lunes, 17 de noviembre de 2025

"Aún me sorprendo al descubrir obras de arte".


 
Me siento en el Auditorio Nacional de Música de Príncipe de Vergara para escuchar la obra cumbre de Franz Schmidt (1874-1939), tras escuchar estos días sus cuatro sinfonías y sabiendo que había sido el violencelista en las sinfonías de Mahler que este dirigió en Viena. Y también que ha sido un compositor olvidado por sus veleidades con los nazis. Su oratorio "El libro de los siete sellos", que se basa en la mayor parte del Apocalipsis que nos revela San Juan, se estrenó en 1938 en la misma sala de cuento de hadas de los conciertos de Año Nuevo que escuchábamos desde niños, meses después de que la Alemania nazi se apropiara de Austria sin ninguna oposición. He leído aquella Viena de finales del siglo XIX y primeros del XX en los libros de Musil, Krauss y Zweig. La he intentado entender con Wittgenstein y Freud, mirando los cuadros de Klimt y Schiele. Para la música dejo estas palabras de Zweig: "Desde aquí [Viena] iluminó al mundo la constelación de lo siete astros inmortales: Gluck, Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Brahms y Strauss. Aquí confluyeron todas las corrientes de la cultura europea; entre la nobleza y entre el pueblo lo alemán se unía con alianzas de sangre con lo eslavo, lo húngaro, lo español, lo italiano, lo francés y lo flamenco". Tras saber todo esto lo que me encontré fue la atmósfera de Durero, el canto gregoriano, la tradición de la fuga de Bach y una música poswagneriana. El Cordero abre los 7 sellos. El jinete blanco (Jesucristo) es el que precede a los 4 jinetes del Apocalipsis, la guerra, el hambre, la peste y la muerte, lo que me recordó la película de Vincente Minnelli con Glenn Ford que tanto me gustó de niño. Al abrirse el quinto sello, aparecen las almas de los mártires. Con la apertura del sexto, el Señor destruye a los pecadores. El "gran silencio" llena el cielo al abrirse el séptimo sello y San Juan nos cuenta la historia de la verdadera fe y de su iglesia. Tras el gran silencio celestial, que se supone durará hasta el fin del mundo, siete ángeles se preparan para dar la señal del Juicio Final. San Juan concluye su Revelación con el Aleluya. 
 
Me lo contó con calidad el director italiano Fabio Luisi, el mismo de la versión que he encontrado en Youtube desde Dallas, Texas:
 
Sí, ocurrió algo extraordinario para los que amamos y buscamos la belleza. Y ahora acabo de ver que Celia Diaz me escribió en esta red social para decirme que el órgano lo había tocado su yerno Daniel Oyarzabal.
 
¿Es extraordinaria o no esta vida?

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