viernes, 8 de enero de 2016

Hacia dónde va la literatura.

Hacia dónde va la literatura.

Ayer estuve repasando algunas obras musicales de Pierre Boulez, tras su muerte, y terminé preguntándome cosas sobre el arte en general y la literatura en particular, que, por otra parte, llevo preguntándome mucho tiempo (uno de los motivos por los que estudié Teoría de la Literatura).

La literatura actual es básicamente burguesa, decimonónica, capitalista, demasiado preocupada por el Marketing, los premios y el dinero.

Es una de las actividades artísticas que menos ha evolucionado en las últimas décadas, sobre todo si la comparamos con la música, la pintura o la arquitectura. Es como si los escritores tuviéramos excesivo respeto a escribir obras demasiado arriesgadas o literarias o poco comerciales.

Estoy convencido de que si no intentamos dar un paso más en cuestiones como el lenguaje, es posible que la literatura se muera pronto, pero de muerte natural.

Cada vez me interesa más lo que no se dice que lo que se escribe explícitamente en un texto. Si es verdad que vivimos una segunda oralidad gracias a Internet y las redes sociales, tras la muerte natural del paradigma romántico que no ha llegado a dos siglos, es esencial recuperar el mito, los símbolos, las imágenes, las metáforas, lo implícito, pero desde la actualidad.

(Esta foto me hace gracia. Fue en la presentación de mis cuentos en Madrid, y en ella parece que estoy en duelo dialéctico con Tomás Albaladejo, catedrático de literatura de la Autónoma de Madrid, mientras el poeta Javier Lostalé y el filósofo Román Reyes se encuentran a la expectativa de lo que pudiera pasar).