jueves, 30 de mayo de 2019

Feria del Libro del Retiro 2019.

El sábado 1 de junio estaré en la caseta 266 de la Editorial Bartbeby, de 19 a 21, en la Feria del Libro del Retiro que empieza pasado mañana.

El Retiro es mi parque, lo he dicho muchas veces, como otros tienen el Hyde Park o el Central Park.

Al final siempre vuelves al parque de tu infancia. Gracias al estanque pude saber lo que era el mar y que sería escritor. Moby Dick ya andaba dando vueltas entre las barcas y yo empezaba a vivir aventuras en los barcos piratas de mi imaginación.

martes, 28 de mayo de 2019

¿Dos artistas pueden ser pareja?

En la primera fotografía se encuentran los directores de cine Sofía Coppola y Spike Jonze, que estuvieron casados entre 1999 y 2003. Últimamente he hablado en un par de ocasiones de la película "Lost in translation" (2003), dirigida por Coppola. Y ayer, precisamente, volví a ver "Her" (2013), de Jonze.

Coppola ha contado que rodó su película a la vez que pedía el divorcio de Jonze, ya que este era muy cambiante y no le hacía caso. Se "vengó" de él escribiendo los papeles de Scarlett Johansson y Bill Murray (en la segunda fotografía). Jonze tardó casi diez años en rodar "Her", donde el personaje que interpreta Joaquin Phoenix (también en la foto anterior) reconoce que no hace demasiado feliz a su mujer (Rooney Mara, en la tercera foto). Ella pide el divorcio y él se enamora de un ordenador, un nuevo y revolucionario sistema operativo que tiene la voz de Scarlett Johansson.

Hay que reconocer que las mentes de los artistas son tan curiosas como retorcidas.

Jonze es una especie de provocador, un agitador cultural, un escritor, actor, fotógrafo con seudónimo, dibujante ocasional y director de algunas joyas: "¿Quieres ser John Malkovich?", "El ladrón de orquídeas", "Donde habitan los monstruos" y "Her". Coppola, además de la hija de su padre, es actriz, creadora de una línea de ropa y directora de "Las vírgenes suicidas", "Lost in translation" y "María Antonieta". Años después de su separación se casó con el cantante y músico francés Thomas Mars (otro artista por tanto) y en relación a Jonze apenas se sabe nada de su vida privada. Odia hablar sobre sí mismo o sus circunstancias y tiene alergia a los medios de comunicación. En alguna parte le he leído decir que “No me gusta hablar de mí, me aburro, y tampoco de mi trabajo, que es algo personal".

De los artistas (escritores, directores, músicos, pintores), y en realidad de todo el mundo, solo debería hablar su obra.

(Lo que no sé es si he respondido a la pregunta del principio).



lunes, 27 de mayo de 2019

"Todos los recuerdos son rastros de lágrimas".

“En una ocasión me enamoré de alguien, al cabo de un tiempo ella ya no estaba. Fui hasta 2046 creyendo que podía estar esperándome allí, pero no la encontré. No dejo de preguntarme si ella me amaba o no. No obstante, nunca lo averigüé. Tal vez su respuesta fuera como un secreto que nadie sabrá jamás”.

Pocas veces a lo largo de la historia del cine alguien se ha atrevido a filmar un poema de amor como este (en realidad de desamor), desesperadamente romántico. Para hacerlo hay que amar el cine con la misma pasión que este director que nació en Sanghai en 1958, se llama Wong Karwai y rodó “2046” el año 2004.

Utilicé el espíritu de esta película para escribir mi tesis y posterior ensayo sobre Murakami. Me parece un ejemplo impecable de posmodernidad creativa, como las mejores novelas de Murakami. Y no dejaba de escuchar su banda sonora, de uno de los grandes compositores japoneses actuales Umebayashi.

Es una película difícil, de ambientes cerrados, oscuros, opresivos, que está en los antípodas del cine comercial. Desde luego no se puede ver comiendo palomitas o una Whopper y bebiendo Coca-Cola, lo mismo que no es recomendable leer a Eliot y Proust en esas circunstancias.

