viernes, 12 de julio de 2019

"Ofelia y Sonia".

Plotino, seguidor de Platón, consideraba que los tres elementos esenciales del "ser" eran lo verdadero, lo bueno y lo bello. En ellos se basó Kant para elaborar sus tres famosas críticas, sobre la razón pura, práctica y el juicio teleológico. También lo hice yo a la hora de escribir y estructurar mi último libro de literatura, que publiqué el año 2017, razón por la que no se me ocurre qué más puedo escribir que me divierta después de eso. Lo mejor será que me dedique a beber Dry Martinis, como James Bond, mezclados, no agitados.

En fin lo que quiero decir es que debo pedir perdón a Richard García Ortiz porque publicó el siguiente post hace unos días y acabo de verlo. Desde luego lo de "creativa alma libre" me ha llegado al corazón.

"Uno de los libros del conocido escritor, profesor y creativa alma libre Justo Sotelo, “Cuentos de los otros”, publicado en Narrativa Bartleby, cuenta con unas estupendas críticas, como todos los suyos. El libro se compone de 90 relatos cortos de la vida contemporánea en donde construye su yo a través del amor, el arte, el cine y la literatura. Con este planteamiento el libro roza o alcanza por lo general lo bello, lo bueno y lo verdadero, unas máximas muy alejadas de la realidad cotidiana de nuestra vida. La portada está diseñada utilizando el gusto natural que la pintora Johana Roldán mantiene en sus pinturas.

A mí me han impresionado varios de estos relatos pero al titulado "Ofelia" le he puesto laureles y es porque en poco más de una página desarrolla una imaginativa, doble y profunda historia de amor, que bien podría ser la base de un guion cinematográfico. Y, si no, mirad:

Él viaja pensando en la conferencia que ha de ofrecer en el museo acerca de un cuadro que le obsesiona desde sus estudios en la Universidad, “Ofelia”, pintado por Millais. Ofelia es un personaje de Shakespeare, una fuente inagotable de inspiración artística, literaria y filosófica que sedujo a Millais, y en el cuadro representa el tránsito entre la vida y la muerte. La infeliz muere ahogada cuando cae al rio mientras recoge flores, pero queda registrada su hermosa mirada que se pierde entre las flores y el agua. El sauce y las ortigas hablan de dolor, las margaritas de inocencia y fidelidad, y el lirio lo hace de la virginidad, como la sexualidad de las orquídeas. 

¡Maravillosa y sobrecogedora escena!

Si bien el tema central del cuento para mí es un lírico escenario frondoso y de brillante colorido en donde llegas a imaginar la admirable obra del mito ofeliano, no resulta opresivo. El relato queda capturado de manera inequívoca dentro de un vagón del metro, en donde el autor entrelaza miradas e incluso cruza unas palabras con una mujer, que se baja sin que llegue a resolverse la duda de quién es. Cuando en el museo se proyecta en la pantalla la figura de Ofelia, él recuerda que la mujer del metro se llamaba Sonia, la primera chica que besó en su vida. Ella tenía 13 años y él 15".

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