemia. Al pasar por delante de la tercera fotografía recordé la clase que di el otro día a mis alumnos en la Universidad, hablándoles de Medio Ambiente y los problemas del plástico y las tres islas de los océanos que no esconden tesoros, precisamente. Les dije que el insignificante tapón de cualquiera de esas botellas tarda 400 años en desintegrarse, es decir, que sobrevivirá a cuatro o cinco generaciones de millones y millones de sonrisas. Poco después se cruzaron dos chicas hablando de sus gatos. La madre había tenido seis crías, decía una de ellas con el pelo lacio y rubio a la otra, morena y de pelo ensortijado, y necesitaba encontrar alguna familia de acogida. En ese momento me acordé del viejo gato blanco que ha perdido hace unos días la familia de mi amigo Pepe Adsuar Soto y que se llamaba "boina" por una mancha negra que tenía en la cabeza, y que tanto echan de menos en su casa. Y pensé que mientras seamos capaces de sentir ternura, habrá motivos para seguir sonriendo.
 
Ahora me tomo el primer café de la mañana y escucho la canción que tarareaba el barrendero:
 
 
¿Sonreímos a la cámara?

 



 
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