Nunca tengo la sensación de volver o ir a ninguna parte distinta de la
que llevo dentro de mí previamente, ya sea a Nueva York, Jaipur, Túnez o
París. Estar aquí o allá es la propia vida. Todo sería como una especie
de camino de ida, de viaje. Quizá por eso me guste tanto viajar.
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