"LAS MENTIRAS INEXACTAS", UNA DE LAS MEJORES NOVELAS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS, PROBABLEMENTE
DIARIO PROGRESISTA
DOMINGO 20 DE MAYO DE 2012
Antonio Fernández
"Las mentiras inexactas", de Justo Sotelo, es una novela que
ofrece una respuesta positiva a la actual crisis económica y espiritual,
y para ello mima al lector desde la primera a la última página. Es una
obra inteligente, interesante y bien construida, que juega con los
códigos de la metaficción. En ella se habla de la salvación de la
literatura, pero también del alma.
Es
su quinta novela publicada, y la constatación de que su autor ha
alcanzado la excelencia literaria. Sotelo impuso un elevado rigor formal
desde la primera novela, “La muerte lenta”, de 1995. Tanto en esta como
en la siguiente “Vivir es ver pasar” (1997) ya se manifestaban las
constantes estilísticas que llenan su obra: el rigor formal, un estilo
que bebe de las fuentes de los grandes escritores modernistas: Proust,
Joyce, Faulkner o Woolf, unos personajes que adquieren su significado
cuando están juntos, de forma que, aunque existan personajes principales
y secundarios, los protagonistas son todos, pues cada uno aporta algo
esencial al resto, y, por encima de todo, la búsqueda de un estilo
propio buscando siempre que el género no se quede estancado. Alguien
dijo que la literatura es la expresión artística más conservadora, y
Sotelo quiere terminar con esa idea.
Sus dos novelas siguientes: “La paz de febrero” (2006) y “Entrevías
mon amour” (2009), supusieron un valor añadido a los anteriores
aspectos. El rigor seguía siendo el mismo, pero los personajes poseían
una vitalidad que traspasaba las páginas y los hacía aún más auténticos.
Las buenas novelas sirven para reflejar la historia mejor, incluso, que
la propia realidad. El escritor que trasciende su mundo también logra
reflejar lo que todavía no está resuelto en la mentalidad de su época, y
se lo entrega a los demás para que lo transformen en el estilo de su
tiempo. El espíritu de una época no son sólo las ideas científicas y
filosóficas, sino también lo sentimental y lo ético, la imaginación y la
fantasía.
Ahora estamos viviendo un tiempo donde se ha arrumbado la idea de
frontera, ya sea política, económica, social o cultural, y triunfan las
narraciones auto-anulantes y auto-reveladoras (la metaficción en
general) y las novelas llenas de mundos imposibles no autentificables.
Además, no se cree en dioses que dirigen los destinos desde su mundo
sobrenatural, aunque muchas personas los necesiten para continuar
viviendo. En ese sentido, Sotelo busca interpretar el proceso histórico,
el tránsito del tiempo que “fue” al tiempo que “es”, y se acerca a la
realidad para desenmascarar sus contradicciones. Su propósito es
utilizar la literatura para estudiar algunos de los dilemas morales de
esta época.
“Las mentiras inexactas” -que acaba de ser primorosamente publicada
por la editorial Izana- se desarrolla entre las paredes de una librería
del centro de Madrid, en la plaza Santa Ana, aunque podría hacerlo en
cualquier ciudad española, o incluso del mundo. Allí van todos los
amigos de Sergio Barrios, el joven librero, como también ocurría con el
Café de Rick en “Casablanca”, la película clásica por excelencia. Miguel
Ángel Andés, Pepe Utrera, María José Castillo, Albertina Duarte y el
resto de personajes entran y salen continuamente de la librería porque
necesitan escuchar el latido de sus amigos para respirar. Y no dejan de
hablar de literatura, pero también de la vida, de su soledad, alegrías y
tristezas. Todos echan en falta a Daniel, el padre de Sergio, que se
supone que ha muerto en el Malecón de La Habana, algo que se convertirá
en uno de los hilos argumentales de la novela.
En ese mundo entra Nora Barrios, una profesora de literatura que está
haciendo un estudio científico sobre el futuro de la novela. A partir
de ese instante aprenderá (o recordará) que lo único que tiene sentido
en la vida es el amor y la amistad. Y la necesidad de contar historias.
En esa librería del centro de Madrid se celebran fiestas casi
diariamente y todos se sienten felices porque están rodeados de las
personas que aman. También pasan por la librería personas reales, como
las viudas de tres célebres escritores: Borges, Saramago y Alberti, como
también lo hicieron Aldous Huxley, Passolini o Lucas Brücke, personajes
mitad reales y mitad ficticios, que también tienen cabida en el mundo
de la literatura, algo que incluso se extenderá a la presencia del
escritor y economista José Luis Sampedro.
Lean esta novela si quieren encontrarse con un soplo de aire fresco
dentro de un mundo dominado por el pesimismo y la crisis. Lean esta
novela para volver a constatar que los hombres y mujeres todavía pueden
ser felices. Lean esta novela para recordar que la literatura nunca
desaparecerá, al menos mientras exista un niño que pida a sus padres y
maestros que le cuenten un cuento.
Justo Sotelo (2012), “Las mentiras inexactas”, Madrid, Izana Editores, 232 páginas
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