viernes, 31 de enero de 2025

"Aquellas amigas fuertes".


 
La primera vez que escuché la Segunda sinfonía de Rachmaninov fue en el Teatro Real, cuando todavía era sala de conciertos y no había vuelto a ser teatro de ópera. Yo era muy joven y las entradas las sacó una "amiga fuerte" que tenía entonces (eso de hablar de novias no iba con la generación más progresista de la historia de España, es decir, la mía. Desde entonces hemos dado unos cuantos pasos hacia atrás, siguiendo el típico movimiento del péndulo, supongo). Ella era mayor que yo y trabajaba en el hospital de Diego de León (ahora se llama de la Princesa). Tenía el turno de noche y al salir, cansada, se ponía a hacer la larga cola del teatro. Aún no era tiempo de Internet y esas cosas. Recuerdo que aquella mañana llovía y hacía frío, pero no obstante se quedó varias horas para sacar las entradas. Seguro que me apreciaba, y con el tiempo la convertí en la médica protagonista de mi novela "La paz de febrero", pero la trasladé al hospital de La Paz, jugando con el nombre de aquella "paz" que pedimos cuando la invasión de Irak en una manifestación en Madrid en el mes de febrero de 2003 que reunió a un millón y medio de personas, que es con lo que comienza mi novela que publiqué en 2006.
 
Este pequeño video se corresponde con los aplausos del otro día al terminar la sinfonía de Rachmaninov en el Auditorio Nacional (acabo de darme cuenta de que el "bravo" que se escucha al principio es el mío), dirigida por Jaime Martín, actual director de la Orquesta Sinfónica de Melbourne y fundador de la Orquesta de Cadaqués. Y como dentro de poco escucharé en el mismo sitio su Concierto 2 de piano, del que también hablaba Clara Janés en la entrevista de RNE que compartí ayer, qué mejor que tomarme el primer café de la mañana escuchando a Claudio Abbado y Hélène Grimaud, amiga en esta red:
 
Como dijo Eliot, en mi fin está mi principio, en realidad el de todos. Y yo me limito a escribirlo.
 
Supongo que por eso soy escritor.

jueves, 30 de enero de 2025

"Música callada".


 


 

"La noche sosegada,
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora".

(Estrofa XV del Cántico espiritual de San Juan de la Cruz).

Antes de ayer por la noche la lluvia acariciaba la ventana de la alcoba y, como me gusta dormir con la persiana subida, me desperté. Puse Radio Clásica muy bajito y volví a encontrarme con la voz de Lostalé, que nos acompañó en la última tertulia presencial en Casa Manolo (esta fotografía es de esa tarde con él). Era "La hora azul", dedicada a la poeta Clara Janés (Barcelona, 1940):

https://rtve-mediavod-lote3.rtve.es/resources/TE_SHORAZU/mp3/1/5/1738074802251.mp3?idasset=16425759

En la entrevista se habla mucho de la relación de Clara Janés con el compositor Federico Mompou (Barcelona, 1893-1987). Cuando escucho su música me parece estar cerca de Satie, Fauré y Poulenc:

https://www.youtube.com/watch?v=O7zorHWxFMk

Es "la música callada" de San Juan de la Cruz, lo más alto a lo que ha llegado la lírica española.

"Apártalos, Amado,
que voy de vuelo".

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Amanece y bajo la persiana de la alcoba.

miércoles, 29 de enero de 2025

"We Are the World".


