Mi novela "Vivir es ver pasar" a través de un concierto del "George
Adams y Don Pullen Quartet" en el Café Central de Madrid, junto a la
Plaza Santa Ana, en mi Montmartre particular.
El jazz está en
todas mis novelas y cuentos, no solo como metáfora, sino a la hora de
elaborar su estructura. Está omnipresente en la segunda novela que
publiqué, "Vivir es ver pasar", en 1997. Matilde Tricarico es una médica
y escritora italiana inteligente y sensible, amiga desde hace poco, tertuliana
del "Café Gijón" y enamorada de Madrid. Hace unos días la terminó de
leer y escribió lo siguiente: "He terminado de leer el libro y voy a
compartir con vosotros por qué me ha gustado tanto. El escritor Justo
Sotelo es un enamorado de Madrid, una ciudad a la que pone como
escenografía para su libro. Y así paseamos de su mano por el bullicio y
la tristeza de la estación de Chamartin, por la Gran vía y así admiramos
la Puerta de Alcalá. Nos sentamos con él en el Círculo de Bellas Artes y
escuchamos la tertulia. También habla de París, aunque me resulta más
sentida y vivida Madrid. El Madrid que siempre te hace estar a gusto. Os
dejo con sus palabras que son mucho más expresivas que lo que yo pueda
decir". Por mi parte añado que "Vivir es ver pasar" resume algunas ideas
que siempre he tenido sobre la vida y el amor, la literatura, el arte,
las tertulias literarias y el mundo en general. Los espacios de la
historia son Madrid y París, y mi intención fue la de retratar la vida
bohemia que conocí en las dos ciudades junto a Paqui, impregnada de
jazz, el jazz de Cortázar, el jazz del Café Central y el Círculo de
Bellas Artes. Las noches de jazz eran las cabezas moviéndose ligera y
ensimismadamente de arriba abajo, con una copa en la mano, el sudor en
la frente y un sentido literario y violeta de la vida. ¿Dispuestos a
seguirme en mi particular viaje por Madrid y París que describo en
"Vivir es ver pasar"? Entonces hay que escuchar a George Adams (saxo),
Don Pullen (piano), Cameron Brown (contrabajo) y Dannie Richmond
(batería), un 9 de febrero en el Café Central, aunque hoy sea 10 de
febrero:
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