2046 es la habitación de un hotel en la que murió asesinada Lulú, una vieja conocida de Sanghái y que Chow (el protagonista) estuvo a punto de ocupar, pero se instaló en la 2047. Además, 2046 es el destino de los pasajeros de un tren que quieren recuperar sus recuerdos, ya que allí nunca cambia nada, pero tampoco regresa nadie.

Es una especie de ensayo llevado al cine, un poema visual, la historia de un escritor que ha renunciado al amor tras haber perdido el verdadero amor (algo que se cuenta en una película anterior, del año 2000, “Deseando amar”, también absolutamente maravillosa, llena de silencios y estados de ánimo) y escribe sobre el futuro cuando en realidad está escribiendo sobre el pasado. Su historia de amor se desarrolló en otra habitación 2046.

Es una película que está llena de transgresiones, lo que para un escritor preocupado por el futuro del lenguaje como yo es esencial. El tiempo se expande y comprime, pasan días o semanas en tan solo un segundo, y luego se detiene para presenciar la ruptura de una relación de personajes secundarios.
“Cuando quieras guardar un secreto, sube una montaña, busca un árbol, haz un agujero en él, susúrrale el secreto y tápalo con barro. Y no se lo digas a nadie”.

Porque todos los recuerdos son rastros de lágrimas".

("Cuentos de los otros", Editorial Bartleby, 2017, pp. 113 y 114).

(Anoche la poeta tinerfeña Candelaria Villavicencio, Lali, mencionó esta película en mi post de hace una semana sobre "Lost in translation". Dijo que era una de sus películas favoritas. Releo mi cuento mientras escucho la música de la película esta mañana en la que solo se habla de política, y Europa y España se miran al ombligo, como siempre. El mundo es más grande, sin duda:

https://www.youtube.com/watch?v=SgGNiX9y4nI)



"Nanas de la cebolla".

Hoy el amanecer es de color de rosa, leo a Miguel Hernández y escucho a Serrat. En la última tertulia del "Café Gijón" también hablamos del poeta de Alicante. Zhivka Baltadzhieva aludió a la belleza de sus últimos libros (tiene un poema dedicado a él en su libro) y yo a la complejidad del primero, "Perito en lunas", escrito en la estela de Góngora y que le abrió las puertas literarias de Madrid.

Hay un poema de Hernández que siempre he considerado una conjunción perfecta entre la forma y el fondo. Cierra el "Cancionero y romancero de ausencias" que el poeta empezó a escribir en 1938 en la cárcel de Madrid de la calle Conde de Peñalver, en trozos de papel higiénico, y se publicó en Buenos Aires, después de su muerte en Alicante.

Quizá sea uno de los poemas del castellano que mejor exprese la emoción de la ternura, además con la voz de Serrat:

https://www.youtube.com/watch?v=hOJaloDh-eA

"La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.


En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.


Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.


Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.


Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.


Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.


La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!


Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.


Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!


Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.


Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.


Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurra".


Amanece.


jueves, 23 de mayo de 2019

"Fuga a lo real", de Zhivka Baltadzhieva, en la tertulia del 20 de mayo de 2019 en el Café Gijón.



¿Por qué dije en la tertulia del pasado martes en el Café Gijón que "Fuga a lo real" (2012), de la poeta Zhivka Baltadzhieva (Sofía, Bulgaria, 1947), que ha llegado a su 3ª edición siete años después de la mano de la Editorial Amargord, es un libro excelente y es posible que sea de los que queden? 

El análisis de la literatura debe buscar el conocimiento de su objeto. En ese sentido la ciencia literaria integra la teoría, la historia y la crítica. Dentro del poema, voy a dejar fuera la forma o sustancia exterior para detenerme en la interior (como dirían los dos grandes teóricos Wellek y Warren, introducidos en España por García Berrio, mi maestro en la teoría y la crítica literarias).

El libro de Zhivka se puede interpretar desde la idea de la "espacialización" del tiempo, y eso lo convierte en mi opinión en una obra de esta época, posmoderna. Mi intención durante la tertulia fue analizar la base literaria de muchos de sus poemas desde el "espacio", tanto dinámico (horizontal y vertical), como estático. En el primer caso están sus continuas alusiones a Ulises, Ovidio y ese deseo de salir de alguna parte para entrar en el propio interior (salir de Bulgaria o simplemente de esta sociedad capitalista que no le gusta). El espacio vertical lo observo representado en poemas sobre Dante y Orfeo, con los ascensos al cielo y los descensos al infierno. Por lo que se refiere al espacio estático, ese ámbito tan amado por los poetas del 27, en Zhivka se resume en el amor.