 
Un 28 de enero de 1985, la música y la solidaridad escribieron una página inolvidable en la historia. Michael Jackson, Lionel Richie, Tina Turner, Bruce Springsteen y Bob Dylan, entre otros, se reunieron en los estudios A&M de Los Ángeles para grabar "We Are the World". Cuarenta años después, de manera más modesta, mis amigos y yo nos reunimos en nuestra tertulia virtual para hablar del mundo actual y de su futuro, que gira en torno a la Inteligencia Artificial, IA. Gracias a Zoom y a las palabras del catedrático de literatura Germán Gullón, que vive en Amsterdam, ayer por la tarde los tertulianos estuvimos en los Países Bajos, Italia, México, Francia, Alemania y por supuesto España (Tenerife, Sevilla, Málaga, Zaragoza y Madrid). En los años 80 el mundo miraba con horror las imágenes provenientes de Etiopía y otras regiones de África, donde millones de personas sufrían los estragos de una terrible hambruna. La canción, escrita por Michael Jackson y Lionel Richie, producida Quincy Jones, se convirtió en un himno que trascendió fronteras. "Deja tu ego en la puerta", rezaba el cartel colocado en el estudio aquella noche. Ayer Germán nos habló del libro "Autocracia", de Anne Applebaum, y a partir de ello tuvimos una apasionante y apasionada tertuliana donde intervinimos todos (Mariola Satorra, Javier del Prado, Almudena Mestre, Miguel Ángel Yusta, Javier Pérez Bazo, María Victoria Huertas, Pilar S. Tarduchy, Óskar Rodrigáñez, Mercedes, Chema Menéndez, Francisca Arias, Antonio Banus, Francoise Mascarade, Presina Pereiro, Rosa Vidal, Miguel Ángel Martínez, José Antonio Sánchez-Cid, Peter Redwhite y hasta mi hijo, aunque estaba a otras cosas, para hablar del mundo en la actualidad, atravesado por la Cuarta Revolución Industrial que no sabemos bien hacia dónde nos conduce, pero convencidos de que el pensamiento y la conciencia críticas, la educación desde la escuela y la solidaridad son las que darán sentido al bienestar, la paz y la belleza.
 
Os invito a todos a que cantemos, juntos, esta canción:
 

martes, 28 de enero de 2025

"¿En qué mes nacen los hombres más guapos?"

 

 
Ayer empezaron las clases de este segundo cuatrimestre. Fue un día lluvioso y con mucho viento. En un descanso me fui a tomar un café cerca de la casa de Vicente Aleixandre, que esperemos que pronto se convierta en la Casa de la Poesía, como nos dijo Javier Lostalé el otro día a los tertulianos en Casa Manolo. De improviso escuché una conversación entre cuatro o cinco jóvenes que se encontraban en la cafetería detrás de una columna. Una de ellas dijo "¿En qué mes creéis que nacen los hombres más guapos?" Sus amigas se rieron y, tras unos instantes en silencio, la muchacha dijo que había leído un estudio estadounidense que afirmaba que los más guapos nacen en los meses de febrero, abril y agosto. Me quedé pensativo, como en esta fotografía que me saqué por la tarde en la cafetería de Filosofia de la Complutense. ¿Dónde quedaré yo, que soy de 29 de febrero, me pregunté? ¿Podré formar parte del grupo de febrero o estaré en el limbo cada cuatro años? Pagué el café y salí a la calle. Continuaba lloviznando lentamente y me pareció que era una mañana romántica y melancólica, en toda su hermosura, como la de por la tarde cerca de las esculturas de piedra de Ortega y Omar Kayam, intemporales. Como la de hoy, cuando para mí amanece con Rachmanivov, el gran posromántico, y escucho la misma sinfonía que escuché el domingo por la mañana en el Auditorio Nacional. En algún momento se me saltaron las lágrimas:
 
¿La felicidad puede ser bisiesta?

lunes, 27 de enero de 2025

"Autocracia" de Anne Appelbaum en la tertulia de mañana e "Historia de una escalera" de Buero Vallejo en el Español.


 
Este martes nos iremos a Amsterdam para escuchar por Zoom al catedrático de literatura Germán Gullón, que analizará este ensayo. Me parece interesante que hablemos del "pensamiento crítico" en estos tiempos, además cuando el populismo en todos los sentidos, político, económico, cultural está haciendo peligrar el progreso del mundo democrático. La democracia es una de las palabras que más me gustan del diccionario, y a veces creo que vamos para atrás como el cangrejo.
Me ha gustado el video que grabó Germán en conversación con su mujer, la artista Heilet van Ree, hablando de ello:
 
Ayer por la tarde estuve viendo "Historia de una escalera", de Buero Vallejo, que ha vuelto este viernes al teatro Español (la foto es desde la última planta), donde se estrenó hace 75 años. Esta historia de tres generaciones a lo largo de treinta años (comienza en 1919) es una obra esencial en el teatro español del siglo XX y me parece que sigue vigente. Representa muy bien la idea de la que hablo hoy en este post, sobre si queremos continuar progresando como sociedad y como civilización o nos quedamos con los brazos cruzados.
 
