miércoles, 18 de junio de 2025

"Y luego me quejo de que engordo, jeje".


 
Porque de vez en cuando desayuno un chocolate con churros en la cafetería Valor de Callao, en el centro de Madrid. Y me acuerdo de la playa de nudistas de L'Esparrelló, en Villajoyosa, en Alicante, donde he tomado el fresco alguna vez. Villajoyosa y el chocolate se unieron ya desde el siglo XVII. La tradición marinera que tiene esta localidad alicantina con la rutas y travesías pesqueras con América facilitaron la llegada de cacao, salazones, almendras y más productos exóticos. No es extraño que el primer chocolatero de Villajoyosa se registrara en 1810 con la creación de una fábrica de chocolate que se llamó "La Perfección". Por otro lado, no sé si Pacino tendrá unas piernas como las mías, pero esta mañana de verano, aun en primavera, me apetece bailar un tango, pero con la voz de Leonard Cohen. Estoy de acuerdo con él en que hay que bailar hasta el final del amor, aunque siempre he creído en el primer principio de la termodinámica. 
 
El segundo es otra cosa:
 
En el video corren los caballos por la playa, en libertad. Así he visto siempre la vida, desde la libertad. Toda mi vida me he metido en multitud de historias, profesionales, académicas, culturales, políticas, y siempre me he acabado marchando, eso sí, con una sonrisa en los labios.
 
Al final, te quedas desnudo, en una playa, viendo amanecer.

"Es muy fácil hacerme feliz o lo eterno femenino".


 
La Orquesta Nacional de España despidió este domingo el curso con "Las escenas del Fausto de Goethe", de Schumann, una adaptación musical de escenas seleccionadas del poema dramático de Goethe que combina elementos de oratorio, ópera y lieder. Y fui feliz durante dos horas y media ya que mientras escuchaba la obra recordé varias de las lecturas más bellas de mi vida junto a ciertos acontecimientos vividos. Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) fue un escritor y científico alemán, una de las figuras más importantes de la literatura occidental y padre del romanticismo alemán. Su obra abarca desde la poesía y la novela, al teatro y el ensayo, y su influencia se extiende a numerosos campos del conocimiento. Su "Fausto" es un poema dramático en dos partes publicadas en 1808 y 1832 respectivamente (Goethe lo terminó con 82 años, nada menos) que explora los temas del esfuerzo humano, el conocimiento, la insatisfacción, la redención y la naturaleza del bien y el mal. Fausto es un erudito que hace un pacto con el diablo, Mefistófeles, con el fin de adquirir conocimiento y experiencia que trasciendan los límites del entendimiento humano. La obra analiza la condición humana, con la tensión entre los deseos terrenales y las aspiraciones espirituales, y finalmente sugiere que la salvación se encuentra en el esfuerzo y en la conexión con el mundo, incluso ante el fracaso. El "Ewige Weibliche" o "Eterno Femenino" es un concepto central en la obra, y se refiere a la fuerza redentora y salvadora asociada con lo femenino. No es un personaje específico, sino una idea manifiesta a través de varios personajes femeninos, en concreto Margarita y la Helena clásica. Este eterno femenino es la capacidad de trascender la imperfección humana y de alcanzar la salvación, puesto que la redención puede venir a través del amor y la gracia, no solo a través del conocimiento o el poder. Margarita, en su pureza y en su sufrimiento, encarna la capacidad de sacrificio y amor incondicional, lo que lleva a la redención de Fausto. En la segunda parte, Helena representa la belleza y la cultura, y juega un papel en la transformación de Fausto. 
 
La obra de Schumann termina con el Coro místico, que tiene esta letra: "Todo lo transitorio es solo un símbolo; / Lo inadecuado, aquí se hace acontecimiento; / Lo indescriptible, aquí se ha consumado; / El eterno femenino nos impulsa hacia lo alto":
 
 

"Junto al poeta Veyrat para terminar la Feria del Libro del Retiro".