El libro se abre con este poema (p. 16) donde la voz poética quiere desprenderse del mundo y llegar a su propio interior:

"¿Cuántas voces son necesarias
para no entender el mundo?
¿Cuántas voces inflamadas?
¿Cuántas cuerdas vocales rotas?
¿Cuántas palabras prefabricadas?

Para no entender.
Quedarse perplejo o indolente.
Salir del cuarto de estar.

Salir".

Esto ocurre cuando Ulises llega a la playa de Ítaca (p. 28), porque unas páginas más tarde el propio Homero nos dirá que "adivinando / he dejado de ver. / Y ahora me despierto / en el ojo / de otro". En ese momento yo veo a Polifemo, el que tenía un solo ojo y fue cantado por Góngora en uno de los poemas más bellos, profundos y complejos de la literatura española. Zhivka y su escritura (en realidad son lo mismo, y por eso su libro comienza con una cita de Marina Tzvetaieva: "La sombra del lápiz como una espada...") se apoyan en la literatura como un tesoro y se atreve a hacer una elipsis como la de Kubrick en su célebre película y nos lleva desde la Antigüedad a la actualidad basándose en Einstein y su relatividad parcial y general.

"Odissey 2001" (p. 54).

"Odisseo parte a las cuatro de la madrugada
a través del Universo plano /un parámetro
entre otros
del eje espacio - tiempo /.

Viaja a Marte,
a buscar la vida
en el hielo
y las chimeneas volcánicas.

A navegar
por todas las sensaciones
en el Mar Ponto del vacío interestelar
atormentado.

Morirá
por volver
a cualquier Tierra,

cualquier Ítaca, devastada por pretendientes,
cualquier patria
que una vez aconteció entre las estrellas.

Volverá.

A desvanecerse
en el primer instante de amor

posible".

Zhivka ha tomado de la mano a Tzvetaieva para viajar al origen de la literatura y ha regresado hasta nosotros. Ella sabe que nadie vuelve a ser lo mismo después de leer a Homero, Platón, Ovidio, Virgilio, los árabes medievales, Dante, Shakespeare, Cervantes. Y supongo que es entonces cuando se apercibe de que la sólida base literaria de sus emociones necesita de una base científica (que puede ser igual de poética, como la propia Filosofía).

Lo que convierte en grande a su libro es la búsqueda de la verdad desde el conocimiento científico actual, el tiempo que desaparece a partir de Einstein y las alusiones al actual mundo nuclear y el deterioro del medio ambiente. Por eso apliqué los dos principios de la Termodinámica, con relación a la materia y la energía, a sus poemas. El segundo es el que se concreta en la Entropía, ese caos conceptual en el que vivimos instalados y donde el arte intenta lograr la iluminación.

"Teoría general de la relatividad" (p. 22).

"¿Si todos los cuerpos se atraen
cómo es posible
que el Universo se expanda?

¿Y la fuerza oscura de Einstein?
¿La destrucción? ¿La muerte?
¿La desintegración?"
(...)

"El satélite Iras" (p. 58).

"¿Luz desconfiada? ¿Ser limítrofe?
¿Nada mágico? Solo
perturbación gravitacional,
trayectoria torcida,
ensordecido excéntrico icono,
gestual?"
(...)

"El cementerio nuclear" (p. 68).

"Bajo mis pies
el Cementerio Nuclear florece.
Aromas primaverales
y un mirlo.

en las ramas aceleradas.

Comprimidas ondas sonoras
y materia enrarecida.
Como si dentro de una flauta
alguien me respira".
(...)

"Protocolo de Kyoto" (p. 86).

"Este año las golondrinas llegan diez días antes.
(...)
Hembras de molusco con pene
y ballenas macho con útero y ovarios
vienen a suicidarse a las orillas de nuestras playas".
(...) 

