jueves, 4 de noviembre de 2021

"Mañana estaré con Efi Cubero en la presentación de su último libro en la Librería Alberti de mi barrio".

Cubero es una de las grandes poetas que tenemos en España.
 
He leído dos veces este libro, a la vez que escuchaba el "Clave bien temperado". Sus páginas son música, empezando por los acordes y el contrapunto, pasando por el allegro y el andante, hasta llegar al adagio. No son los movimientos convencionales de Haydn, Mozart, Beethoven o Schubert, ni siquiera de Busoni, y tal vez por eso me recordaba más a Bach.
 
Hablando de recuerdos.
 
Recuerdo la larga tarde de un domingo en el Auditorio Nacional de Música de Madrid. En el escenario estaba al piano Daniel Barenboim para interpretar esta gran obra de Bach, y a mi derecha se sentó el periodista Iñaki Gabilondo. Escuchamos estoicamente los dos libros de Bach, e incluso en el intermedio coincidimos en el pequeño bar e intercambiamos unas palabras sobre la interpretación de Barenboim mientras nos tomábamos una copa de cava. Ya sé que debía haber sido de champán, pero nadie es perfecto. Unas semanas después incluí a Gabilondo como personaje secundario de mi novela "La paz de febrero", y lo invité a la tertulia para que nos hablara de su vida y sus gustos musicales, en concreto de las cinco últimas canciones de Strauss.
 
Cosas que me vienen a la cabeza leyendo a Cubero y escuchando a Bach, porque todo en esta vida puede ser literatura:

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