sábado, 1 de febrero de 2020

"Literatura de calidad en catalán, que he leído traducida al castellano por la propia autora, y la maravillosa aria de Norma de Bellini".

Podría acabar rápidamente este post si dijera que nada más empezar a leer "La mirada del hijo", de la escritora de Lleida Núria Añó, me vino a la cabeza la primera novela de Esther Tusquets, "El mismo mar de todos los veranos", una de esas novelas españolas difíciles de olvidar y que hemos leído un par de veces en mi tertulia. No lo digo solo por la relación que hay con la madre (de inspiración kafkiana, aunque en Kafka lo fuera con el padre), sino por el estilo y el lenguaje utlizados por Núria Añó, tanto en esta novela como en la otra que he fotografiado, "La escritora muerta", donde ahora la historia, que se mezcla con la ficción de la propia ficción, también gira sobre la relación materno filial. Núria me envió sus dos novelas la última Navidad, traducidas por ella misma. Empezó a escribir a los dieciséis años y desde entonces ha publicado novelas, relatos y ensayos. Una buena amiga de esta red social ha escrito alguno de los prólogos a sus libros, la catedrática de literatura de la Universidad de Lleida Angels Santa Bañeres. Estamos ante una literatura intimista, casi susurrada, que habla más de los personajes y sus estados de ánimo que de las cosas. En esto también me recuerda a Henry James y a lo que a mí me gusta de la literatura.

Termino de leer "La escritora muerta", escribo este post, me tomo un café y escucho una de las arias más hermosas de la historia. Aida Garifullina tiene una voz preciosa:

https://www.youtube.com/watch?v=rK6GsRUl4WI

De nuevo, una vez más, la profunda literatura mezclada con la bella música en mi interior. Sin duda, soy un privilegiado porque sé que la belleza, lo que llamamos "la gran belleza" existe y es amiga mía.






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