Estas son algunas escenas de la obra:
 
 
 

 
 

domingo, 26 de enero de 2025

"Instinto básico".




 
"Para mí eres el hombre que se parecía a Michael Douglas", dijo por aquí antes de ayer Lakmé Calleja Trelis, que es tertuliana ocasional "on line" pues vive en Alcoy, cerca de la sierra de Alicante, un lugar por el que siento gran cariño, sobre todo por una cabaña perdida en Guadalest. No es la primera vez que comenta que le recuerdo a este actor (mi fotografía está sacada en un jardín de la Universidad de La Laguna), más que a Pacino o a Mature, con los que también me han comparado a veces. 
 
Michael Douglas es un actor que siempre me ha parecido correcto, aunque a años luz del carisma de su padre, y tras leer las palabras de Aurora (ese es su nombre real) pensé en su película que más me había gustado. Seguramente su mejor interpretación sea la de "Wall Street", y ya que yo conocí bastante bien el mundo financiero -en la época en que la zona de Orense de Madrid pretendió convertirse en otra City de Londres y yo en un broker que se divertía un montón con los líos en los que me metía, y me sigo metiendo (por cierto, ayer me encontré en el Metro a Isabel, una encantadora alumna de esa época y que no veía desde entonces, aunque me dijo que me sigue por las redes, lo que me resultó encantador)-, se me ocurrió escribir sobre esa película. No obstante, he cambiado de opinión recordando que Douglas participó en una de las películas más famosas de los 90, "Instinto básico". Él está bien, pero Sharon Stone se come la pantalla literalmente. El crítico de cine Ángel Fernández Santos, que escribió los guiones de "El espíritu de la colmena" y "El sur", con Victor Erice, y algunas películas de Francisco Regueiro, dijo sobre Sharon Stone:

"Anótese esta tremenda réplica, oída de sus labios: No he tenido éxito hasta tan tarde en Hollywood porque tengo mucha inteligencia. En Hollywood ser rubia y estar bien hecha es algo incompatible con la inteligencia. Me he pasado mi carrera rodando películas con cretinos, y lo único que he aprendido ha sido por mi propia cuenta. Hasta que un cineasta de verdad, como Verhoeven, creyó en mí".
 
Después de eso, cruzo las piernas sin ninguna actitud provocativa, me quedo tranquilo sabiendo que los cretinos solo se encuentran en Hollywood, y me tomo el primer café de la mañana escuchando esta música:
 

sábado, 25 de enero de 2025

"El cine como creación".



 
Empieza 2025 y continúo recordando una película de 2023, "Perfect Days", de Win Wenders. Las demás casi se me han olvidado. Ayer se estrenó en España "El brutalista", de Brady Corbet, y es posible que dentro de dos años la siga recordando. Había leído que tenía cosas de "El manantial", de Vidor, "Érase una vez en América", de Leone y "El padrino 2", de Coppola, incluso de su exagerada última película, "Megalópolis". Como yo voy al cine a aprender, reflexionar y sacar ideas para lo que escribo (me ocurre igual con los rostros de la gente del Metro o el autobús, los libros que leo, los conciertos que escucho o las exposiciones que recorro), ayer me fui a verla. Y es todo eso y alguna cosa más que se me escapa después de tres horas y media y un intermedio de diez minutos. La arquitectura "brutalista" se define por su minimalismo, la exposición de las materias primas utilizadas y el hecho de que los rayones e imperfecciones formen parte esencial del diseño. László Tóth (Adrian Brody recuerda, inevitablemente, a su papel en "El pianista" de Polanski) es un arquitecto húngaro judío que sobrevive al Holocausto y que emigra a los Estados Unidos sin su esposa y su sobrina. Sus sufrimientos, su lesión en la nariz y otras cicatrices y desgastes cuentan su propia historia, como si estuvieran enriquecidos como las estructuras que creó en Hungría y las heridas del Holocausto. En Filadelfia conoce al millonario Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce), y después de una confrontación inicial, este lo contrata para que construya un inmenso edificio en lo alto de una colina. Es el eterno juego entre el mecenas rico e inculto y el artista pobre y genial:
 
