El otro día me refería a la evolución artística de la pintora madrileña Johana Roldán.
En la actualidad se encuentra preparando dos exposiciones, trabajando
sin parar con sus cuadros y creando obras tan inspiradas que me quedo
mirándolas con la impresión de que el arte aún puede hacernos mejores
personas, más cerca al menos de esa cosa intangible que llamamos
espiritualidad.
Eso me ocurre, por ejemplo, con dos de los cuadros de su tríptico "Edén".
No sé lo que pensaréis mis amigos, pero, en mi caso, cada vez que me
veo rodeado de arte tengo más ganas de escribir. También suele ocurrirme
cuando leo a Juan de la Cruz o escucho a Bach, por ejemplo, esta
música:
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