Quizá sea el baile más elegante que exista, y sin duda el más exquisito.
Me gusta el vals porque me gusta vivir la vida con elegancia, ya sea
con traje y pajarita, como he vestido siempre y continúo haciéndolo, o
con camisetas negras, pantalón corto y sandalias, que es lo que me pongo
cuando llega el verano y no me quito hasta que vuelven las clases de la
Universidad, sobre todo si estoy de viaje. Por supuesto lejos de
la vulgaridad y la agresividad, de las palabras malsonantes, de la
burla y el desprecio hacia los demás, lo que, en realidad, no es más que
el desprecio a uno mismo.
El vals gira como la propia vida y en ese movimiento continuo
necesitamos a la otra persona. Al igual que en el cuadro de Vladimir
Pervunesky titulado "El vals vienés, de 2007, y este delicioso vals de
Franz Lehar, tan elegante como exquisito, como puede ser la vida, si
quieres:
https://www.youtube.com/watch?v=MMkyqcnQixY
https://www.youtube.com/watch?v=MMkyqcnQixY
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