jueves, 29 de abril de 2021

"Del primer hombre, la desobediencia".

Es una frase de Milton y la hice mía desde que tengo uso de razón. Otras dos palabras que me gustan son libertad e individualismo, es decir, tres de los fundamentos del Romanticismo. También es cierto que siempre me he dedicado a intentar comprender el mundo tanto desde la ciencia, estudiando matemáticas, economía o física, como desde la literatura, el arte y la música.
 
Este cuadro es "El primer beso", de Salvador Viniegra (Cádiz, 1862-Madrid, 1915). "El paraíso perdido", de John Milton es una creación esencial de la literatura universal, un poema narrativo con más de 10.000 versos. Ayer me preguntó mi hijo sobre el libro, y la idea de si Adán y Eva tenían ombligo, algo que había salido a colación en su clase de dibujo y por lo que había preguntado una chica. Le dije que el ombligo es la huella del nacimiento, y si no lo tenían era debido a su origen divino. Fueron hijos de un parto que no experimentaron, y aunque eran humanos no tenían huella del pecado original. Desde entonces el pecado original es parte de la naturaleza humana. En el instante en que Adán transgredió la ley, condenó a la humanidad al estado de mortales por su insolencia. ¿Quién encarna al mal? Eva ofrece el fruto prohibido a Adán, los pecados del mundo, una forma de sucumbir al gozoso pecado. 
 
Y he comentado que no podría vivir sin música, por ejemplo esta:
 

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