Este domingo pasado caminaba por una calle cerca de casa cuando me encontré en medio del rodaje de una película. Me dije entonces que el ser humano está programado para seguir siempre adelante, a pesar de las pandemias o cualquier otro tipo de obstáculo. Somos la vida, la representación inteligente de la vida, y ahí está el equipo técnico, el de producción y el de dirección, la gente de la cámara y el sonido, de la dirección artística y el que pone la música. Me paso la vida rodando una película que va de "Casablanca" a "El filo de la navaja", de "Easy rider" a "Lo importante es amar". Ayer mismo unos alumnos me llamaron de nuevo "yuppie" y yo les dije que me gusta más "bobo" (bourgeois bohème).
¿He dicho el que pone la música en el cine o el que me la pone a mí?
La he tarareado muchas veces, pero no me importa volverlo a hacer mientras termino el primer café de esta mañana y me voy a clase a llenar la pizarra de ecuaciones matemáticas. Siempre intento hablar de la poesía de las matemáticas y de qué forma expresan el mundo. La música es la exactitud matemática, como la inmortalidad de esta película eterna, en la que siempre nos quedará París. Seguramente la habíamos perdido, pero la vida es una película que sabemos que sucede en París.
Y a veces me llaman Rick:
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