Me estoy acostumbrando a las puestas de sol de la Ciudad Universitaria de Madrid cuando termino mis clases.
Quizá un atardecer o un amanecer sean algo muy parecido a apresar todo
el conocimento acumulado a lo largo de la historia de la humanidad, al
igual que pedían Unamuno y Fray Luis de León, "como decíamos ayer",
dentro de la Universidad. Es ese instante inefable en el que la música
se apodera del interior del coche, como el final de la Tercera de
Mahler, cuando el amor a Dios lo dice todo, cuando es el amor a la persona que amas, el amor a la belleza, al propio amor.
Es una de las músicas más hermosas que he escuchado en mi vida:
https://www.youtube.com/watch?v=JyJYeB4oJT0
https://www.youtube.com/watch?v=JyJYeB4oJT0
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