Todos los tertulianos participaron con interés y yo me fui con la sensación de que había sido una velada en torno a la literatura de calidad. Al final pedí a Zhivka que leyera el poema de la página 20 de esta cuidada edición de Amargord. Se refiere a los pormenores, es decir, a ese espacio estático del amor donde confluyen los espacios horizontal y vertical de los que hablé al principio. En ese espacio se funden la búsqueda del Cosmos con el origen y el significado posmoderno de la literatura, y así la "Fuga a lo real" adquiere su auténtico sentido.

"Los pormenores son lo más importante.

Una carta olvidada en el bolsillo, e ilegible
después de pasar por la lavadora,
la mirada en la que no me he fijado,
la voz de lo no dicho, el aliento del campo, temblando
en resonancias momentáneas,
el cotidiano y único rostro de mi madre que se ha ido.

Los pormenores son lo amado.

Cada vez quedan menos en este mundo civilizado.
Industria, grandes cantidades de lo mismo.
Y ni gota de lo otro. Pensaba el retrato
del exánime dedo meñique de tu mano izquierda
en el museo de los más íntimos recuerdos,
pero reproducirán mi mente y mi corazón huidizo

y no sé dónde protegerte".





"Viajar en tren".

Me gusta viajar en tren, aunque siempre he preferido los trenes lentos, esos trenes que echaban humo y donde "El hombre tranquilo" se paraba camino de "Innisfree" porque lo importante era volver a los ensimismados valles de Irlanda o encontrar al amor de tu vida en el vagón restaurante de "Con la muerte en los talones" antes de deslizarte por los rostros impávidos de los presidentes de Estados Unidos. Ahora los trenes van muy deprisa y casi no me dejan ver caer las gotas de lluvia por los cristales, como en el poema de Machado que cantaba Serrat:

https://www.youtube.com/watch?v=5v66eaBzJmA

Esta tarde presenta un libro sobre trenes Pepo Paz, mi amigo y editor, por ese orden. 

Supongo que será un libro sentimental, como es él, como es Serrat y lo fue Machado, y seguramente como lo sea yo.

"Baraka", de Javier Hernández Velázquez.

Este lunes pasado hablamos en la librería Burma del barrio de Lavapiés de Madrid de esa parte de la Historia de España que a veces se nos olvida a los españoles, inexplicablemente. El desastre de Annual, el desembarco de Alhucemas, los papeles que desempeñaron el general Silvestre y Abd-El Krim, las dictaduras de Primo de Rivera y Franco, la isla de Tenerife en los años 20 y 30 del siglo pasado, con referencias que desconocía al cuartel del ejército de la Plaza del Cristo de la Laguna, junto a la famosa escultura, y a la Plaza de la Paz en Santa Cruz de Tenerife, con los cines Víctor donde he visto tantas películas, además de conocer al viejo dueño y a su familia, que me invitaron algunas veces a su club de Bajamar.

Como presentador efectué un análisis narratológico de "Baraka", la última novela del escritor de Santa Cruz de Tenerife Javier Hernández Velázquez (M.A.R. editorial), y fui haciéndole preguntas a medida que desarrollaba cada elemento del análisis: autor, narrador, personajes, cronotopo (tiempo y espacio) y discurso narrativo (indirecto e indirecto libre). No me aburrí en absoluto durante aquel diálogo ya que Javier estuvo simpático, convincente y sabía de lo que hablaba.

En la coqueta librería Burma se presentaron dos de mis amigas de las redes sociales (Isabel Martínez y Rosalia Gutiérrez, aunque a Isabel ya la conocía de la Feria del Libro del Retiro de hace dos años), otros escritores de Facebook a los que pude poner cara de verdad (Paco Gómez Escribano y Pedro Avilés) y otros cuantos escritores y periodistas que tuve la fortuna de conocer la tarde del lunes, como Rafael Guerrero, David Nutson, Carlos Augusto Casas, Enrique Pérez Balsa, Martin Roberts y Rebeca Tabales.

Todos estuvimos bajo la dirección escénica del editor de la novela, Miguel Angel de Rus, un tipo que me cae especialmente bien.




martes, 21 de mayo de 2019

"Tertulia literaria en el Café Gijón con la poeta Zhivka Baltadzhieva".

