Lilián Pallares nació en Barranquilla (Colombia) en 1976. Es Comunicadora Audiovisual y Periodista. Ha estudiado Creación Literaria, Guiones para Largometrajes, Escritura Creativa y Filosofía. En 1999 ganó en Barranquilla el concurso de Poesía inédita de la Universidad del Norte. En el 2007 ocupó el primer lugar con sus relatos: Reflexiones del Va y Ven, organizado por la Revista Toumai, y Servicio Anónimo, organizado por la Asociación Cultural Fusionarte.
Ha publicado
los libros "Ciudad Sonámbula" (Aldevara, 2010), "Voces Mudas" (Fundación
Progreso y Cultura/ TwentyFourSeven, 2011) y "Pájaro, vértigo" (Huerga y
Fierro, 2014). Es fundadora y directora junto con el artista
neozelandés Charles Olsen del juego póetico Palabras Prestadas y la
productora audiovisual literaria y artística AntenaBlue. Actualmente
escribe su columna de opinión El mosquitero en Entretanto Magazine.
Este es uno de sus poemas:
"Son los aromas ensordecedores,
los silencios visuales,
El sabor a mar, el sabor a menta,
Los colores y formas inexplicables.
Los suspiros vagabundos, los miedos y esquizofrenias.
La mirada intrigante que no escapa de las trampas.
El teatro de un hombre sentado en la butaca.
La hoguera ardiendo detrás de las palabras.
Tal vez son las depresiones, las angustias y el desconcierto.
Los enemigos y los opuestos.
O quizá,
los compases de la espera que rompe los cristales.
Son las bendiciones y maldiciones que inventamos.
El despertar salvaje de los océanos.
La lágrima que humedece los desiertos y alimenta los mares
La canción desconocida que se canta muriendo.
Es temor.
Es ira.
Es ficción.
Son invisibles.
Son pieles que huelen a tierra.
Amores que se unen
cuando el sol aparece".
Este es uno de sus poemas:
"Son los aromas ensordecedores,
los silencios visuales,
El sabor a mar, el sabor a menta,
Los colores y formas inexplicables.
Los suspiros vagabundos, los miedos y esquizofrenias.
La mirada intrigante que no escapa de las trampas.
El teatro de un hombre sentado en la butaca.
La hoguera ardiendo detrás de las palabras.
Tal vez son las depresiones, las angustias y el desconcierto.
Los enemigos y los opuestos.
O quizá,
los compases de la espera que rompe los cristales.
Son las bendiciones y maldiciones que inventamos.
El despertar salvaje de los océanos.
La lágrima que humedece los desiertos y alimenta los mares
La canción desconocida que se canta muriendo.
Es temor.
Es ira.
Es ficción.
Son invisibles.
Son pieles que huelen a tierra.
Amores que se unen
cuando el sol aparece".