viernes, 29 de abril de 2016

El Universo

Como es viernes, uno de los "Cuentos de los otros".

(Un microrrelato borgiano. Y es que Borges es inabarcable).

http://revistatarantula.com/el-universo/


jueves, 28 de abril de 2016

Tomando el sol el otro día con Javier Gil Carmona, el editor de Izana.

En Rosales, una de las calles que más me gusta de Madrid.

Sabido es que tomar el sol mejora el aspecto de la piel, equilibra el colesterol, disminuye la presión sanguínea (salvo que estés muy enamorado, claro), espanta la depresión y favorece la vida sexual (estés enamorado o no).

Aparte de tomar el sol, Javier me dio ejemplares de tres de los autores de su editorial: Agustín E. Díaz-Pacheco, Antonio Mata Huete e Isabel Medina. Y me pidió, de acuerdo con ellos, que presente en Madrid este mes que viene los libros de Antonio e Isabel. 

En la presentación del libro de Antonio ya estuve hace poco en Toledo. Y qué voy a decir de la joya literaria de este año de Izana, pues que "Olympe de Gouges", de Isabel Medina, es una belleza.

Me voy a tomar el sol.

miércoles, 27 de abril de 2016

En el lago sagrado de Pushkar

En el lago sagrado de Pushkar conocí a una chica argentina que me contó su vida en la India durante los últimos seis meses. También hablamos mucho de Borges y Cortázar.

Con este personaje empieza mi novela, pero convertido en chico argentino que me ofrece mate mientras los santones nos miran desde los ghats haciendo sus rituales.

Una de las cosas más divertidas de ser escritor es efectuar el proceso de metamorfosis o estilización (que diría mi maestro García Berrio aplicado, por ejemplo, a Pedro Salinas y su amor apasionado por su alumna americana). Vas conociendo a personas en todas partes, a algunas las amas, a otras las estimas, a la mayoría las olvidas, pero siempre se quedan en un rincón de tu cerebro y afloran en cualquier momento convertidas en personajes.

Desde ese punto de vista no se me ocurre una aventura más especial que la de ser escritor.

Ser libre...

La vida es aventura, movimiento, amor, pasión, sensualidad, risas, música, literatura, cine... libertad para no depender de nada ni de nadie. Yo no sabría vivir de otra manera.

(La foto está hecha en un lugar mágico de la India, Pushkar, con un lago sagrado donde lloró Brahma y donde comienza la novela que estoy escribiendo lenta y agradablemente).

martes, 26 de abril de 2016

El amor a la literatura no tiene edad.

Cuando un escritor mayor y una escritora niña se besan en la mejilla comienza un cuento. Y entonces comprendo que hay que remontarse a las leyendas y mitos que contaban Hesíodo, el Panchatantra o el Génesis.

(En la foto entrego el diploma a la niña ganadora del concurso de cuentos de su colegio, bajo la mirada de la organizadora de la reunión Carmen Arroba Haro. Carmen me invitó el otro día para hablar a los niños escritores y pintores del valor simbólico del arte, o sea, del alma).

(Hoy tenemos martes de tertulia en Malasaña, a las 18.30, como siempre. Nos visitará la escritora Juana Vázquez Marín, narradora, poeta, ensayista y gran amiga, además de compañera de la Junta Directiva de la Asociación de Escritores de España).

Hay tardes.

Hay tardes que solo necesito un té rojo en la librería que está junto a los cines Golem y contemplar cómo la raya del sol abandona lentamente la acera.

Luego entro en el cine a ver una película francesa o japonesa o danesa, como casi siempre, y mi imaginación se instala en otra dimensión.

Hay noches.

Hay noches en que las almas abandonan los cuerpos dormidos de los enamorados para caminar sobre los tejados de la ciudad.

Regresan al amanecer, y los tejados se quedan llenos de besos.