lunes, 1 de julio de 2024

"Carpe diem".

 

Hacía un siglo que no paseaba por el Botánico por el simple hecho de pasear, sin buscar nada, para "perder el tiempo", buscando las sombras de los árboles y el ruido de las fuentes. De joven era uno de mis paseos habituales para leer el último libro que me acababa de comprar en la Cuesta Moyano. Recuerdo dos libros de aquellos que paseé bastante por allí y que regalé mucho en su día, "El siglo de las luces" y "Rayuela". Ayer me dio por buscar el árbol que utilicé como nombre para la protagonista de mi novela "Vivir es ver pasar", Melia Azedarach. Sin embargo, no lo encontré, aunque me saqué una fotografía delante de uno que me gustó por su valor semántico, el Carpinus betulus, el carpe blanco o carpe europeo, conocido solo como carpe. Lógicamente, me recordó la oda mítica de Horacio, de la que me examiné cuando hice la carrera de Teoría de la Literatura en "Tradición clásica". El catedrático de Latín, Vicente Cristóbal, nos preguntó por los poemas que se habían referido al "Carpe diem" a lo largo de la historia, desde el inicial de Horacio. En la mitología romana, Leucónoe es una hija de Neptuno y de Temisto. Su nombre significa "de mente blanca".​ 
 
"Carminum I, 11".
 
"No pretendas saber, pues no está permitido,
el fin que a ti y a mí, Leucónoe,
nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los números Babilónicos.
Mejor será aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que Júpiter
te conceda, o sea este el último,
el que ahora hace que el mar Tirreno
rompa contra los opuestos escollos.
Sé prudente, filtra el vino
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo.
No te fíes del incierto mañana".
 
Quinto Horacio Flaco nació en Venusia, hoy Venosa, Basilicata, en el 65 a.C. Fue el mayor poeta lírico y satírico de su tiempo en lengua latina. Los principales temas que trató en su poesía son el elogio de la vida retirada en "Beatus ille" y la invitación a gozar de la juventud en "Carpe diem", retomados por Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León. Murió en Roma el 8 a.C. Mi mente me lleva entonces a Pedro Salinas y al proceso de estilización literaria de "La voz a ti debida", que en mi literatura plasmé en los "Cuentos de los viernes". Pienso en Omar Khayyam, cuando nos dice: "Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, esfuérzate por ser feliz hoy. Coge un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe pensando en que mañana quizá la luna te busque en vano".
 
En fin, la vida como la literatura:
 

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