viernes, 6 de diciembre de 2019

"Un cuadro para el día de la Constitución".

A la Constitución que celebramos hoy no hemos llegado hace un momento, ni siquiera hace 41 años. A la democracia se llega poco a poco, sembrando cultura, cultivando el capital humano, como enseño incansablemente a mis alumnos. Decía Amartya Sen, uno de los intelectuales que más ha influido en mi formación humanista, que el desarrollo y el progreso se logra a través de la democracia. A lo largo de la historia algunos se han dedicado, única y exclusivamente, a pensar en sí mismos. Otros a intentar hacer un mundo mejor. 

El "Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga" es un óleo sobre lienzo de grandes dimensiones (390 por 601 cm), pintado en 1888 por Antonio Gisbert y que ha formado parte de una bella exposición de este año en el Museo del Prado para celebrar su bicentenario. El Museo del Prado es uno de los lugares más visitados del mundo, sobre todo por extranjeros. Gisbert fue su director durante cinco años a partir de que se derrocara a Isabel II el año de la Gloriosa. El cuadro recoge el momento anterior a la muerte del general José María Torrijos y sus compañeros el 11 de diciembre de 1831, ordenada por Fernando VII. Espronceda, Machado y Gómez de la Serna, entre otros, hablaron del cuadro y de Torrijos, un liberal defensor de la Constitución de 1812. Es una obra que merece figurar junto a "La rendición de Breda", las pinturas de Goya sobre el 2 y el 3 de Mayo y el "Guernica", entre los grandes cuadros dedicados a la Historia de España. Y es que Torrijos es un icono de la lucha por la libertad y la construcción de la nación española. La noche antes de morir, escribió una conmovedora carta a su esposa, Luisa Sáenz de Viniegra, que años después se convertiría en su gran biógrafa. Es propiedad del Congreso de los Diputados desde el año 1881, se conserva en una urna de estilo neogriego y dice: "Amadísima Luisa mía: voy a morir, pero voy a morir como mueren los valientes. De la vida a la muerte hay un solo paso y ese voy a darlo sereno en el cuerpo y el espíritu. He pedido mandar yo mismo el fuego a la escolta (...) Hasta mi último aliento te he amado con todo mi corazón".

El conocimiento es el mejor antídoto contra la demagogia, la regresión y el negacionismo.

Y además te permite apreciar la belleza de la vida.

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