viernes, 19 de septiembre de 2025

"Quiero volver a España para que me lean".


 
Dice un joven Cervantes en Argel al terminar la película de Amenábar sobre su cautiverio de cinco años. Y eso es lo que habría que hacer con el autor del Quijote y de las Novelas Ejemplares. Por favor, digo siempre a mis alumnos, leed a Keynes y Woolf, dos de los grandes genios del siglo XX, y a Joyce, Eliot, Borges y Cortázar, y si podéis a Cervantes y Sterne. Amenábar no se atreve a afirmar que Cervantes fuera homosexual, y se limita a hacer una entretenida película de las llamadas de tipo "carcelario", inspirándose en uno de los tres relatos intercalados en la Primera Parte del Quijote, el del capitán cautivo, entre los capítulos 39 y 41. En su momento estudié en la Facultad de Filología de la Complutense hasta cinco asignaturas sobre Cervantes y su obra, y la verdad es que no me molesta que Amenábar no haya hablado de Cervantes, sino del placer de escribir y de leer, del puro placer que origina la literatura, y que haya situado el espejo entre él y el mayor escritor español de la historia (con el permiso de Galdós), ya que lo que a él le gustaría, realmente, es ser un "Cervantes gay", con el apoyo del barbero y el cura, que incluso presta el Lazarillo al joven protagonista de su película, ya que esta es demasiado naif y convencional. Esto es lo que me ha resultado interesante. Me gustan los artistas y creadores que se "lanzan a la piscina" intentando crear algo diferente, aunque Cervantes se dé unos cuantos besos con otro señor, y no repitiendo siempre lo mismo, las mismas historias, los mismos argumentos, mil veces vistos y leídos (aunque cada cual se considere Cervantes, faltaría más) y que me provocan sopor y ganas de salirme del cine o del libro que tenga entre las manos.
 
Amigos, leed a Cervantes, por ejemplo la historia del capitán cautivo:
 
Y puestos a escuchar música, tampoco está mal el ballet sobre Don Quijote que vi una vez en el Centro Pompidou de París, la ciudad más literaria del mundo. Este ballet se basa en las "bodas de Camacho" (Gamache en la obra), que es un episodio narrado en el capítulo XIX de la Segunda Parte, en el que se relata el romance entre el barbero Basilio y la joven Quiteria (Kitri en el ballet):
 

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