miércoles, 28 de junio de 2017

El otro día cene en casa de uno de los catedráticos de literatura más prestigiosos de este país.

Hablamos de muchas cosas durante casi cuatro horas y en cierto momento alguien hizo la pregunta sobre el futuro de la literatura y esa esencia de la que nacen los sueños, como diría Shakespeare.

Mi amigo es un experto en los llamados "mundos posibles. Su enfoque es complementario al que apliqué en mi tesis y posterior ensayo sobre Haruki Murakami, que no es otro que la visión heterocósmica de la literatura. Para eso se necesita, además, una teoría del texto y que se cumplan una serie de condiciones. El mundo existe dentro del texto, adquiere sentido en él. Si lo abandonamos también salimos de ese mundo.

Fui caminando a casa. Hacía calor, aunque corría una ligera brisa. No había coches. Apenas el ruido del camión de la basura y de las mangueras limpiando las calles.

Estuve escribiendo hasta el amanecer. Todo estaba en orden, como mi mente.

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