miércoles, 24 de septiembre de 2025

"En el jardín de Lope de Vega".


 
Al lado vivieron Cervantes, Góngora y Quevedo, entre otros muchos escritores que fueron apareciendo en mi "jardín" particular desde la niñez. De vez en cuando me voy a leer y a escuchar música a este jardín, como "Cándido o el optimismo" y "Una furtiva lágrima" con la voz de Pavarotti. El libro de Voltaire habla de cultivar "nuestro jardín", una metáfora de la prudencia activa y el trabajo hecho en la realidad, e invita a enfocarse en todo aquello que se puede controlar, con la acción y el esfuerzo personal para mejorar el entorno inmediato y no tanto en el hecho de buscar unas soluciones que sean universales o caer en la desesperación. Estudiando a Lope de Vega en la Facultad de Filosofía y Letras conocí al profesor camerunés Patrick Toumba. A través de él llegué a sus alumnos de la Universidad de Maroua, que leen todos los días estos posts que escribo mientras me tomo un café y que por tanto pasean, de alguna forma, por mi propio jardín a tantos kilómetros de distancia.
 
Y Pavarotti, con su voz angelical:
 

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