viernes, 16 de febrero de 2018

"Tres anuncios en las afueras".

Qué bueno es el cine cuando es bueno.
Cuando el guión es excelente, quizá porque lo ha escrito un autor de teatro que ha empezado a dirigir películas. Las actuaciones son creíbles y no hay buenos ni malos, solo una crítica evidente al machismo, la homofobia y la xenofobia. El montaje y la música son inteligentes. En algunos momentos posee el humanismo del cine de Ford y supera al de los hermanos Coen y Haneke.

Pasas dos horas pensando que no has pagado 9 euros para entretenerte sino para entender a tus semejantes, que es el motivo principal por el que voy al cine.

En esos momentos el cine se convierte en una parte de la estética del arte contemporáneo. El año pasado me ocurrió con "La la land" y este año con "Tres anuncios en las afueras". Después de todo el pensamiento estético no es más que una reflexión sobre algo que no es empírico.



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