Es una película compleja y profunda, bastante oscura, triste y dura. Mientras me tomo el primer café de la mañana me fijo en las dos fotografías que dejo por aquí, el cartel de la película y la que me hice a la salida de los cines Princesa. Mi fotografía es como el reverso de la otra. La película es el otro lado del sueño americano, pero también del sueño europeo de democracia e inteligencia que nos llevó sin apenas darnos cuenta al Holocausto. Cualquier tarde de estas la veré de nuevo porque creo que se me han escapado muchos símbolos y metáforas. Estoy leyendo varios libros a la vez. Todo forma parte de mi sentido holístico de la existencia.

viernes, 24 de enero de 2025

"Quien vive temeroso nunca será libre, decía Horacio".


 
Ayer estuve paseando por las tres plantas de la Casa del Libro de la Gran Vía (en esa foto) para buscar el libro del que vamos a hablar en la próxima tertulia on line. Tras comprarlo, me detuve un rato en las estanterías de Estudios Literarios y volví a encontrarme el ensayo que el doctor de literatura española Patrick Toumba Haman escribió sobre mis novelas (2023, Bartleby) y que explica en una Universidad de Camerún. Patrick analiza mis novelas desde el lenguaje y la teoría textual, y sabe que siempre escribo siguiendo el ritmo de la música que escucho a todas horas, incluido el silencio del que nos habló en un verso Eliot para definir la luz del alma. Por eso me gusta ir tanto a los conciertos en directo, como el de este próximo domingo en el Auditorio Nacional. La Segunda sinfonía de Rachmaninov es una de las obras de mi vida, y ya hablaré de ella, ya que la primera vez que la escuché en el Teatro Real encierra una historia de amor y una de mis novelas, "La paz de febrero". La otra obra que se va a interpretar es contemporánea, del australiano Brett Dean, sobre las cartas que se enviaron María Estuardo e Isabel I de Inglaterra antes de que la reina escocesa fuera decapitada:
 
El conocimiento y la curiosidad intelectual tienen música. Y el amor, el amor también tiene música y es el mejor antídoto contra el miedo.

 

jueves, 23 de enero de 2025

"Una reflexión sobre Estética".


Cuando en 2012 leí mi tesis sobre las novelas de Murakami en la Complutense, uno de los miembros del tribunal, el catedrático de la Universidad de Zaragoza, Luis Beltrán Almería, que es experto en Teoría Estética, comentó que echaba en falta un análisis sobre este aspecto en las novelas del japonés. En el turno de respuestas le dije que me gustaba su comentario y que se notaba que se había leído la tesis (cosa que no siempre ocurre en la Universidad española), pero que había escrito quinientas páginas sobre las novelas de Murakami desde la Heterocósmica de la ficción y de los mundos posibles del teórico checo Lubomír Doležel, y no podía abordarlo todo. También es verdad que me había apetecido escribir la tesis como si fuera una novela, y me tomé unas cuantas licencias, sobre todo en el uso del lenguaje lírico de ciertos pasajes. 
 
Aprovechando la reciente publicación del libro "Paleoarte y Paisaje: una teoría estética" (2024, Editum), de la doctora de la Universidad de Murcia Gabriela Amorós Seller, he buscado el libro póstumo del filósofo alemán Theodor Adorno, "Teoría Estética" (1970), uno de los máximos representantes de la Escuela de Fráncfort y de la teoría crítica de inspiración marxista, para refrescarme las ideas y leer con sentido este libro de Gabriela, puesto que la lectura de las primeras páginas me lo ha recordado. 
 
