sábado, 23 de diciembre de 2017

"La consagración de la primavera".

Stravinski soñó con una escena ritual en la que una virgen que ha sido elegida para ser sacrificada danza hasta morir. Su sueño, coreografiado por Nijinsky, ocasionó un escándalo monumental en el París de 1913. Es el misterio del arte que se funde con el nacimiento de algo nuevo.

En 1956 Béjart transformó el sacrificio de la elegida en la unión triunfante entre una elegida y un elegido, símbolo de la fuerza positiva de la primavera. De niño no lo entendí (la primera vez que lo vi en un teatro con apenas diez años), pero estaba claro que Béjart pensaba entonces como pienso ahora, como pensaba ayer viendo la representación de "La consagración de la primavera". 

El arte es la fuente de la eterna juventud.

https://www.youtube.com/watch?v=iweDcZYNGLY

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