miércoles, 14 de junio de 2017

"La chica del paciente inglés o cuando se cierra el ciclo de la literatura".

La escritora Marta Muñiz escribió antes de ayer en su muro de Facebook:

"Los "Cuentos de los otros", el último libro de Justo Sotelo, es un conjunto de microrrelatos que abordan tres elementos indispensables e indisolubles en la obra y el pensamiento de este escritor: lo bueno, lo verdadero y lo bello.

Son sutiles y sublimes tanto por lo que nos dicen como por lo que nosotros, los lectores, podemos y debemos interpretar tras su lectura (lo que no dicen).

Hay tres cuestiones (siempre tres, número mágico para el arte) que podríamos considerar la esencia de Justo y que en el fondo es también la esencia de la literatura: el espacio, el tiempo y los otros. Yo diría que este libro, aun conteniendo los tres parámetros, se centra especialmente en el último de ellos.

Son "los otros" todos aquellos que rodeamos a Justo, los auténticos protagonistas del libro. Será por eso por lo que yo, al leerlo, me siento parte de él.

Cada viernes fui siguiendo una a una, con especial dedicación, todas y cada una de sus historias y, mientras lo hacía, me sentía no sólo lectora, sino también personaje, porque todos podríamos ser parte de este viaje iniciático que comienza hablando de amor, continúa profundizando en las relaciones personales y desemboca fusionando ficción con ensayo literario. Y es que Justo es un escritor consciente de la época que le ha tocado vivir.

Lo que siempre me ha encantado de él es que es un autor cercano, un escritor que habla y se acerca a sus lectores a través de las redes sociales. Se comunica diariamente con el mundo en un intercambio tan intelectual como humano, intercambio que debería ser deseable en una sociedad acostumbrada a ver al escritor como un tipo encerrado en un despacho. Justo cambia totalmente esta concepción de autor porque es un pensador feliz que ama la vida y hace del proceso literario una fiesta, como lo es París, como lo es el amor, como lo es "el milagro de estar vivo".

He comenzado a leerlo y la disposición general de todas y cada una de las piezas encaja como un puzle perfecto y sorprendente.

Deseando continuar mi propia ruta.

No suelo hacer públicas las dedicatorias pero esta la voy a mostrar porque dice más de él (de su generosidad), que de mí. Y tampoco suelo subrayar ni hacer anotaciones pero, ya se sabe, siempre hay excepciones. Este libro es un excelente objeto de análisis. Si además le añadimos, en mi caso particular, que aparezco en uno de sus microrrelatos, el asombro y la emoción son completas.

Una obra imprescindible que supone un reflejo fiel del camino que recorrerá la literatura en este inicio del siglo XXI.

Justo, no cambies jamás. Tú sí que estás hecho del material con que se tejen los sueños".

(Conocí a Marta hace poco, en septiembre de 2015, cuando fui a León a presentar mis "Cuentos de los viernes". Ya nos hablábamos a través de esta red social y tras charlar un rato con ella en la librería supe que seríamos buenos amigos. Unos meses después Marta me dedicó un precioso poema sobre la figura de "El paciente inglés", lo que contrasta con el prólogo de mi libro, dedicado al mismo personaje. Además ella aparece en uno de los cuentos de la tercera parte. Y hace unos meses presenté su espléndida novela "Tiempo de cerezas" en la Casa del Libro de Madrid. Está claro que ella ya siempre será para mí la chica del paciente inglés).

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