Adorno articula una explicación teórico-crítica de la base mimética del arte, que es mimético no solo en su contenido, sino también en las actividades estéticas de la actuación y la experiencia. La mimesis estética no es simplemente lo opuesto a la cosificación, sino que es un concepto diagnóstico. La cosificación es el proceso de atribuir forma concreta a un concepto abstracto. Por ejemplo, una rosa roja puede ser una cosificación del concepto de amor. La cosificación es una idea compleja cuando se trata algo inmaterial como material (la felicidad, el miedo o el mal). Hay una relación entre personas en la que una se acomoda a la otra, se identifica con la otra, empatiza con ella. Este proceso imitativo sugiere la explicación de Adorno de la experiencia no idéntica, que implica que los sujetos se ajusten a un momento que ellos mismos no son. Platón denunció la mimesis como una mera copia de una copia. Pero Aristóteles lo consideró central para la capacidad y método de aprendizaje. El rechazo de Adorno a la mera representación como una cualidad genuinamente estética lo lleva a un tajante repudio de la fotografía como forma de arte, con lo que criticaría a Benjamin en este sentido.
 
Esto me lleva al libro "Los papeles de Walter Benjamin", del profesor, escritor y a veces tertuliano Demetrio Fernández-González, que acaba de publicar con la editorial Pygmalión, y que me llegó antes de ayer. Cuando lo lea le pediré que lo presente en nuestra tertulia, ya que tengo un cariño especial a Benjamin.
 
Escribo todo esto escuchando esa particular declaración de amor entre Du Pré y Barenboim, con el concierto de cello de Elgar como representación mimética de la rosa, es decir, del amor:
 

miércoles, 22 de enero de 2025

"Ayer nos visitó un ángel de la poesía española".

 

Yo le llamo la "voz" de nuestra poesía, amigo y discípulo de Vicente Aleixandre, un poeta que está llegando a la "esencia" libro tras libro, cerca ya de sus 83 años. 
 
"La lectura nos permite estar en determinados lugares de un modo casi físico. Podemos ver la luz de un atardecer y sentir una brisa marina, escuchar unas voces como si estuviéramos muy cerca de ellas. Hay páginas de una novela que se transforman en habitaciones o jardines, todo gracias a la fuerza del lenguaje que desaparece como tal cuando al entregarnos a él sentimos, no solo cómo nombra una cosa, o una calle, sino que se hace tocable la misma cosa nombrada y habitamos la calle.
 
El viaje a algunos lugares que propicia la lectura no se quedan en la manifestación exterior de una ciudad o un paisaje hermosos, en los límites de un territorio, sino que se funde con la vida de sus pobladores, y participa de los pensamientos y deseos más íntimos de la obra de ficción, capaz de suspender en más de una ocasión nuestros sentidos. Basta para ello que las conductas de los personajes sean verosímiles. Hasta puede llegar un momento en que, si nuestra conversación es intensa, nos olvidemos del tiempo real y nuestro reloj marque la hora de los seres creados por el autor. Por eso no importa que sean ya las dos de la mañana y tengamos que madrugar. ¿Hay acaso dicha mayor, aprovechamiento mayor de la existencia que la que nos regala un libro? Quien lee vive más. Y así es más feliz. ¡Feliz descanso al lado del resplandor de la tinta!"
 
Este es el "introito" del último libro publicado por Javier Lostalé, "La morada infinita. Quien lee vive más 2" (2024, Polibea), que ayer por la tarde nos leyó en la tertulia de Casa Manolo, en una calle Princesa regada por la lluvia. Nos leyó más cosas y le preguntamos también muchas cosas, sobre su vida y su trabajo en los programas de libros de Radio Nacional. Y nos contó cómo y dónde han leído los grandes escritores de la historia, y yo aproveché entonces para que todos los tertulianos nos dijeran dónde y cómo leen ellos. En cierto momento me vino una música a la cabeza. Mi madre me puso este Adagio de Rachmaninov para que lo escuchara por primera vez, de pequeño, tras prepararme unas galletas María rellenas de mermelada de melocotón:
 
Nuestra tertulia es un poco eso, unas galletas María rellenas de melocotón y Khatia Buniatishvili tocando el piano.
 
Quien lee vive más.
 

 




martes, 21 de enero de 2025

"Los dos amantes de Anaga".