 
El otro día Almudena Mestre me envió un video de diez segundos con Pepo Paz, editor de Bartleby, del que he obtenido esta fotografía. Pepo tiene en la mano el libro de poemas "Vértigo" (2024) del poeta valenciano Miguel Veyrat, aunque llamarlo solo poeta sea quedarme corto, y la novela "Entrevías mon amour" (2009), del novelista madrileño Justo Sotelo, un tipo que me suena de algo, ambos publicados por él. Siempre digo que la vida es pura literatura, por eso se escucha a Almudena, un poquito a Pepo e igualmente el murmullo del Paseo de Coches del parque con toda la gente paseando, comprando libros, haciéndose fotografías, remando en las barcas del estanque, bebiendo horchata, tumbándose en la hierba, mientras se besan las parejas. 
 
Va por todos los escritores que han estado en el Retiro, y por los que no lo han hecho.
 
Me tomo un café mientras despierto poco a poco y escribo. Dentro de un rato presidiré un tribunal de Trabajos Fin de Grado (TFG) en la Universidad. Me iré caminando lentamente, oliendo y saboreando la luz de la mañana y escuchando el andante del Segundo concierto para piano de Shostakóvich (1957) dedicado a su hijo Maxim por su 19 cumpleaños en este año en el que se celebran los 50 años desde la muerte del compositor:
 

domingo, 15 de junio de 2025

"Cuando un madrileño va al cine".


 
Entonces puedo viajar a Marruecos (en realidad a Teruel, pero eso no importa) y a la región de Jura, al este de Francia, sin moverme de los cines Golem, es decir, de la calle Martín de los Heros, al lado de la Plaza de España, como se ve en esta fotografía de ayer por la tarde, gracias a las dos últimas películas que he visto en el cine, "Sirat" de Oliver Laxe (París, 1982) y "La receta perfecta" de Louise Courvoisier (Ginebra, 1994). Y de paso puedo darme una vuelta por Cannes, ya que a las dos las han premiado en el festival de cine más prestigioso del mundo. Laxe se llevó el Premio del Jurado con su cuarta película y Courvoisier el Premio de la Juventud con su debut en el cine. Me gustó mucho "Lo que arde" (2019), que vi también en los Golem, la anterior película de Laxe, dura y reivindicativa, la historia de Amador cuando sale de la cárcel tras cumplir condena por haber provocado un incendio. Regresa a su casa, una aldea perdida de las montañas de Lugo (Laxe es gallego, aunque naciera en París), donde volverá a convivir, al ritmo sosegado de la naturaleza, con su madre Benedicta, su perra Luna y sus tres vacas. Recuerdo que era una historia que abrazaba la sensibilidad poética, que me llevó a pensar en el cine de Erice, que para mí son palabras mayores. En cambio, aunque "Sirat" es una buena película, técnicamente hablando, se le ha olvidado esa sensibilidad y se nota que Laxe está peleado con el mundo (sobre todo el occidental) y no quiere a sus personajes. A la joven directora le ocurre lo contrario. Su película tiene un tono naturalista muy a lo Zola y, aunque la historia empieza tan dura como la otra película, se desarrolla entre el amor y la amistad. Y sales del cine con ganas de tomarte un trozo de queso Comté (la película nos cuenta cómo se fabrica) y una copa de vino.
 
Este es el tráiler de "Sirat":
 
Y este el de "La receta perfecta":
 
Por cierto, viéndome en la fotografía con detalle, me parece que voy a tener que comer menos queso y beber menos vino, jeje.

sábado, 14 de junio de 2025

"Ser humanista y progresista".


