sábado, 2 de junio de 2012

Economía y Literatura (IX)

Dinero, dinero, dinero, dinero, dinero, dinero… La mecánica clásica de la física logra su verdadero sentido en su aplicación a los aspectos económicos. La acción de Lo prohibido se inicia cuando su protagonista termina de describir su fortuna, porque todos los personajes giran alrededor de él, y de su dinero.

 José María había hecho otras ventas con anterioridad, y en Londres disponía de diecisiete mil libras, “parte situadas en casa de Mildred Goyeneche, parte empleadas en renta inglesa del 3 por ciento. Estos setenta y cinco mil duros, unidos a lo anterior, hacen ya doscientos cincuenta y cinco mil. Debo añadir un pico que tenía en París en poder de Mitjans, y que le ordené empleara en renta francesa de 4,5 por ciento, con el cual pico mi cuenta anda muy cerca ya de los seis millones de reales” (página 69). Todo ese dinero le abre cualquier tipo de puerta, como afirmará en seguida, y le permitirá tener las mejores relaciones del momento en Madrid, entre otras cosas, porque la relación de su fortuna aún no había terminado. Poseía obligaciones de Banco y Tesoro a un interés del 3 por ciento consolidado, “Ferros”, obligaciones sobre Aduanas, resguardos al portador de la Caja de Depósitos. Todo ellos sumaba ochenta mil duros efectivos, y lo había adquirido su padre, junto a acciones del Banco de España.

José María también disponía de varios créditos pequeños de cobro seguro y existencias en metálico, que redondeaban su fortuna en los nueve millones de reales. Lo curioso es que su prima Eloísa (que, aunque estaba casada, se convertirá en su gran amor, y una de las causas de la pérdida de su fortuna) dirá en seguida que los bienes de la tierra estaban mal repartidos. José María le empezará a hacer regalos, a medida que su amor y pasión sexual por ella vayan creciendo, y ello los utilizará para hacer suyo esos bienes “materiales”, aunque sigan mal repartidos.

Los ejemplos sobre el desarrollo económico de España, tras la Restauración, también son abundantes durante la novela. Así en la página 85, se habla de cómo el protagonista viajó a Alemania en compañía del marqués de Fúcar, que iba a hacer contratas de tabacos, y después en Londres junto a Villalonga, a quien el ministro de Fomento había encargado la compra de maquinaria agraria, así como caballos para mejorar la casta de la Península. En la página 100 se habla del proceso económico de conversión de la Deuda de 1882, realizada por Juan Francisco Camacho (1817-1896), gran hacendista y ministro de Hacienda. “La turbamulta de papeles diversos llamados Obligaciones del Banco y Tesoro, de Aduanas, Bonos, Resguardos al portador de la Caja de Depósitos, Acciones de carreteras, Deuda del personal, se estaban convirtiendo en un 4 por ciento amortizable en cuarenta años por sorteos trimestrales, y emitido al tipo de 85”.

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