 

Dos amantes tiene el mar, dice la canción. No son perlas ni sirenas, añade. La primera vez que descubrí este lugar (que volví a visitar a primeros de este año) me fui caminando por un pequeño sendero entre la tierra y el mar, desde la última playa, la de Benijo, una playa de nudistas, hasta los dos roques que se ven al fondo de la foto. Me bañé en una cala que había junto a los dos amantes ensimismados y observé que sonreían y se besaban. A veces cuando dos personas se encuentran el mundo desaparece para ellos, a pesar de que no sean completamente conscientes de que han encontrado su propio mundo. Claro que pasan cosas, pero ellos solo son conscientes de la magia que les ha ocurrido. Es cuando nace la utopía de la isla, de la recuperación de un solo cuerpo como decía Platón a partir de dos cuerpos. Y de alguna forma adquiere sentido el mito de la eternidad. Al regresar, había subido la marea y se había borrado el camino. Tuve que trepar por la ladera de la montaña para que no me arrastraran las olas, pero me dio tiempo para darle la mano a ella:
 
Para que luego digan que no existe algo más.

lunes, 20 de enero de 2025

"Eres el hombre más sexy y guapo de Madrid".


 
Dijo anoche por aquí la asturiana Isabel Menéndez Menéndez. Lo leo mientras me preparo el primer café de un lunes de invierno en el que va a llover, lo cual le añade cierta dosis de romanticismo, y pienso un poco en la frase antes de ponerme a corregir exámenes. Aparte de la exageración de los dos adjetivos de Isabel, ya que me voy haciendo mayor y el tiempo no perdona, supongo que por sexy se refiere a una persona que lee, escribe, estudia, da clase y camina por la vida con absoluta libertad e independencia. Que prefiere reunirse con poetas en vez de con políticos y capitalistas, como ocurrirá mañana en la "tertulia de los amigos de Justo", ya que en Casa Manolo, Princesa 83, a las 18.30 h. nos visitará el poeta Javier Lostalé (Madrid, 1942). Estudió Derecho, aunque ha desarrollado la mayor parte de su vida laboral en Radio Nacional, donde creó y dirigió con Ignacio Elguero el programa cultural "La estación azul", donde aún colabora, y presentó "El Ojo Crítico". Fue discípulo de Vicente Aleixandre, miembro de la llamada generación de los 70 y escribe una poesía que ha depurado libro tras libro hasta llegar realmente a lo esencial, como ocurre con las grandes obras de los grandes escritores. Esta vez nos traerá su última obra editada "La morada infinita. Quien lee vive más 2" (2024, Polibea), un libro delicioso. Y supongo que ser sexy también es que te guste gente como el sensual, apasionado y romántico Chaikovski. Como siempre dicen que tengo pinta de italiano, ayer me paseé por las montañas de Italia sin salir de Madrid gracias a la sinfonía "Harold en Italia" de Berlioz, que escuché en el Auditorio Nacional de Música interpretada maravillosamente por la Orquesta de Castilla-León, y después dejé volar mi mente por el apasionado mundo de Chaikovski y, de nuevo, de lord Byron. Ahora lo que hago es escuchar la versión también estupenda de la Orquesta Sinfónica de Milán Giuseppe Verdi en manos de la directora chino-norteamericana Xian Zhang (1973, Dandong) la primera mujer en ser la directora titular de la Orquesta Sinfónica de la BBC en Gales:
 
En lo de guapo no me meto, ya que como dijo David Lynch el mundo entero es salvaje en el corazón y extraño en la superficie, pero quizá una persona sea sexy si tiene una mente universal.

domingo, 19 de enero de 2025

"Más opiniones para mi retrato, por Edita Brocos y Eulalia Oviaño".


 
"Tierno amor te miro
con esos grandes ojos
y me desdigo de la ira".
 