En la tertulia de esta tarde en el "Café Gijón" hablaremos del libro "Fuga a lo real" (2012), de la poeta Zhivka Baltadzhieva (Sofía, Bulgaria, 1947), cuya 3ª edición acaba de salir.

Lo he leído con interés. Entre sus cualidades destacaría dos aspectos, el puramente literario (la sólida base técnica sobre la que Zhivka ha escrito su obra, en la que me extenderé esta tarde) y el que podría llamarse científico, ya que observo varias leyes o hipótesis de la Física que se pueden aplicar a su contenido, lo que lo convierte en uno de esos libros consecuentes con su época.

La segunda fotografía que he puesto en realidad es un video de un minuto y pico de Zhivka cuando dedicamos una tertulia a la poeta Angelina Gatell hace unas semanas. Zhivka habla de la dictadura de su país y la forma en que afectó a los artistas. Luego vendría su "fuga" a lo real. A mí no se me ve, solo se escucha mi voz.

(La tertulia será como siempre a las 18,30 en el Paseo de Recoletos 21 de Madrid).




lunes, 20 de mayo de 2019

"Lost in translation".

Es la película que más ha gustado siempre a las mujeres que conozco.

Hace poco cumplió 15 años.

Anoche volví a verla.

A pesar de la diferencia de edad, se encuentran en un hotel impersonal de Tokio. Los dos están casados y no son felices ni infelices. Quizá por eso es una de las mejores descripciones de la soledad que se han hecho en el cine.

Nunca sabremos qué le dice él a ella al oído en la última escena. Es un cine contemporáneo donde hablan las imágenes y los silencios.

A mí también me gusta mucho esta película.



domingo, 19 de mayo de 2019

"Baraka", de Javier Hernández Velázquez.

Detrás de cualquier guerra siempre están los intereses económicos de unos pocos, algo en lo que insisto mucho a mis alumnos.

La Guerra del Rif o Segunda Guerra de Marruecos es la sublevación de las tribus del Rif, una región muy montañosa del norte de Marruecos, contra las autoridades coloniales españolas y francesas, en virtud de los Tratados de Tetuán (1860), Madrid (1880), Algeciras (1906) y Fez (1912). El año 1921 las tropas españolas sufrieron el famoso "desastre" de Annual, con más de 10.000 muertos, y la rebelión del líder rifeño Abd el-Krim, que llegó a crear un Estado independiente como tal.

Mañana voy a hablar de todo ello con el escritor de Santa Cruz de Tenerife Javier Hernández Velázquez, un conocido autor de novelas del denominado "género negro", y su editor Miguel Angel de Rus. Lo haremos en una librería del barrio de Lavapiés, en Madrid.

La novela mezcla una historia de amor con escenas crudas y sangrientas a la hora de abordar el desastre de Annual. En sus páginas aparecen lugares de La Laguna y Santa Cruz de Tenerife que conozco muy bien y me gustan mucho. Es agradable leer la recreación que efectúa el autor de los años 20 en Tenerife, ya que la novela comienza y termina en la isla. He encontrado destellos de Galdós (uno de los señores con los que aprendí a escribir) y la primera novela de Ramón J. Sender, "Imán". En la guerra de Marruecos el interés principal eran las minas de hierro del subsuelo marroquí. Después llegó Primo de Rivera para arreglarlo todo, y más tarde Franco. Tampoco viene mal recordar, de vez en cuando, de dónde venimos.

Y por terminar este post como lo he empezado, nunca dejo de insistir a mis alumnos en lo mismo, que lean, que lean y que vuelvan a leer. Así serán menos manipulados por esos pocos de siempre.

sábado, 18 de mayo de 2019

"La ciudad de las ideas".

A veces despiertas en la inmensidad del bosque, en un mundo lento donde las horas no existen, porque nada desaparece.

Entre la serenidad de los árboles suena un disco, "Ciudad de las ideas", que el guitarrista cordobés Vicente Amigo escribió inspirándose en Constantino Kavafis, el viejo poeta de Ítaca y Alejandría. Hace unos meses me di una vuelta por esa ciudad siguiendo las líneas de la mano de Lawrence Durrell y su "Cuarteto". Y tenía que ser allí, entre callejones descascarillados de azul y blanco, donde encontrara esta mezcla de flamenco y de jazz, en un bazar donde las moscas revoloteaban sobre los discos como si fueran capaces de escuchar la tradición de sus voces y la mano de Justine te guiara hacia la literatura.

