En diciembre del 19 escribí un texto donde decía que lo había conocido
ese mismo año en un acto en Vallecas contra la violencia de género. Al
acabar se me acercó un muchacho en silla de ruedas. Me dijo que, aunque
yo no lo conociera, me leía todos los días, y que estaba escribiendo una
novela y un libro de poemas. Le apetecía ir a la tertulia del "Café
Gijón" con la ayuda de su madre, ya que
viven en el barrio de Vallecas. Al día siguiente me escribió un correo
para expresar la alegría que le había embargado al conocerme en persona.
Recordaba una frase que le dije, "lo importante es estar abierto a
aprender y a evolucionar". Nada que fuera realmente nuevo, pero
relevante para tenerlo presente en este mundo donde por todos los lados a
veces es fácil estancarse. Abel nació en Madrid el año 1992 y uno de
sus poemas ha sido finalista en un concurso internacional de poesía.
Lleva dos martes sin perderse la terlulia on line, y le he pedido que
nos hable de él y de su obra o de lo que quiera mañana martes a las
18.30. Antes de ayer me dijo en otro correo que se considera un eterno
aprendiz al que le apasiona la escritura. Pronto publicará ese primer
libro de poemas, donde habla de la sensación de evolución como individuo
gracias a la escucha activa de su interior. Esta sensación se expande
de la misma forma en la que interfiere el roce de las personas en
nuestras propias vidas y acaba con el sentido definitivo como ser cuando
todo lo anterior colabora en un puzzle perfecto para sumar a la especie
con esa ascensión directa a la plenitud.
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