sábado, 13 de noviembre de 2021

"Kant, el método científico y Sinatra".

En el texto que escribí ayer sobre Dostoyevski y Mahler, mencioné a Kant entre las influencias sobre el escritor ruso. Antes de dormirme estuve recordando algunas cosas que me interesan sobre uno de los filósofos más influyentes de la historia y mi propia manera de escribir y pensar.

El método científico es un camino que se materializa en unas reglas a partir de las cuales se intenta descubrir una verdad que se ignora, y que, según Descartes, son de investigación o de descubrimiento. Se manifiestan de manera independiente de la particular capacidad intelectual del que las aplica. No se descubre nada al afirmar que el concepto y las características del método científico son dos de las cuestiones "clave" en la evolución de la ciencia, ya que las reglas comentadas se ordenan según el problema planteado, la fijación de hipótesis (suposiciones de las que se obtienen consecuencias) con su corroboración, y a través de la elaboración de leyes (relaciones constantes e invariables entre los hechos), de teorías (con las que se relacionan las leyes y son explicadas) y de modelos (que buscan la explicación simplificada de las teorías, generalmente de manera deductiva, inductiva o analógica).
 
Desde aquí se puede bucear, con brevedad, en las tradiciones que han buscado explicar los llamados "conocimientos verdaderos". Por un lado pienso en la "tradición deductiva", inspirada en Aristóteles y que buscaba la verdad según unas premisas ciertas que recogieran la esencia de un ser o fenómeno, para llegar, por deducción lógica a una conclusión también cierta. Este proceso de abstracción mental, que da como fruto la formulación de axiomas o principios evidentes en sí mismos, a partir de los que se procede a enunciar una teoría gracias a un razonamiento lógico, en definitiva a una serie de leyes, teoremas o proposiciones, permite sentar la base del "racionalismo" de Descartes. Su método será deductivo porque el conocimiento se inicia gracias a la intuición clara y distinta de esencias o naturalezas simples, como la figura, la extensión o el movimiento. La influencia de este método fue muy patente en Espinoza, Leibniz y Wolff, entre otros.
 
La segunda tradición significativa será la "inducción empírica", con vestigios también en la Grecia clásica y gran expansión en el siglo XVII, y con ella se alude al proceso de observación de los hechos sucedidos en la realidad con el fin de proceder al enunciado de una teoría, método asociado al filósofo inglés Francis Bacon. Para este, el hombre de ciencia deberá observar con paciencia la realidad y recoger muchos ejemplos sin buscar anticiparse apriorísticamente a la naturaleza, o generalizar muy pronto, hasta que, por la misma fuerza de los hechos, una inducción progresiva fuera poniendo de manifiesto las concomitancias de los fenómenos y, en definitiva, las leyes de los mismos. La influencia de este método fue patente en Hobbes, Locke y Hume.
 
La tercera tradición, "escéptica", prácticamente tuvo defensores desde el principio a raíz del enfrentamiento entre el racionalismo y el empirismo, con David Hume a la cabeza. La "duda sistemática" o escepticismo metafísico conduce al deductivismo al absurdo, con lo que si la verdad se transmite por el razonamiento y no necesitamos para nada de la observación, entonces tan solo estaremos seguros, si acaso, de la realidad de nuestro pensamiento, pero no de la del mundo; y si nuestras inducciones sobre causas y efectos se basan en que el futuro va a ser igual al pasado, y nuestras expectativas no son en el fondo más que sensaciones subjetivas de probabilidad, entonces seremos esclavos de la última sorpresa o capricho de la naturaleza.
 
Será Immanuel Kant el que lleve a cabo la reconciliación entre estas posturas, mediante una "síntesis" del racionalismo y el empirismo. Kant planteó la llamada "paradoja de la ciencia empírica", al dudar de una metodología que solo fuese empírica, ya que esta paradoja vendría a decir que la dinámica de Newton va, por esencia, más allá de todas las observaciones. Es universal, exacta y abstracta, y ha nacido históricamente a partir de los mitos y podemos mostrar, por medios lógicos, que no deriva de enunciados de observación. Ante todo ello Kant considera que el entendimiento no recibe leyes de la naturaleza, sino que las que descubre en la naturaleza son leyes que el propio entendimiento ha puesto a priori. Es la teoría la que decide lo que puede, o no, observarse; es decir, tan solo creemos conocer una cosa mediante la razón cuando tenemos consciencia de que habíamos podido conocerla incluso si no se nos hubiera ofrecido en la experiencia; así conocimiento racional y conocimiento a priori son cosas idénticas. Esta idea kantiana tiene sentido gracias a la diferencia que el filósofo realizó entre las "verdades de razón" (que se consiguen por juicios analíticos basados en una actividad intelectual lógica) y las "verdades de hecho" (que se consiguen por juicios sintéticos logrados con la observación y la experimentación). Con ello el conocimiento de la realidad evoluciona con la ayuda de las verdades conferidas por la razón, es decir, con la capacidad lógico-deductiva del observador.
 
Ahora me tomo el primer café de la mañana y escucho una canción que me gusta mucho. Esta vida, con todo el conocimiento y la belleza que la caracterizan, resulta apasionante, y a mí me gusta vivirla de esta forma:
 

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