A veces bastan tres notas para decir te quiero:

https://www.youtube.com/watch?v=_TzhCp9HNz8

(Este es el disco completo que encontré en aquel viaje a lo más profundo de mis recuerdos o de mis raíces:

https://www.youtube.com/watch?v=uMmA1rr5VX8)

viernes, 17 de mayo de 2019

¿Los escritores son interesantes?

"Conocer a un escritor a priori no tiene porqué ser interesante. Lo interesante es conocer a personas como tú que encima tienen el don de escribir como tú lo haces".

Había pensado escribir sobre otra cosa, pero nada más abrir Facebook me encuentro el comentario de Carman Arroba, la bella e inteligente mujer que está de pie en la fotografía de una pasada Feria del Libro del Retiro, donde también aparecen Pilar, Miguel, Silvia, Isabel y Aurora. Sus palabras aluden al post que escribí el otro día sobre la película francesa "Vivir deprisa, amar despacio". Su director, Christophe Honoré, reconocía en una entrevista que había escrito el guión de su película -donde el protagonista era un escritor- para poder hablar del escritor que le hubiera gustado conocer en la vida real.

Me quedo pensando un rato en las palabras de Carmen, mientras me tomo un café. Voy a darle vueltas durante un rato a esa mezcla entre el autor, el narrador y los personajes en una novela. Ya se sabe que Barthes pensaba que el autor había muerto en la literatura actual.

Creo que hoy va a hacer más fresco.

jueves, 16 de mayo de 2019

"A nadie le interesa ya escribir un buen libro".



En la entrada de ayer mencioné dos libros que me interesan, "Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy" (1759-1767), del inglés Lawrence Sterne, y "El hombre que se enamoró de la luna" (1991), del norteamericano Tom Spanbauer. A ambos les dediqué varias tertulias hace años y los expliqué en mis clases de la Universidad.

Entre los inteligentes y abundantes comentarios que escribieron a mi artículo en las redes sociales, está el del escritor Ramón Serrano Balasch, que fue director de la colección de Mario Muchnik, una de las excelentes editorales que ha habido en España. Ahora se llama El Aleph y pertenece a Planeta. Ramón Serrano dijo que había conocido a Spanbauer en Barcelona y había sido toda una revelación. Sus palabras me recordaron una entrevista que hizo El Cultural hace un par de años a Mario Muchnik, ya que, como ahora, se acercaba la Feria del Libro del Retiro, la más importante de este país. La releo mientras me tomo el primer café. Es demoledora con el panorama cultural que nos rodea.

"Maestro de editores, amigo personal de escritores como Julio Cortázar, Italo Calvino o Ernesto Sábato y "padrino" en España a través de su editorial Muchnik Editores (hoy El Aleph) de nombres como Primo Levi, Elias Canetti, Bruce Chatwin o Susan Sontag".
(...)
"Vivimos en una sociedad que empuja a no pensar".
(...)
"Todo ha cambiado, en primer lugar, que a nadie le interesa ya leer.
(...)
"Hay muchas cosas que se conjuran para que la literatura pase a mejor vida. La lectura es una especie de disciplina perdida en los meandros de los intereses de la juventud de hoy en día. Se interesan por la música, por el fútbol, pero no por la literatura".
(...)
"Hay muchísimos libros, sí, pero la mayoría son libros espantosos, que los abro y resulta que me defraudan en la página dos, digamos, porque quiero ser clemente. Es así. Yo no puedo plegarme a esas moditas que duran una semana, no es lo mío. Yo ya no tengo interés en lo que se publica, se edita, se lee o se regala para Navidades. Cuando cae bajo mis ojos y mi nariz "Guerra y paz" estoy en un mundo que me interesa. Pero no porque sea el mundo de Napoleón o del zar, sino porque hay un momento en que, por ejemplo, unos perros corren tras una loba que escapa de ellos y esta los mira de reojo. Nadie ha escrito jamás algo más verídico sobre un animal que corre porque teme por su vida".

