lunes, 28 de marzo de 2016

Y Audrey Hepburn habitó entre nosotros.

Y se metió en el cuerpo de la actriz María Rodríguez Velasco y escribió una declaración de amor al teatro, ya que ayer fue su día.

(Yo solo puedo añadir que, aunque soy narrador, si tuviera que quedarme con una manitestación artística como espectador o lector sería con el teatro).

"Te Quiero"

Ésta sí es una declaración de amor. No va mucho conmigo hacer este tipo de exhibiciones en público, pero he pensado que, de vez en cuando, no hace demasiado daño.

Te quiero, sí, te quiero; porque no me preguntaste quién era, porque no te importó de dónde venía, ni qué sabía acerca de ti. Entonces, yo te pedí cobijo y tú me lo diste, a pesar de mi miedo, de mis dragones y cavernas, de las cicatrices que yo me empeñé en ocultar.

Te quiero, te quiero... porque crezco contigo, porque el torbellino que se desata en mí cuando estoy a tu lado me hace sentir viva, tangible, al mismo tiempo, que etérea e inmortal.

Mis ojos han llorado contigo, mis manos abrazan y acarician, mi boca escupe y canta, mi piel se estremece, mi risa baila y serpentea, mi mente cabalga y descubre otros territorios... y yo ya no soy la misma desde que me lancé al vacío, de tu mano, pero libre.

Tus retos no son pruebas, sino aventuras repletas de frustraciones y caídas, que me hacen darme cuenta de cuánto me queda por aprender, de cuán satisfactorio puede ser el esfuerzo y el superarme a mí misma.

Tú, que nunca te burlaste de ese empeño mío en sentir, en desmenuzar palabras, en utilizar el cuerpo para expresar. Tú, a quien no tuve que explicar que, a veces, necesitaba ser otras personas, sin disfraces, ni histrionismos.

¿Cómo no me iba a enamorar de ti? Eres el antes, el ahora y el mañana. Eres todas las voces, los murmullos y silencios del mundo. Nadie te inventó porque tú siempre estuviste ahí. Nosotros sólo pusimos el escenario, el telón, el maquillaje, el primero, el segundo y el tercer acto.
Hoy es tu día, dicen. Para mí eres todos los días.

Te quiero, Teatro.