sábado, 26 de marzo de 2016

La luna de África posee resonancias míticas.

Al verla sentí que en ella se miraban mis antepasados. Durante unos minutos me golpeó en el alma toda la historia de la humanidad. Nuestra grandeza, nuestra pequeñez, nuestro futuro. Esa luna pretendía decirme algo, resumir tal vez en su contorno la novela que estoy escribiendo.

Es una luna fundacional.