No sigo porque terminaría reproduciendo la entrevista entera, así que lo mejor es que me vaya de paseo. Hace un bonito día para tomar el fresco y a lo mejor me encuentro por la calle a la loba de Tolstói.






miércoles, 15 de mayo de 2019

Adriana Davidova en el Café Gijón.

Con esas cinco palabras definiría a Adriana Davidova como ser humano, lo que volvió a demostrar en la tertulia de ayer por la tarde en el "Café Gijón", hablando de su libro "Matar al amor" y de "Jump", la última película que ha protagonizado, dirigida por su marido Liberto Rabal, con un guión de la propia Adriana. Liberto nos explicó la estructura interna de la película, que ha sido premiada en un festival de la India.

Como Adriana nos contó a lo largo de la tertulia, su último libro publicado es una declaración de amor a la vida, con lo que esta supone de fragilidad, decepción, esperanza, dolor, pasión, arrebato, alegría, tristeza, sensaciones de triunfo y de pérdida. Es una despedida y de la misma forma un reinicio, donde comienza y se da la bienvenida a algo nuevo y desconocido. Es una manera de inclinarse ante el misterio y aceptarlo. ¿Cómo se puede afrontar la vida cuando te encaras a la muerte? Ante esta sugerente declaración de intenciones, los tertulianos preguntaron mucho y hubo un animado debate. Al principio pedí a su madre, Zhivka, que nos hablara de su hija y de alguna manera aquello me recordó al inicio del Tristram Sandy, de Sterne, uno de mis libros favoritos. Por mi parte, estuve bastante provocador, que es algo que se me da como hongos.

Al final Adriana sacó a relucir el nombre del escritor norteamericano Tom Spanbauer, y su magnífica novela "El hombre que se enamoró de la luna", y estuve a punto de levantarme y darle un abrazo. Siempre me ocurre con la literatura de alto nivel.








martes, 14 de mayo de 2019

"Vivir deprisa, amar despacio", de Christophe Honoré.

"Yo quería usar la ficción para restituir a la vida al estudiante que era en ese momento y revivir la figura de un escritor al que hubiera soñado conocer".

Son palabras de Christophe Honoré, el director francés de "Vivir deprisa, amar despacio", estrenada este 10 de mayo en Madrid (cines Golem). Es la historia de un primer amor y un último amor, el amor de un escritor parisino próximo a los 40, Jacques, y su último amante, Arthur, un joven bretón de poco más de 20. Son los años 90 y Jacques es consciente de que el SIDA va a hacer imposible esta relación. Pensándolo bien Jacques y Arthur son la misma persona con edades distintas, lo que el escritor recuerda que fue 20 años antes y en lo que se ha convertido. Honoré quiere homenajear al amor gay de todos los que murieron prematuramente en ese tiempo, pero lo que al final consigue es una historia de amor intemporal o tal vez una película contraria al amor. Más que una historia de amor imposible, es una película sobre una vida imposible.

(Horas después entendí mejor la película, y lo cuento a continuación, a la vez que me tomo el primer café de la mañana).

La cámara nos pasea por París, aunque sin intención de hacer turismo, y en cierto momento nos lleva hasta el cementerio de Montmartre, donde están enterrados Bernard-Marie Koltés y François Truffaut (el director de cine al que amaron todas las mujeres, pero casi ninguna fue correspondida). Junto a muchas escenas de sexo homesexual, la película está llena de referencias al cine, los libros y la música (entre las canciones que aluden a la época de los 90 se cuela esta aria inmortal de Haendel: https://www.youtube.com/watch?v=6TgQy1qzxfQ), y así se logra un efecto proustiano en la memoria y en las magdalenas que están en el interior de cada uno de nosotros. En mi caso estuve varias horas por la noche releyendo una obra de teatro, "En la soledad de los campos de algodón", de Koltés (1948-1989), que murió de SIDA y hoy se ha convertido en un icono del teatro francés. El teatro de Koltés se basa en el texto, es un "teatro del discurso". En el dialogo de los dos personajes de la obra, los monólogos representan al hombre atrapado por la soledad de la sociedad contemporánea. De alguna forma la película que vi ayer, y que me sirve de pretexto para hablar de otras cosas, como siempre, tiene mucho de Koltés.

