lunes, 18 de abril de 2022

"Yo nunca tuve una granja en África, al pie de las colinas Ngong".

El otro día paseaba envuelto por un dulce atardecer, me senté para descansar y me encontré frente a este árbol. Saqué la foto mientras Saint-Exúpery me decía algo sobre sus raíces, pero no le hice caso. Preferí escuchar a Mozart y pensar en aquel museo de Nairobi, en la calle Karen de un barrio que se llama igual, en la casa donde vivió una escritora que era baronesa. Hicieron una hermosa película con los objetos que quedaron de ella antes de volverse a Dinamarca, y recrear el estilo burgués europeo del hogar africano. Cubertería de plata, platos y vasijas de porcelana china, mesas y sillas de madera talladas a mano; todo estaba pensado al detalle para reproducir las comodidades de su país natal. Ella y yo sabemos que la literatura puede surgir en cuaquier parte.
 
Ahora tengo que subirme a una avioneta y seguir escribiendo:
 

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