martes, 26 de abril de 2022

"Lector cómplice", de Javier Lostalé, para el día en el que la tertulia del Café Gijón vuelva a ser presencial.

Esta tarde, a las 18.30, vamos a hablar de "Pedro Páramo", de Juan Rulfo, en la todavía tertulia virtual del Gijón. 
 
Hace unos días Javier Lostalé, un poeta que es tan buena persona como excelente escritor, me envió este libro que ha publicado en el estilo de aquellas "Cartas a un joven poeta" de Rilke, y que leí de un tirón esa tarde en un Café de la calle Princesa. Javier se hace un lío con este mundo virtual, y hemos decidido que nos hablará del libro cuando volvamos a la cripta del Café en Recoletos. Siempre que él y yo nos encontramos (somos casi vecinos y nos gustan las mismas cosas) recuerdo a uno de sus maestros, Vicente Aleixandre. En ese instante mi mente se dirige hacia la vieja calle Velintonia, al lado de mi Facultad, donde Aleixandre recibía a tantos jóvenes poetas entre los que estaba Lostalé.
 
Las secciones del libro son las siguientes: al lector cómplice, a un futuro poeta, el acto creador, ámbitos, astros, sismógrafo de varia poesía, interludios, ser dentro de la lectura y confesión. En la página 31 alude, uno tras otro, a Eliot, JRJ, Zambrano, Mallarmé, y a mí ya me tiene ganado para la causa. Porque, además, cita esta frase de Wordsworth: "la poesía tiene su origen en la emoción recordada en la tranquilidad". Y nos escribe Lostalé en la página 24 en simbiosis con Rainer María Rilke: "Una cumbre, el amor, que es la meta de esa ascensión que se produce en la poesía con mayúscula. Los jóvenes, principiantes en todo, todavía no dominan el amor: aún tienen que aprenderlo. Han de aprender a amar con todo su ser, con todas sus fuerzas congregadas en torno a su corazón solitario y ansiado, que late hacia las alturas. Amar en el individuo es un noble motivo para madurar, para llegar a ser algo en sí mismo, para devenir mundo, un mundo en sí mismo en aras de otro. Es una exigencia grande e inmoderada a la que hemos de hacer frente, algo que nos señala y nos llama a destinos lejanos. El amor nos obliga a reflexionar sobre nuestra propia vida... Crear a partir de una íntima plenitud es dar a luz".
 
Ese es Javier Lostalé, un "hombre tranquilo" con un mundo interior de una gran profundidad. 
 
Y me viene esta música a la cabeza al pensar en él y en Aleixandre, y su casa de verano de Miraflores:
 

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