lunes, 27 de mayo de 2024

"Encerrados con un solo juguete".

Es la primera novela de Juan Marsé. De pequeño oía hablar de ella en casa y me causaba cierto desasosiego. Luego leí "Últimas tardes con Teresa", mi novela preferida, y volví a la historia del año 1961. Ambientada en la posguerra, la narración se centra en un grupo de jóvenes defraudados por una realidad que es resultado directo de la guerra librada por sus padres, y que ya ni es la suya ni les permite crearse una identidad propia. Es una muestra del objetivismo de la época, pero el propio Marsé la calificó como "decadente, intimista y subjetiva". En realidad no voy a hablar de Marsé ni de otros autores más o menos "objetivistas", como Martín Gaite, García Hortelano, Sánchez Ferlosio, Fernández Santos o Torrente Ballester (uno de mis escritores españoles preferidos, con diferencia), sino de que el otro día me quedé encerrado en un ascensor durante una hora. Me había dejado el móvil por la mañana en casa y no podía llamar a nadie. Aun así, llevaba un libro en el bolsillo, "Memoria y no" (2024), de Rafael Soler, publicado recientemente por Huerga y Fierro, un libro de poemas que se sustenta en la memoria, en el lenguaje y en la mirada.
 
Y este martes nos va a hablar de él en nuestra tertulia literaria de Casa Manolo, Princesa 83, a las 18.30. Almudena Mestre lo hará también, y todos los amigos que quieran convertir la reunión en una "tertulia y un seminario universitario", como definió Javier del Prado lo que hacemos unos cuantos enamorados de los libros y el arte en general, es decir, de la belleza. Y hablando de belleza, hoy me tomo un café escuchando el Concierto 2 de piano de Rachmaninov. Aludí a él el otro día. Es una de las músicas más hermosas de la historia. Si además lo interpretan Karajan, Weissenberg y la Filarmónica de Berlín entonces estamos cerca de la perfección:
 

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