martes, 23 de noviembre de 2021

"Los ángeles de Charlie de Poeta en Madrid".

Observo la primera foto con Almudena Mestre, Silvia Ramos y María José Muñoz Spínola durante la presentación de ayer por la tarde de "Poeta en Madrid" en el Café Comercial y tengo la sensación de que me meto en la famosa serie "Los ángeles de Charlie", de 1976. Si no recuerdo mal Charlie nunca aparecía, y el hecho de llevar mascarilla tiene algo de ello, aparte de encontrarme rodeado por tres bellezas inteligentes. Porque ayer hablamos de quién era Gabriel Relham, el protagonista de la novela, de quién era yo y sobre todo del propio "hecho creativo", de dónde surge esa chispa de la inspiración para escribir una novela, un libro de poemas, una sinfonía o una obra de arquitectura.
 
Por ahora la música de este post podría ser esta:
 
Me tomo el primer café de esta mañana y, aunque me tengo que ir a la facultad en seguida, me apetece decir algo sobre la presentación. Lo primero es que la novela se publicó el pasado febrero, ha tenido multitud de reseñas y excelentes críticas y análisis, y contó con la presentación del catedrático Germán Gullón en la tertulia virtual del Café Gijón (por cierto, hoy tendremos en la tertulia al poeta bilbaíno Álvaro Petit, de lo que hablaré mañana). En segundo lugar diré que la escritora Almudena Mestre efectuó una presentación espléndida, entregada, inteligente, culta, impetuosa. Después de recordar cómo nos conocimos, porqué escribió un ensayo sobre mi obra literaria y desentrañar algunos aspectos de esta novela, me preguntó sobre el hecho creativo. Y entonces me levanté y me puse a hablar y luego a preguntar a la gente. En las siguientes fotos, hablan Almudena, que también se levantó y fue pasando el micro a Silvia, María José, Pepe Villacís, Charo Fierro, Pepo Paz, Yolanda Brown, Juan Tena, Emma Prieto, Marga Mayordomo, Mariwan Shall y mi arquitecto preferido, Santiago Martínez Sáenz. Y aquello se nos convirtió en una de las tertulias literarias que llevo haciendo más de un cuarto de siglo y tanto me divierten. 
 
Y ahora diré algo de lo que dije.
 
Esta novela es una síntesis de toda mi vida. No es que cuente "mi" vida en poco más de 100 págnas, sino que hablo de lo que he leído y estudiado, de la música que he escuchado y de los viajes que he hecho, por el mundo y por mi propio interior.
 
Cuando era un adolescente dediqué un tiempo a pensar en lo que quería hacer en esta vida. 
 
Desde que era un crío me había gustado mucho leer y ver películas, y desde los 11 años a montar en la bicicleta verde que me regalaron un verano mis padres para que pudiera recorrer la sierra, los ríos y los arroyos, antes de determe en cualquier lugar sombreado, como hacían los pastores de Garcilaso junto al río Tajo, y sentarme a leer a Lamartine, Verne, Hugo, JRJ y Galdós, como cuento en mi quinta novela, "Las mentiras inexactas". En aquellos momentos comencé a imaginarme en el interior de algunas películas donde yo era el chico protagonista, como dije en mi primera novela, "La muerte lenta". El hecho de ser "Premio Nacional de Bachillerato" y sacar Matrícula en todas las asignaturas (me pagaban la carrera que quisiera hacer) en realidad lo que indicaba era que me gustaba todo, las Matemáticas y la Literatura, la Física y la Historia, el Dibujo y la Música. Lo que yo quería era dedicarme a todas las disciplinas de este mundo, pero al final elegí las dos que podían darme más libertad e independencia, ser escritor y profesor.
 
Gabriel Relham se sienta con veintitantos años en una buhardilla del centro de Madrid para escribir una novela, que a su vez es un largo poema y una obra de teatro, y la termina muchos años después, y 100 páginas más tarde. 
 
Mi vida está llena de música y una de sus canciones podría ser esta, desde Montmartre:
 
 




 

 

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