 

En nuestra última tertulia presencial en el centro de Madrid, la poeta Soledad Velázquez Moreno, que está en la fotografía con Almudena Mestre y donde también se ve al fondo a Javier del Prado, me pidió que le firmara dos de mis novelas, "La paz de febrero" (2006) y "Las mentiras inexactas" (2012), que acababa de adquirir y pensaba leer este verano. Le di las gracias y le dije que esperaba que le gustaran. Desconozco si las habrá empezado a leer, pero mientras me tomo el primer café de esta mañana le diría que la primera la escribí como respuesta a la invasión de Irak que el gobierno español apoyó junto al norteamericano y el inglés en 2003. Y construí una historia de amor y desamor alrededor de aquel hecho. Ser humanista y progresista es defender los derechos humanos, estar en contra de las guerras y no caer en la corrupción económica y política. Como he escrito en más de una ocasión, el siglo XVIII buscó la justicia equitativa y la libertad de expresión, religiosa y de pensamiento. La idea de ciudadanía civil se plasmó en los Derechos del Hombre y de la Mujer. El XIX sería el siglo del derecho de los ciudadanos a formar parte en el ejercicio del poder político. La ciudadanía política se refiere a los derechos que permiten la participación en ese poder, con la libertad de prensa, de reunión, de elegir y ser elegido, de constitución de partidos políticos y de sindicatos.. El siglo XX fue testigo de la forma en que el derecho de los ciudadanos se concretó en los campos social y económico, con la cobertura de unas condiciones mínimas de educación, salud, seguridad y nivel de vida.

El siglo XXI nos corresponde a nosotros. Yo poco puedo aportar por mí mismo, salvo ser profesor y escritor, contar esto a mis alumnos, escribir historias que defiendan los derechos humanos y organizar tertulias literarias como la de la fotografía donde nos reunimos unos cuantos hombres y mujeres para mirarnos a los ojos y para hablar de literatura y arte, de cine y música. Es lo que busqué escribiendo "Las mentiras inexactas" y "La paz de febrero", al igual que con mis otros libros. La banda sonora de "La paz de febrero" la forman la ópera "Dido y Eneas" de Purcell y el disco "Lágrimas negras" de Bebo y El Cigala:

https://www.youtube.com/watch?v=UT-JoJO1GEk&list=PL2DD633BA0AE8142E

viernes, 13 de junio de 2025

"Si no te conociera, pensaría que eres como el tío Oswald, de Roald Dahl".


 
Del gobierno no voy a hablar puesto que son cosas que me parecen demasiado cutres y poco literarias e intelectuales, así que, mientras me tomo el primer café de esta bella mañana, me apetece quedarme en la frase que me dijo el otro día el escritor Fausto Guerra en alusión al post que escribí sobre el "escritor coqueto". Conocí a Fausto hace unos años cuando presenté uno de sus libros en el Casino de Madrid al lado de Sol (en la copa posterior que nos sirvieron en la terraza de un hotel de la Gran Vía conocí a la escritora asturiana Patricia José Álvarez y nos hicimos buenos amigos, hasta el punto de incluirla en "Un hombre que se parecía a Al Pacino"). A Dahl lo conocía por sus libros infantiles llevados al cine, "Charlie y la fábrica de chocolate" y "Matilda", pero no había leído esta novela. Oswald es un millonario esteta, bon vivant y donjuán cuya vida amorosa deja en pañales a la de Casanova. Su sobrino y transcriptor de sus diarios dice de él ya desde la primera página que es "el mayor fornicador de todos los tiempos". Muy joven empieza a amasar su fabulosa fortuna con el polvo de escarabajo sudanés que le sirve para inventar unas píldoras de extraordinarias virtudes afrodisíacas. Con ello funda un "banco de esperma" y, en compañía de la excitante Yasmin, parte en busca de celebridades, cuyo semen congelado será adquirido a precio de oro por acaudaladas clientas, ansiosas de tener retoños con pedigrí. En este peculiar safari, las aventuras picarescas, a veces escabrosas, otras delirantes, se suceden a un ritmo trepidante. Yasmin seducirá a Stravinsky, Renoir, Proust, Picasso, Nijinski, Joyce, Freud, Einstein, etc.
 
Evidentemente, Fausto me conoce bien.
 