(Esto es menos trascendente, pero mientras sacaba la fotografía al final de la película me pregunté por qué todo el mundo sueña con conocer a algún escritor a lo largo de su vida, como he escrito en el primer párrafo de este post. En mi caso no será, porque en el reflejo de la fotografía se me ven las sandalias y los pantalones cortos, algo con poco glamour en este Madrid tan cosmopolita).

lunes, 13 de mayo de 2019

Adriana Davidova en la tertulia del 14 de mayo del Gijón.

Mañana por la tarde nos visitará en la tertulia del "Café Gijón" la escritora, actriz, guionista y directora Adriana Davidova. Nos vendrá a hablar de su último libro, "Matar al amor" (Editorial Amargord, 2018).

Davidova es hija de una de las poetas actuales que me interesan, Zhivka Baltadzhieva (la semana que viene presentaré la 3ª edición de uno de sus libros), y ha publicado "Hacer el Amor a un Ángel", "El Deseo", "Voces de Mujer", "La Hembra Apócrifa" y "Matar al Amor".

En cine, ha rodado recientemente, como protagonista, "Jump" (30 Girona Film Festival, 9 Dada Saheb Phalke Film Festival), una película premiada en la India. En teatro, ha protagonizado también en las últimas semanas la obra de teatro "Hacia el Amor" sobre textos de Bergman en versión de la propia Davidova y dirigida por el gran José Carlos Plaza. Asimismo es autora y protagonista de las obras escénicas "Generaciones" y "Lapidada" (dentro del Festival Ellas Crean 2019).

(La tertulia será como siempre a las 18.30 en el Paseo de Recoletos 21 de Madrid, y está invitado todo el mundo al que le guste la literatura, el cine y el teatro. Y reírse, claro. En mi tertulia es condición necesaria, y también suficiente, como en un axioma matemático, entrar y salir con una sonrisa).

domingo, 12 de mayo de 2019

"La hija del aire", de Calderón, en el Teatro de la Comedia de Madrid.

La reina Semíramis es un personaje que no se sabe si existió realmente o es otro producto más de la mitología con el que hemos construido la historia de la humanidad. La obra que escribió Calderón en el año 1653 (entre otros escritores y músicos) habla del poder y las intrigas políticas, de la lealtad, la traición, el amor, los celos y, en realidad, sobre la belleza que puede ser entendida como un imán, pero también como una trampa. Es la idea de la tentación que puede volver locas a las personas.

¿Qué ocurre cuando el ser humano pierde el poder? Es posible que lo lleve a la locura y lo llene de ira y de rabia para recuperarlo. Y no me refiero solo al poder político, sino también al poder económico, incluso al sentimental y familiar.

Como siempre digo, ir al teatro y observar el comportamiento de todos los actores, del director, de los que intervienen delante y detrás de los ojos de la gente, continúa siendo algo mágico. Me gusta escuchar cómo se respira cerca de mí, que la gente ría y tosa y se queje o disfrute. Me gusta ver sentir a los actores, verles fingir que fingen para sintetizar en uno solo cada uno de los espejos con los que nos construimos por dentro y fuera como seres humanos.

No se me ocurre otra manifestación artística más humana.

sábado, 11 de mayo de 2019

"Nosotros, los de entonces, seguimos siendo los mismos".

Hoy hace un año que Almudena Mestre presentó en el Retiro su libro sobre mi obra literaria: "Lenguaje y ficcionalidad a ritmo de jazz". En esa fotografía estoy con Eloy Tizón durante la presentación que hicimos allí, y me parece que seguimos siendo los mismos. Y esto me recuerda el famosísimo poema número 20 de Neruda. Se han dicho tantas cosas de este poeta (algunas no excesivamente cariñosas) que prefiero leerlo mientras me tomo un café y escucho la música de una película preciosa sobre él.

https://www.youtube.com/watch?v=95IvXVD0Utc

También recuerdo que era un adolescente cuando leí este poema, y pensé que en esta vida se puede ser tan feliz como uno quiera. Y yo siempre he elegido serlo. Como digo siempre, ser feliz es gratis.

"Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis
brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo".