La semana pasada releí el mítico libro de conversaciones entre
Hitchcock y Truffaut, con vistas a la tertulia que íbamos a tener sobre
el director inglés. Al referirse a su película "Yo confieso", de 1952,
en la que Montgomery Clift interpretaba a un sacerdote que, debido al
secreto de confesión, no puede revelar un asesinato y Anne Baxter a su
antigua novia, Hitchcock aseguraba que no quería
a Anne Baxter como protagonista, sino a la actriz sueca Anita Björk,
que se presentó en Estados Unidos acompañada de "su amante y un bebé
ilegítimo". Adelantándose a un posible escándalo, la Warner devolvió a
Björk "a sus fiordos" y al cine de Ingmar Bergman. Su amante era el
escritor Stig Dagerman, que se suicidaría pocos años después. Ayer por
la tarde me llamó al móvil Jaime, un antiguo alumno al que hace mucho
que no veo. Fue profesor de música en un instituto de Ciudad Real y acto
seguido en uno de Badajoz, su tierra natal. En cierto momento hablamos
de los escritores que nos siguen gustando, y Jaime se refirió entonces a
Stig Dagerman. Me dije que eran demasiadas casualidades. Tras colgar
busqué por casa algún libro de un escritor que nació cerca de Estocolmo
el año 1923, que frecuentó los ambientes anarquistas y que se convirtió
en habitual de sus publicaciones. Escribió su obra entre los 21 y los 26
años, cuatro novelas, cuatro obras de teatro, un volumen de novelas
cortas, cuentos, ensayos y algunos poemas. Se suicidó en Enebyberg en
1954. En los últimos años solo había publicado "Nuestra necesidad de
consuelo es insaciable", un texto muy breve, poético y trágico,
filosófico, político, tan intenso como cegador. Como le sucedió al
Strindberg que admiraba con devoción era un hombre idealista y soñador,
inconformista, angustiado por la evolución del mundo. Tal vez porque
había crecido en un mundo donde se juntaron las peores dictaduras del
siglo XX, tanto comunistas como fascistas, y que, entre otras cosas,
había dado lugar al existencialismo, con las ideas del absurdo, la
sinrazón y la angustia de vivir.
Este es el texto premonitorio de ese fatal desenlace, pura literatura, por otra parte:
http://www.contranatura.org/…/Fil…/PDF/Dagerman-Consuelo.pdf
http://www.contranatura.org/…/Fil…/PDF/Dagerman-Consuelo.pdf
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