He hecho un alto en los muchos exámenes que tengo que corregir este viernes y me he bajado a la Plaza de Callao, a desayunar un chocolate con churros en la cafetería Valor. Cada vez que paso por la puerta es como si me trasladase a Villajoyosa, en Alicante, que es de donde viene este chocolate. Y a su playa de nudistas que tanto me gusta.
¿He dicho alguna vez que cojo cariño a las cosas que me gustan?
Ovidio ha sido librero en su tierra, Oviedo, donde nació en 1971. Es narrador, crítico y gestor cultural, y esta tarde presenta este libro en Gijón. No nos conocemos en persona, pero hemos leído algunos de los libros del otro. Me gusta cómo escribe, incluso cuando ama y siente dolor ante la reciente muerte de su madre. Este relato breve tiene algo de la señora Dalloway, incluso de los tres personajes femeninos de aquella magnífica película. Y tiene mucho de él, en este ir y venir hacia atrás y hacia delante de su vida.
Y su madre lleva flores en el pelo. Ovidio y yo sabemos porqué:
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