domingo, 27 de marzo de 2016

Mi viaje a África

Apenas he tenido tiempo para acariciar algunas portadas de libros y escuchar unas cuantas leyendas y canciones.

Hace unos años una amiga que estudiaba conmigo Literatura Comparada me hablaba de sus sueños por hacer el doctorado en Harvard con una tesis sobre literatura africana. A veces nos tomábamos un café en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y me contaba esos sueños. Años después me la encontré en la calle y me dijo que los había cumplido.

La literatura africana también tiene mucho de sueños. Coetzee, Soyinka, Mahfuz, Achebe, Sembéne, Bâ... Se escapó el sol, salió la luna y comenzaron a escucharse por la calle los lamentos de los solitarios y los poetas. Los "espirituales negros" lo envolvían todo y a mí me apetecía susurrar al oído lentas canciones de amor.

La luna en África es la que alumbró a esa primera mujer de la que venimos todos. No he estado muchas veces en África, apenas en tres o cuatro ocasiones, pero siempre que me voy de aquí me parece volver desde el útero materno.