jueves, 28 de septiembre de 2017

La calle Martín de los Heros es la calle del "cine" de Madrid.

Es un lugar donde en un par de días puedes ver dos interesantes películas rumanas ("Sieranevada" y "Ana, mon amour"), una francesa decepcionante ("El amante doble") y una maravillosa española en catalán ("Verano de 1993"). Entre una y otra siempre un poleo o una manzanilla, que es lo único que bebo.

Por qué me gustará tanto el cine que me recuerda a Kieslowski y Bergman, a Kiarostami y Rohmer, a Godard y Tarkovski, a Kaurismaki y Haneke, a Von Trier y Kar Wai.

La gente lee en silencio las explicaciones de las películas. No se escucha el ruido de las palomitas ni de las latas de Coca Cola al abrirse. Se apagan las luces. No hay anuncios. Un señor mayor entra tarde en la sala. Está desorientado. Me levanto para buscarle su asiento.

Empieza la película y yo me pongo a escribir.

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