Lo curioso es que se llama como el mítico personaje de Goethe que vendió su alma al diablo para enamorar a Margarita y ser inmortal. Me quedé anonadado cuando leí con veinte años (me lo puse como obligación) la segunda parte del "Fausto". Algo parecido tuvo que ocurrirle a Mahler, puesto que incluyó el final en su Octava sinfonía. Casualmente, el domingo voy a escuchar el "Fausto" de Schumann en el Auditorio Nacional para acabar la temporada. Es la apoteosis del Romanticismo:
 

jueves, 12 de junio de 2025

"Lo que dice la IA de mí".


 
Ayer por la mañana estaba vigilando un examen con otro profesor y nos pusimos a bromear sobre el papel que está adquiriendo la IA en nuestras vidas. Mi compañero entró en Google, escribió mi nombre junto al de Murakami y salió esto:
 
"Justo Sotelo Navalpotro es escritor, profesor y economista español reconocido por sus análisis de la obra de Haruki Murakami. Su libro "Los mundos de Haruki Murakami" es el primer ensayo en español que analiza el corpus narrativo del autor japonés de manera extensa, rigurosa y accesible. Y explora los temas centrales de su escritura, como la soledad, la búsqueda del amor y la intersección entre la realidad y el mundo onírico. Este ensayo ha sido reconocido como una contribución significativa al estudio de la literatura japonesa contemporánea. Sotelo, además de su trabajo en literatura, también es profesor de Política Económica en la Universidad Pontificia de Comillas y la Universidad Complutense de Madrid. Nació en Madrid el 29 de febrero, y es conocido por su capacidad de combinar su formación en economía y en literatura. 
 
En resumen, Justo Sotelo Navalpotro es un intelectual español que ha dedicado su carrera a la enseñanza, la literatura, la investigación y la crítica literaria".
 
..........................
 
Por la tarde caminaba por la calle con una horchata en la mano y me encontré (antes de que empezara a granizar), casualmente, con uno de los catedráticos que más sabe de teoría de la novela en este país, Antonio Garrido, que me codirigió la tesis sobre Murakami. Después de hablar un rato de la vida, el mundillo literario en estos tiempos de IA y la Feria del Libro del Retiro me dijo que siempre que escuchaba el nombre de Murakami se acordaba de mí. No le extrañaría, añadió, que yo pasara a la pequeña historia de la literatura por estas cosas.
 
En fin, lo que no dice la IA es que no puedo vivir sin música y desde luego sin bailar: 
 

miércoles, 11 de junio de 2025

"Una tertulia deliciosa para terminar la temporada".


 
Mientras me tomo el primer café de esta bella mañana de primavera, voy a escribir un cuento. Ya decía mi madre que siempre he tenido mucho cuento. Ayer me fui a pasear por la Sierra de Gredos y comí en Piedralaves, un pueblo muy bonito en el Valle del Tiétar, al pie de la sierra. Era martes y me había citado con mis amigos tertulianos a las 18.30. Esta tertulia ha cambiado de día y de hora varias veces y al final se ha quedado así porque un año no pude cambiar mi horario de clases en la Universidad. Sobre las 18.25 me conecté a Zoom y en la pantalla me encontré a algunos amigos; en seguida se incorporaron otros cuantos. Empezamos a hablar de ese "vacío existencial" que te queda después de terminar un libro y publicarlo, quizá comparable, "mutatis mutandi", al parto de una mujer. Se suscitó un debate sobre este asunto entre Javier y Mariwán que se extendió con Victoria a la edad en que un niño debe empezar o no a leer, y que hora y media después completó Mariola, que trabaja en la biblioteca de un colegio mexicano. Mientras un niño quiera que sus padres y sus maestros le cuenten un cuento, existirá la literatura, algo que tiene que ver con lo que Chema nos contó desde Tenerife tocando la guitarra: https://www.youtube.com/watch?v=jF7GkSYkkVM. Fuimos saltando de un tema a otro siempre con la literatura como centro del debate. Mirta nos leyó desde Italia poemas que ha traducido de Alfonso Brezmes. Emma y yo hablamos de "Sirat", la última y curiosa película de Oliver Laxe. Antonio se refirió a los edificios que ha entregado a lo largo de su vida, Paqui a una de las grandes novelas del XX, "The Manhattan Transfer", de Dos Passos, Presina, Almudena e Isabel dejaron sus opiniones sobre el hecho creativo. Peter aludió a Vargas Llosa y su tesis sobre García Márquez, y en cierto momento Victoria se puso a analizar mi novela "Poeta en Madrid", pero le dije que lo dejara para otro día.
 
