Ayer, mientras me tomaba el vermú del mediodía en una terraza
tranquila y coqueta, al sol, leí el anterior comentario que escribió por
aquí hace unos días Monica Ivulich, una amiga argentina. A veces me
tomo un Dry Martini, como James Bond.
No siempre hablo de
noticias alegres y divertidas. Reconozco, eso sí, que no padezco el
síndrome del telediario ni el de los apocalípticos y agoreros del fin
del mundo, empeñados en que el sistema
capitalista nos lleva al desastre y todo se va a acabar en cuestión de
unos años. En el mundo también pasan cosas buenas, es más, a mí me
parece que ocurren más cosas buenas que malas. El ser humano es el
invento más perfecto que ha creado la Naturaleza, o imperfecto, pero en
cualquier caso fascinante.
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