jueves, 22 de octubre de 2015

El otro día me senté a leer debajo de una palmera.

Al cabo de un par de horas me cayó encima un dátil. Recordé que su masa era la relación entre su fuerza y su aceleración, pero entonces se me acercó un tipo en bañador que se parecia a Einstein. Cogió el datil del suelo, lo miró, sonrió y me dijo que mirara para arriba.

No le hice caso y continué leyendo.

(Es una sencilla reflexión que me hice mientras leía una tesis doctoral que se defiende en los próximos dias y donde estoy en el tribunal. La tesis pretende unir todas las ciencias a partir de la Biologia, que es la que considera esencial, una especie de Teoría del todo, como diría el gran Hawkins).