Esto tan hermoso y poético me lo ha escrito por aquí Edita Brocos, ante esta foto que compartí a las puertas del Auditorio Nacional de Príncipe de Vergara, donde había ido para escuchar a Wagner y al que volveré dentro de un rato para escuchar a Berlioz y Chaikovski. En ese sentido, Eulalia Ovaño comentó que es la foto que debería dejar siempre como portada. Ayer sábado lo recordé mientras mis alumnos hacían uno de los primeros exámenes de 2025. Hacía un frío tremendo a las ocho de la mañana en la Ciudad Universitaria, y mientras miraba a mis alumnos, me dio por pensar en las palabras de Edita. La ira puede ser o no un pecado (nunca me he metido en las cuestiones morales de cada persona), pero es uno de los mayores errores de los seres humanos. Si mis grandes ojos de miope desde la niñez pueden provocar esas palabras de Edita, me alegro de tenerlos y de que me los regalaran mis padres. Y hablando de Chaikovski, por el camino a la Facultad fui escuchando su primera sinfonía, "Sueños de invierno":
 
El primer movimiento, allegro tranquilo, se titula “Sueños junto a un camino barrido por el viento”. El primer tema es presentado por la flauta y el fagot. El clarinete presenta el segundo tema, ampliamente melódico también con sabor ruso. Durante la sección de desarrollo se escuchan frases habituales de sus posteriores obras. El viento invernal no puede impedirnos soñar. El segundo movimiento, adagio cantabile ma non tanto, nos habla del “País de desolación, país de niebla”. Después de una tranquila introducción mediante la cuerda, el oboe presenta el tema principal, un característico y hermoso tema de sabor ruso, con una amplia y soñadora melodía, que luego toma la orquesta. Se siente el calor del hogar mientras la nieve cae en el exterior. El scherzo es una adaptación de su sonata para piano en do sostenido menor, a la que añadió un nuevo trío. El tema es rítmico y más contenido. Acaba con una amplia coda en la que interviene un solo del violonchelo. El final de la sinfonía es un andante lúgubre que expresa el frío glacial del invierno, seguido de un allegro que posee un enérgico tema principal, seguido de un folclórico tema ruso. 
 
En esto pensaba cuando iba a mi examen y escuchaba la música en el coche. Esta música es la representación de una atmósfera, de una forma de respirar y de sentir el mundo. Es el sentido y la sensibilidad del alma humana, aspectos que siempre tengo presentes cuando escribo.

sábado, 18 de enero de 2025

"Cuando me pierdo por las montañas de la imaginación".


 
Ayer me perdí por la sierra, subiendo y bajando montañas solitarias. Por la tarde me llegó un correo de la Orquesta Nacional de España. Este fin de semana interpreta obras de Berlioz y Chaikovski, y pienso escucharlas el domingo en el Auditorio de Príncipe de Vergara. Antes de leer las notas al programa me vinieron tres nombres a la cabeza, los de un poeta, un pintor y un músico, es decir, lord Byron, Turner y Berlioz. Una de las obras tempranas de Turner es "La peregrinación de Childe Harold a Italia" (1832), un tema sacado de la literatura del también romántico Lord Byron, uno de sus ídolos. El pintor refleja la panorámica de un valle casi imaginario con un recodo fluvial medio humeante y remarcado por montañas. Un pequeño grupo descansa en el camino, en una visión muy romántica. A su vez Berlioz escribió su Segunda sinfonía para viola basándose en esta historia. A veces me dan ganas de ser un romántico como lord Byron que se pierde en las montañas, como Harold, como Manfred (la obra que Chaikovski escribió sobre otro poema de lord Byron y que también escucharé mañana). En la obra de Berlioz el primer tiempo se titula "Harold en las montañas. Escenas de melancolía, de felicidad y de alegría". El segundo lo denomina "Marcha de peregrinos que cantan la plegaria de la tarde". El tercero "Serenata de un montañés de los Abruzzos para su amada". Y el cuarto "Orgía de bandidos, recuerdos de las escenas precedentes". Por si ello fuera poco, hay, además, algunas acotaciones o didascalias en diferentes pasajes dentro de los cuatro ámbitos sonoros:
 
Lo que me gusta es perderme por ahí, no tomarme demasiado en serio ni el trabajo ni el dinero, el poder o la fama. Y por supuesto no tomarme demasiado en serio a mí mismo. A veces me pierdo solo. Es importante estar solo de vez en cuando para comprender el mundo.