"Estoy enganchada a tus escritos tan llenos de vida y de sabiduría. Hoy comienzo "Las mentiras inexactas". Gracias por la alegría, por la música, por el cine, por la poesía, por la bonhomía..., por ser y estar".
Son palabras que escribió el otro día en las redes la artista de Elche Clariola Fenoll Garcia. Siempre me ha gustado pasear entre las palmeras de Elche y tomarme una horchata en la Plaza de la Glorieta de esa ciudad.
Últimamente hablo mucho de Alemania (que es la tercera potencia mundial) porque tengo dos grupos en la Universidad con muchos alumnos alemanes. Y ayer, precisamente, me encontré en Internet esta página alemana que habla de mis libros, lo que me pareció curioso, y que empieza recomendando "Las mentiras inexactas":
"Nora Acosta, una profesora universitaria de literatura, que está escribiendo un ensayo sobre el futuro de la novela, entra una mañana en una librería del centro de Madrid, en la plaza Santa Ana, y, a partir de ese instante, su vida cambia radicalmente. Allí conoce a Sergio Barrios, el joven librero, del que le separan casi treinta años, y en seguida se enamora de él. Luego aparecen los amigos de Sergio, que contribuyen a convertir la vida de Nora en una especie de película de Woody Allen, ya que no dejan de contar historias que acercan la novela al terreno de la moralidad. La trama sigue, entonces, el camino de la recuperación del padre de Sergio, que todos piensan que ha muerto violentamente en La Habana, junto al Malecón, así como del verdadero sentido del amor para Nora. Si para el amor no hay edad, tampoco debe existir para la literatura.
Las mentiras inexactas es una reflexión sobre el significado de la literatura en tiempo de crisis económica y espiritual, que juega con multitud de espejos, desde la relación Nora Acosta / Norah Lange (el gran amor de Borges y Girondo), y la última poeta viva de la generación del 27, hasta los pasadizos interiores utilizados por Murakami y Cortázar en sus novelas y cuentos, pasando por el significado de la juventud de la que escribió Gil de Biedma, pues había que llevarse la vida por delante".
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Hasta aquí lo que puede leerse en esta página alemana. Esta novela transcurre en Madrid, casi dentro de las paredes de una librería, aunque los personajes se mueven también, en algún momento, por Samarcanda, Lisboa y La Habana. Un capítulo sucedía en Berlín y otro en Atenas, pero terminé quitándolos. Como siempre, escribo mis novelas a lo largo de mi vida, se mezclan unas con otras y con mi propia vida. En cierto momento decidí que todas esas páginas sobraban, junto a ciento y pico más, y las eliminé de la versión final. Como es lógico yo soy mi principal crítico y tan solo publico lo que realmente me apetece.
Y ahora, mientras amanece, me apetece escuchar uno de los dúos más hermosos de la historia de la música, de la ópera romántica por excelencia de Wagner:
Y ya puestos todo el mundo debería casarse al menos una vez en la vida para que le toquen la marcha nupcial del Tercer Acto de esta ópera:
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