La vida es algo así como una película de Woody Allen en Manhattan o cualquier ciudad del mundo donde eres feliz:
 

martes, 10 de junio de 2025

"En la mente del poeta".


En esta foto tengo a un poeta detrás de mí que parece producto de mi imaginación o que quizá sale de mi cabeza. Supongo que todos nos hemos preguntado alguna vez si nos hubiera gustado ser otro o nacer en una época diferente. Hace unos días estuve paseando por un lugar que parecía estar suspendido en el tiempo y en el espacio. Como le sucede al protagonista de la obra maestra de Murakami, "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", atravesé la pared y al otro lado me pareció escuchar una voz.
 
-¡Es ella, es ella, que lleva alas en los pies y huye como una sombra! -dijo esa voz, y se precipitó en su busca, separando con las manos las redes de hiedra que se extendían como un tapiz en los álamos. Llegó rompiendo por entre la maleza y las plantas parásitas hasta una especie de rellano que iluminaba la claridad del cielo... ¡Nadie! -¡Ah!, por aquí, por aquí va -exclamó entonces.- Oigo sus pisadas sobre las hojas secas, y el crujido de su traje que arrastra por el suelo y roza en los arbustos; -y corría y corría como un loco de aquí para allá, y no la veía. -Pero siguen sonando sus pisadas -murmuró otra vez;- creo que ha hablado; no hay duda, ha hablado... El viento que suspira entre las ramas; las hojas, que parece que rezan en voz baja, me han impedido oír lo que ha dicho; pero no hay duda, va por ahí, ha hablado... ha hablado... ¿En qué idioma? No sé, pero es una lengua extranjera (...)"
 
Al salir del pasadizo interior la voz se transformó en una canción:
 
"Quedo implorando mis canciones
A ti a través de la noche;
Abajo, en la tranquila arboleda,
¡Amada, ven a mi lado!
Murmurantes, esbeltas copas susurran
A la luz de la luna,
El acecho hostil del traidor
No temas, tú, amada.
¿Oyes gorjear a los ruiseñores?
¡Ay! Ellos te imploran,
Con el sonido de dulces quejas
Imploran por mí.
Comprenden el anhelo del pecho,
Conocen el dolor del amor,
Conmueven con los argentinos sonidos
A todo tierno corazón.
Deja también conmoverse tu pecho,
Amada, escúchame;
¡Trémulo aguardo el encuentro!
¡Ven, hazme feliz!"
 
Esta tarde despediremos por este curso, a las 18.30, como siempre, la tertulia virtual que hacemos cada tres martes. La voz de esta historia era la de Manrique, el protagonista de "El rayo de luna" de Bécquer. El poema es del escritor alemán Ludwig Rellstab. Forma parte de una de las últimas obras de Franz Schubert, "El canto del cisne", 1828.

lunes, 9 de junio de 2025

"Abrazando la literatura un domingo por la mañana en el Retiro".


