Qué bueno es el cine cuando es bueno.
Cuando el guión es
excelente, quizá porque lo ha escrito un autor de teatro que ha empezado
a dirigir películas. Las actuaciones son creíbles y no hay buenos ni
malos, solo una crítica evidente al machismo, la homofobia y la
xenofobia. El montaje y la música son inteligentes. En algunos momentos
posee el humanismo del cine de Ford y supera al de los hermanos Coen y
Haneke.
Pasas dos horas pensando que no has pagado 9 euros para entretenerte sino para entender a tus semejantes, que es el motivo principal por el que voy al cine.
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