El hecho de poder ver las películas de los Hermanos Marx es una de las cosas divertidas e inteligentes que me han ocurrido en mi vida, y supongo que algo parecido le sucedió a Woody Allen, como dije el otro día anunciando la última tertulia, ya que su película es un homenaje a los Marx. ¿Cómo no sentir la alegría de la vida mientras ves "Plumas de caballo", "Sopa de ganso, "Una noche en la ópera" o "El conflicto de los Marx"?
Y ponerte a cantar:
Esa sensación es la que siento cuando voy a clase, algo que suelo hacer cantando o silbando, como Groucho en el video que acabo de poner, y aunque esté cansado de tanto hablar a mis alumnos. Ayer les dije que incluso pienso más rápido que hablo, por lo que a veces se me traba la lengua, pero no el pensamiento. En nuestro mundo el que no canta y no baila es porque no quiere.
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