 
Una cosa bonita de ser escritor es que puedes hacerte amigo de tus editores, incluso íntimo. Siempre he sabido que la amistad está por encima del dinero, de los premios y la fama. Este año he pensado no acercarme al Retiro a firmar libros, pero sí lo he hecho para ver a mis amigos, como ayer, cuando Paqui, Justo Jr. y yo nos pasamos por la caseta de José Manuel Suárez, donde charlamos un rato con Javier del Prado, que hizo lo mismo. Antes me había metido, para hacer el tonto, en la caseta de Bartleby, con Pepo Paz, mientras Paqui se reía y me dejaba por imposible como siempre. Con Bartleby he publicado "Entrevías mon amour" (2009), "Cuentos de los viernes" (2015) y "Cuentos de los otros" (2017). Esta editorial publicó el año 2023 el ensayo sobre mis novelas del profesor camerunés Patrick Toumba Haman titulado "Del amor líquido en las novelas de Justo Sotelo". Mi hijo se llevó un libro de la editorial sobre Claudio Rodríguez. Como estudiante de Filología ha llegado el momento de que conozca a uno de los grandes poetas españoles del siglo XX:
 
"Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.
 
Y esto es un don. ¿Quién hace menos creados
cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda
los contiene en su amor? ¡Si ya nos llega
y es pronto aún, ya llega a la redonda
a la manera de los vuelos tuyos
y se cierne, y se aleja y, aún remota,
nada hay tan claro como sus impulsos!
 
Oh, claridad sedienta de una forma,
de una materia para deslumbrarla
quemándose a sí misma al cumplir su obra.
Como yo, como todo lo que espera.
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?
 
Y, sin embargo -esto es un don-, mi boca
espera, y mi alma espera, y tú me esperas,
ebria persecución, claridad sola
mortal como el abrazo de las hoces,
pero abrazo hasta el fin que nunca afloja".
 
("Don de la ebriedad", Claudio Rodríguez, 1953).
 
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Como dice Bob Dylan, Pepo, aquí tienes mi abrazo, que extiendo a todos mis amigos:
 

domingo, 8 de junio de 2025

"En el huerto de Calisto y Melibea".


 
 
Me gusta interpretar los personajes literarios de los sitios a los que voy, por ejemplo el de Calisto. Estamos en la Salamanca de 1499, y me acabo de hacer una fotografía en la puerta del huerto de los dos amantes en 2025. Soy un joven noble que se enamora perdidamente de Melibea, una muchacha de buena familia; pero nuestro amor es imposible. Para ver si lo consigo, contrato los servicios de Celestina, que lo que quiere es dinero y poder y que se servirá de mis criados, Sempronio y Pármeno, para lograr sus propósitos. Melibea y yo nos vemos en secreto, y nuestro amor se desarrolla con diálogos llenos de deseo y pasión, pero también de traición e infidelidad. La historia termina de manera trágica, con mi muerte y el suicidio de Melibea, incapaz de vivir sin mí.
 
Siempre he pensado que es preferible vivir un amor apasionado, a pesar de que acabe mal, que no vivir ninguno, mientras suena esta música:
 

sábado, 7 de junio de 2025

"Decíamos ayer".


 
Siempre vuelvo a los lugares donde he sido feliz, como le ocurrió a Fray Luis de León (1527-1591) con sus clases en la Universidad de Salamanca, tras su paso por la cárcel. Tres años después se subió a su cátedra o púlpito, donde ayer me hice la fotografía. Unamuno usó la misma expresión, "Dicebamus hesterna die", al volver a Salamanca después de su destierro (su clase se encuentra al lado de la de Fray Luis). Sus odas son preciosas, y la primera posee un sentido especial para mí. Vivo rodeado de gente, y a veces necesito escaparme "lejos del mundanal ruido", como escribió Thomas Hardy y antes Fray Luis. Es la búsqueda de la soledad y el retiro con la renuncia de los valores mundanos. El motivo no es nuevo, y en su tratamiento confluyen dos tópicos arraigados en la tradición literaria, el "beatus ille" de Horacio, autor de una oda que exalta la Edad de Oro y el refugio en el campo para huir de las intrigas y ambiciones mundanas; y el "comtemptu mundi", menosprecio del mundo, de gran difusión en la Edad Media. Yo no llego a tanto, pero me gusta recordar estas cosas de vez en cuando:
 
"¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;
 
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!
 
