jueves, 13 de noviembre de 2025

"Y dos ángeles vinieron a Madrid desde León".

 



Y se hizo la magia en nuestra tertulia literaria del barrio de Argüelles. Cada martes "brindamos" con la literatura y ayer lo hicimos con una estupenda novela que recomendé que leyeran a todos mis amigos. Y lo mejor es que pude conocer en persona a una de las dos autoras, Maite López Blanch, de "Un León para Gaudí" (2025, Loto Azul), un torbellino apasionado que nos quiso relatar en la novela una historia de amor platónico y ficcionalizado de su tatarabuela y de Antonio Gaudí en aquellos años en los que estuvo en León para levantar dos de sus edificios emblemáticos, la Casa Botines y el Palacio Episcopal de Astorga (en cierto momento aludí a mi recordado Germán Gullón). El otro ángel leonés pero nacido en Asturias es una de las escritoras y músicas que más aprecio e incluso quiero. Por Marta Muñiz Rueda siento una debilidad especial, y no solo porque me convirtiera en el protagonista de su anterior novela, el Plácido de "Tú, yo, la lluvia" (Camelot, 2023), sino porque sabe escribir literatura y música, da clase y es una buena persona, y reconozco que, por encima de todo en la vida, me quedo con las buenas personas. Mi presentación fue breve porque quería que hablaran ellas. Me referí a la dualidad entre la novela histórica y la de ficción histórica. Esta historia sobre Gaudí es más "Anna Karenina" que "Guerra y Paz" (no quiero extenderme ahora en aspectos de teoría literaria), y busca la autentificación con las cartas de Gaudí, el broche con la salamandra y la llave dentro, el poema que da la pista de todo, etc. Y hablé de que me fascinaron las historias de amor de la novela, la de Vera y Lucas, Lilly y su familia y con Fernando o Fer incluido, e incluso Xabier y Vera (Xabier es un personaje complejo con mucho glamour con el que me identifiqué al principio ya que es el director de la tesis sobre Gaudí que Vera está escribiendo, es decir, la propia Maite) y el amor platónico que recorre todas sus páginas. Por último añadí que los viajes que hay a lo largo del libro son deliciosos, por León, Barcelona, Niza y Asturias.
Y las dejé hablar a ellas, como se observa en estos pequeños videos que hice sobre la marcha. Mientras lo hacía me estuve fijando en las caras de buen sabor de boca de todos los tertulianos porque fue una hora y media encantadora.
 
El epílogo de este post puede ser el epílogo de una de las películas del siglo XXI que más me gustan y las autoras han incluido al final de la novela (casi cada capítulo lleva una música, que se recoge en las últimas páginas).
 
Y así termino en el Barrio Latino de París, con ella, con el amor, qué le voy a hacer si el mundo y yo somos así:
 

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