Me gusta sentarme en la terracita del Círculo de Bellas Artes, como ayer por la mañana cuando me saqué esta fotografía, y escribir o reescribir mientras observo a la gente paseando, escucho el ruido de los coches, contemplo el azul del cielo de Madrid, que es como el mar.
"Soy la chica que apenas pisaba la calle y nunca pudo tomar café. Pero conoció a Justo Sotelo y el mar", me dice Eu Bandera.
"Eres un hombre fuera de lo común, un hombre del Renacimiento del siglo XXI. Y la prueba es esa actitud tuya tan humanista, filosófica, científica y artística con la vida y tus amigos y conocidos. Pero lo mejor de todo es que eres un disidente y rompedor de la vulgaridad y el mal gusto", añade Marga Escudero.
"Se te ama precisamente porque das a manos llenas lo que tienes, que es tanto y tanto, y lo das como si nada, y esa generosidad y ese calor que le pones vuelve con verdad que es algo que completa al amor", dice Isabel Sifre.
Leo, escucho, pienso, escribo y reescribo, esto es lo que más hago. Visito pocos lugares cuando viajo. Prefiero sentarme en las terrazas y los cafés, incluso en las cafeterías de los museos, y observar los rostros y el comportamiento de la gente. Mis novelas y cuentos son de personajes y sobre todo de lenguaje, y no tanto de sitios, paisajes y adjetivos. Necesito sumergirme en el interior de las personas. Por ese motivo me gusta Henry James, que escribe unas novelas donde parece que esté escrutando en los rostros de la gente para conocer su interior. Y está la música. Paqui Arias me da los buenos días con una fotografía de los acantilados de Moher, que están en el oeste de Irlanda y he caminado tantas veces.
Me gusta meterme en las tabernas irlandesas y escuchar música y mirar a la gente, como en Galway, donde nació la mujer de Joyce y usé en parte para perfilar los rasgos de Nora Barrios, la protagonista de mi novela "Las mentiras inexactas", junto a dos Noras más, el gran amor imposible de Borges, Norah Lange, y la protagonista de "Casa de muñecas", la obra de Ibsen que veré este domingo en el teatro, una de las primeras obras verdaderamente feministas de la literatura:
Y ahora me voy de paseo por esos mundos de Dios, porque todo es literatura y me gusta la gente.
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