Hasta los diez o doce años pensé
que los caballos no eran de verdad y solo salían en las películas. El
domingo pasado me di una vuelta por el Pardo, el monte mediterráneo más
grande de la Comunidad de Madrid y de los mejor conservados de Europa,
gracias a Manuel Azana. Me gusta pasear por este lugar para leer y ver
incluso jabalíes, ciervos, gamos y otros animales. En el pequeño jardín
de su Palacio Real (que fue pabellón de caza de los Austrias y después
residencia de invierno de los Borbones y de Francisco Franco) di uno de
los besos más bonitos de mi vida. Franco había muerto y la censura
había desaparecido del cine. Saqué la fotografía en un club de hípica de
la zona donde también me acerco a veces. Los caballos pastaban tan
felices al atardecer con las cuatro torres de la Plaza de Castilla al
fondo. Y aquello me pareció una película que se estuviera rodando en
esos momentos en Madrid.
Siempre pensé que los besos no pueden estar sometidos por las dictaduras y solo pueden ser besos de película.
Como estos:
https://www.youtube.com/watch?v=kVMsnT0AbRU
Como estos:
https://www.youtube.com/watch?v=kVMsnT0AbRU
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