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
 
¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
 
¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
 
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.
 
Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.
 
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
 
Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
 
Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
 
Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.
 
El aire del huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.
 
Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.
 
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
 
A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.
 
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
 
A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado".
 
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La ODA III está dedicada a Francisco de Salinas y a la música. Los últimos Cuartetos de Beethoven le habrían gustado a Fray Luis tanto como a mí, si los hubiera podido conocer. 
 
Sé que soy un privilegiado al poder escuchar esta música:
 

viernes, 6 de junio de 2025

"¿La sociedad está dejando de maternar y paternar?"


 
- ¿Tú crees que va a venir?, dijo Miriam.
 
- Ya verás que sí, Justo es así, le respondió su hermana Silvia.
 
 Ayer por la tarde me fui directamente desde la Universidad hasta la librería Antonio Machado del Círculo de Bellas Artes para asistir a la presentación del libro colectivo "Maternar", con 15 escritoras entre las que se encuentra Míriam López, hermana de mi querida amiga Silvia López (en la primera foto estoy con las dos). Son historias que van desde el reto de criar a un niño hasta el coraje de reconstruirse tras el maltrato, pasando por el exilio, el nacimiento de un niño con necesidades especiales, la maternidad en solitario y nuevas formas de maternar en tierras desconocidas y tantas veces hostiles. Creo que este libro (2025, Editorial Popular) es un espejo en el que cada lectora puede encontrarse reflejada. 
 
Aprendí mucho de estas 15 mujeres. Les hice varias preguntas y al final Miriam vino con unas copitas de champán, aunque fuera en vasos de plástico.
 
Ahora me tomo el primer café de esta preciosa mañana de primavera siendo algo más culto y escuchando una bellísima canción de Dvorak "Songs my mother taught". El texto viene a decir que "son canciones que me enseñó mi madre en días que se desvanecieron tiempo atrás. Pocas veces las lágrimas fueron desterradas de sus párpados. Ahora enseño a mis hijos cada compás melodioso. A menudo fluyen las lágrimas. A menudo se desprenden del tesoro de mi memoria":
 

jueves, 5 de junio de 2025

"Como el Cid".


 
El lunes me fui con Javier del Prado a la Feria del Libro del Retiro, ya que los amigos están para acompañarlos, y me metí en la caseta de Huerga y Fierro donde firmaba Javier porque Charo siempre me ha caído muy bien, y empecé publicando con ellos hace muchos años. Y allí conocí en persona a la escritora Adriana Hoyos, que vendrá el próximo curso a nuestra tertulia de Argüelles. Almudena apareció y sacó un montón de fotografías. En una de ellas tengo en la mano mi novela de 2006 "La paz de febrero", que aprecio por varios motivos, Casualmente el lunes se vendió algún ejemplar de ella sin que yo me hubiera pasado por el Retiro para ello. Esto me recuerda, salvando las distancias, lo que le sucedió al héroe castellano por antonomasia en la película de Anthony Mann, supervisada por Menéndez Pidal e interpretada por Charlton Heston, aquel que ganó la batalla después de muerto a lomos de su caballo blanco. Estas cosas me resultan divertidas y reconozco que me lo paso estupendamente caminando entre las casetas del Retiro. Me pasé a saludar a mis otros editores, Pepo Paz, de Bartleby Editores, y Mayda Bustamante, de Huso, pero no los encontré. Sí me encontré por el Paseo de Coches a un amigo periodista de RNE y a varios poetas. El Retiro parecía cualquier calle de Madrid o del mundo, donde me voy encontrando a alumnos y ex alumnos que se acercan a darme un abrazo.
 
Como es obvio, esta bonita mañana de primavera me tomo el primer café escuchando esta música:
 
¿He dicho alguna vez que siempre me quedo con la chica guapa?
 
 
Como decía José Luis Sampedro, después de todo uno escribe para que le quieran.